Fertilizantes menos contaminantes sin afectar a la producción agraria

La directiva comunitaria que establece un alto control de los índices de contaminación por nitrato está siendo incumplida por España, a juicio de la Comisión Europea. Dicha Comisión ha decidido llevar a nuestro país ante los tribunales de la Unión Europea, lo que atañe directamente a la producción agraria y ganadera, particularmente a través de los planes estratégicos de la PAC. También afecta, entre otros, al Plan Hidrológico de la Demarcación del Ebro, en el que la contaminación difusa es uno de los temas preferentes. El problema lleva aparejadas toda una serie de limitaciones de producción.

En opinión de la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), María Dolores Pascual, el regadío ha alcanzado ya un desarrollo muy considerable y eficiente en la Cuenca del Ebro. Sin embargo, para lograr que sea sostenible hay que hacer frente al reto de la contaminación difusa por nitratos, en su opinión, tal vez su mayor problema ambiental.

"A pesar de los esfuerzos de los últimos 20 años -expone Pascual-, el aumento de la productividad del regadío para dar respuesta a las necesidades alimentarias ha empeorado los índices de polución, especialmente en las aguas subterráneas, lo cual está afectando a otros usos esenciales". Por esa razón, la presidenta de la CHE considera que la propia supervivencia del regadío y el cumplimiento de las normas de la Unión Europea exigen de los agricultores y ganaderos y de todas las Administraciones “mayores esfuerzos en la lucha contra la contaminación por nitratos”. En ese sentido, el nuevo Real decreto de nitratos pretende actualizar y mejorar las herramientas y atribuye nuevas competencias a los organismos de cuenca. “La Confederación es consciente de la importancia económica y social que tiene el regadío y por eso, precisamente, debe buscar nuevas fórmulas que protejan la calidad del agua en equilibrio con las actividades económicas”, concluye Pascual.

De la granja a la mesa

Isidro Campos, Policy Officer de DG Agri, señala que las políticas europeas proponen -dentro de la estrategia de ‘La granja a la mesa’ y con vistas a 2030-, una reducción de la contaminación causada por los fertilizantes del 50 %, sin que ello afecte a la fertilidad del suelo, lo que conlleva incrementar la eficiencia de los fertilizantes y poder disminuir un 20 % su uso. “Controlar la reducción de la polución, lograr la sostenibilidad en el uso del nutriente y concienciar por parte de los estados miembros a sus agricultores”, son a su juicio aspectos fundamentales para gestionar la nueva PAC, que arranca en 2023. Para Campos, “la dirección de una agricultura más eficiente no es solo una cuestión de beneficios ambientales sino también económicos”.

Desde Bruselas, Campos trabaja en el desarrollo del FaST, una herramienta de sostenibilidad en el uso de nutrientes para ayudar a los agricultores. Todavía en fase piloto -se implantará en 2024-, no es el único instrumento disponible, sino que cada país podrá desarrollar el que mejor considere.

Para Enrique Novales, director general de Calidad y Seguridad Alimentaria del Gobierno de Aragón, es necesario conocer bien la normativa europea donde se regulan las cargas de nitrógeno que producen las granjas, para así proceder a un mejor control y gestión del purín, un tipo de estiércol compuesto por la mezcla de heces, orines, paja, agua de limpieza... que se genera en las explotaciones ganaderas.

“En la contaminación por nitrato también tiene mucha culpa la agricultura, que utiliza muchos fertilizantes y nitrógeno inorgánico”, señala Novales. La labor de control del Gobierno de Aragón en estos últimos años ha sido muy importante. “Hemos denegado explotaciones y prohibido construcciones de nuevas en lugares donde hubiera una sobrecarga de nitrógeno -subraya el director general-. Si no se consigue un verdadero equilibrio, el sector ganadero no crecerá”.

Importancia en la PAC

Por su parte José María Salamero, director general de Producción Agraria del Gobierno de Aragón, destaca “la importancia de la fertilización sostenible, de los nitratos, del riego y de los filtros sanitarios a la hora de proceder a la gestión y aplicación de las ayudas de la PAC”. Para Salamero, los nuevos criterios se han establecido con la previsión de que se podrán llegar a alcanzar. En cuanto a los llamados ecorregímenes relacionados con el nuevo modelo, Salamero espera “que haya aceptación por parte de los agricultores, pues supone aproximadamente el 23 % de las ayudas que puedan llegar a percibir con la PAC”.

Desde su perspectiva como investigador, José Luis Gabriel, coordinador de Red Ruena (Red de Uso eficiente del Nitrógeno en agricultura), recalca la importancia de que las dos eficiencias, la del fertilizante y la del agua, sean gestionadas a la vez. Intentar ajustar los dos balances resulta, a su juicio, “esencial para mejorar ambos, y más en un contexto como el actual, en el que el precio del agua y el precio de los fertilizantes van encareciéndose”.