Aragón

DELINCUENCIA

Liberan a seis mujeres víctimas de explotación sexual en Garrapinillos

El responsable del local y su pareja, la “madame”, han entrado en prisión y se investiga a una tercera persona en Sudamérica

La Guardia Civil inició la investigación tras un control rutinario en el local de Garrapinillos.
La Guardia Civil inició la investigación tras un control rutinario en el local de Garrapinillos.
E.P.

La Guardia Civil, en el marco de la operación ‘Madonis’, ha liberado a seis mujeres víctimas de explotación sexual en un local en el barrio zaragozano de Garrapinillos. Asimismo, se ha procedido a la detención de dos personas, y posterior ingreso en prisión, y se investiga a una tercera como presuntas responsables de los hechos.

La investigación se inició en junio de 2022, cuando la Guardia Civil realizó una de las inspecciones rutinarias en este local, donde se ejerce la prostitución, todo ello enmarcado en una directiva relativa a actuaciones contra la trata de seres humanos. Los agentes observaron que las tres mujeres que estaban trabajando allí, junto con otra que desempeñaba funciones de responsable, se mostraron muy nerviosas.

Las preguntas de la Benemérita a las trabajadoras las respondía en su mayoría la supuesta responsable, controlando a su vez las palabras de las empleadas, según han indicado desde el Instituto Armado.

Ante estos hechos, se procedió a entrevistar a las mujeres individualmente y se constató que las mismas fueron trasladadas directamente al local en el barrio zaragozano “para explotarlas sexualmente”. Además, las tres víctimas, quienes apenas salían del establecimiento, presentaban números correlativos en sus pasaportes y misma fecha de entrada en este país, estando todas ellas en situación irregular.

Desde Guardia Civil remarcaron que una de las mujeres estaba enferma “y muy demacrada”, siendo obligada a trabajar pese a ello. Así, se inició una investigación en la que se reveló que se trataba de un caso de explotación sexual por parte del responsable del local, junto con su pareja sentimental, que desempeñaba las funciones de ‘madame’, con la colaboración de una mujer en Sudamérica, encargada de conseguir a las futuras víctimas.

El ‘modus operandi’ de esta red consistía en captar a chicas extranjeras en sus países de origen. Para ello, una mujer relacionada con la encargada del local ofertaba a chicas jóvenes viajar a España para trabajar como camareras de bar o como ‘scort’, asegurando que ganarían dinero y estarían bien cuidadas.

Estas mujeres, vulnerables por su situación económica en su país, no podían costearse el viaje a España, por lo que la red les facilitaba los vuelos hasta Madrid, trámites de los pasaportes, hoteles y dinero de manutención. Igualmente, se les aleccionaba sobre qué tenían que decir en los controles de los aeropuertos, como que su viaje era de turismo, que tenían reserva de hotel e incluso que habían realizado estudios en su país de origen.

Al llegar, o eran recogidas en el aeropuerto o, tras coger un autobús a Zaragoza, el propietario del establecimiento las trasladaba directamente al local, donde su pareja les informaba de qué iba a consistir su trabajo.

Por otra parte, se les indicaba la deuda con la red, entre 1.800 y 3.000 euros, por lo que todos los trabajos realizados serían cobrados íntegramente por la responsable del local hasta saldar el pago. También les alertaban de que su alojamiento sería el propio local y no podían salir del mismo sin permiso ni relacionarse con personas externas.