Aragón

explotación sexual

Liberadas seis mujeres obligadas a prostituirse en un local de Zaragoza

Han sido detenidos el dueño del establecimiento y su pareja, y se investiga a una tercera persona, que se encargaría de captarlas en países de origen

La Guardia Civil ha liberado a seis mujeres víctimas de explotación sexual en un local ubicado en el barrio zaragozano de Garrapinillos.
La Guardia Civil ha liberado a seis mujeres víctimas de explotación sexual en un local ubicado en el barrio zaragozano de Garrapinillos.
E. P.

La Guardia Civil ha liberado a seis mujeres víctimas de explotación sexual en un local ubicado en el barrio zaragozano de Garrapinillos en el marco de la Operación Madonis, en la que han sido detenidos el dueño del establecimiento y su pareja sentimental, que ejercía de "madame", y se investiga a otra integrante de la red que se encargaba de captarlas en países de Sudamérica.

Según ha informado este sábado la Guardia Civil, a las víctimas se les ofrecía viajar a España para trabajar como camareras de bar o "scort", haciéndoles creer que ganarían mucho dinero y estarían en muy buenas condiciones y, como carecían de recursos para costearse el viaje, la organización tramitaba los billetes de avión a Madrid y los pasaportes y les daban dinero para manutención y pautas a seguir en los controles de los aeropuertos.

Una vez en Madrid, algún componente de la organización las recogía o ellas mismas se desplazaban en autobús a Zaragoza para su traslado al local, momento en el que les comunicaban que en realidad iban a ejercer la prostitución, que habían contraído una deuda por su traslado a España que oscilaba entre 1.800 y 3.000 euros y que para abonarla, todos los servicios que realizaran con los clientes los cobraría íntegramente la "madame".

Las víctimas se alojaban y trabajaban en el mismo local, estaban continuamente controladas y no podían salir ni tener contacto con el exterior si no era en compañía de esta mujer, con lo que no tenían otra salida que ejercer la prostitución y en las condiciones que se les exigía, a veces estando enfermas e incluso obligadas a consumir drogas por algún cliente.

A esta situación se sumaba el miedo que tenían de salir al exterior porque les decían continuamente que si eran identificadas por la Guardia Civil serían deportadas al estar en España en situación irregular.

Para llevar a cabo la actividad, la organización guardaba fuertes medidas de seguridad, como el control visual por cámaras de videovigilancia o un perro de raza peligrosa para controlar el inmueble.

La investigación se inició en junio del pasado año tras una inspección rutinaria en el local por agentes de la Guardia Civil, que pudieron corroborar la situación en la que estaban las víctimas, que han sido liberadas y están alojadas con organizaciones no gubernamentales.

En esta operación han sido detenidos el propietario del local y su pareja sentimental por supuestos delitos de pertenencia a organización criminal para la trata de seres humanos con fines de explotación sexual y favorecimiento de la inmigración irregular, y ambos han ingresado en la cárcel de Zuera (Zaragoza), mientras que se investiga por los mismos delitos a la tercera persona que reside en Sudamérica y que se encargaba de captar a las víctimas para trasladarlas a España. EFE