A prisión un joven de 18 años acusado de once delitos violentos en Zaragoza

El titular del Juzgado de instrucción de guardia de Zaragoza ha enviado a prisión a un joven de 18 años detenido por la Policía Nacional como presunto autor de once delitos de diversa índole en los que empleó la violencia.

En concreto, se le acusa de tres delitos de robo con violencia, de dos de lesiones, de otros dos de hurto, de tres de receptación y de otro contra la salud pública, informa la Jefatura Superior de Policía de Aragón.

Las investigaciones comenzaron el pasado 22 de mayo a raíz de una denuncia en el Grupo de Robos con Violencia de la Comisaría Provincial de Zaragoza por una pareja de jóvenes que habían sufrido una agresión y robo por parte de tres varones cuando se encontraban en el Parque de Miralbueno sito en la Calle Francisco Rallo Lahoz.

Según la denuncia, los delincuentes se les acercaron de forma agresiva y agredieron al chico con un palo en la cabeza y a ella un puñetazo en el ojo, lo que les provocó la pérdida del conocimiento.

Los agresores, tras sustraerles la mochila y el teléfono móvil, huyeron rápidamente del lugar.

En el lugar se personó una patrulla de Policía Local, que ante la gravedad de las lesiones que presentaban las víctimas, comisionó una ambulancia para su traslado a un centro hospitalario para ser atendidos de sus heridas.

Los agentes identificaron a tres jóvenes que se encontraban en las inmediaciones, pero descartaron su participación tras hacer las comprobaciones oportunas.

El Grupo de Robos con violencia logró identificar a uno de los presuntos autores de un suceso ocurrido el 14 de mayo en el que la víctima manifestó haber sido agredida por dos varones en el momento de acceder al portal de su vivienda, que le propinaron patadas y puñetazos para sustraerle la cartera y el teléfono móvil.

Tras las comprobaciones necesarias, los agentes concluyeron que se trataba del mismo individuo, por lo que procedieron a su localización y detención, momento en el que se le intervino un teléfono móvil que figuraba sustraído, por lo que se le imputó además un delito leve de hurto.

Una vez autorizado por el juez el mandamiento de entrada y registro en el domicilio del detenido, los agentes se incautaron de otros cuatro teléfonos móviles y una tablet cuya sustracción había sido denunciada, así como 280 gramos de marihuana, lo que levantó las sospechas de que el domicilio se estarían realizando actividades compatibles con la receptación de delitos en los que, como contraprestación, se estarían entregando cantidades indeterminadas de sustancia estupefaciente, en este caso de marihuana.