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La tasa de accidentes laborales en Aragón cayó en 2023

La estadística del Ministerio de Trabajo establece que lo hizo un 1,94 % mientras que los que tuvieron como resultado la muerte se disparó un 10,50

La siniestralidad laboral crece un 3,5 % en Aragón durante el estado de alarma
La estadística del Ministerio de Trabajo establece que lo hizo un 1,94 % mientras que los que tuvieron como resultado la muerte se disparó un 10,50
E.P.

El índice de los accidentes laborales cayó en Aragón el año pasado respecto al anterior, pero se disparó el referido a los mortales, 33 sobre un total de 19.049 contabilizados, según datos actualizado esta semana por el Ministerio de Trabajo.

La estadística aportada que la incidencia de los accidentes de trabajo por cada 100.000 trabajadores cayó en la Comunidad aragonesa un 1,94 %, mientras que en el caso de los que tuvieron como resultado la muerte del trabajador se disparó un 10,50.

A nivel nacional, Canarias, Galicia, Castilla y León, Navarra y Euskadi fueron las únicas comunidades que se quedaron al margen de la caída general en los índices de siniestralidad laboral el pasado año, con subidas de la incidencia respecto a 2022 contrarias al descenso del 4,81 % en el conjunto del país.

Según los datos del Ministerio de Trabajo al cierre de 2023, el año pasado se registraron en toda España 624.911 siniestros con baja en los que murieron 721 trabajadores, lo que supuso descensos en ambos casos del 1,08 y el 0,17 %, respectivamente, sobre los números de 2022.

Puestas esas cifras en relación con el número de personas con empleo en cada momento, el índice de incidencia total fue de 2.715 accidentes por cada 100.000 trabajadores y el de los siniestros mortales de 2,92, lo que representó reducciones del 4,81 y el 16,64 %, respectivamente, en comparación con el año anterior.

Por comunidades autónomas

En Canarias la tasa de la incidencia media creció el pasado año respecto a 2022 un 4,86 %, en Galicia un 4,33 %, en Castilla y León un 3,32 %, en Navarra un 1,05 % y en País Vasco un 0,04 %, mientras que se redujo en las 12 comunidades restantes, en mayor medida en Cantabria (33,98 %), La Rioja (18,35 %), Asturias (13,95 %), Castilla-La Mancha (13,23 %) y Baleares (11,51 %).

También bajó el índice de incidencia más que la media en Cataluña (9,27 %) y Madrid (7,00 %) y menos en la Comunidad Valenciana (2,37 %), Aragón (1,94 %), Murcia (1,19 %), Andalucía (1,09 %) y Extremadura (0,17 %).

Para los accidentes mortales, la incidencia subió el pasado año en cinco comunidades -distintas a las anteriores-: Baleares (79,50 %), La Rioja (42,37 %), Asturias (23,43 %), Aragón (10,50 %) y Castilla-La Mancha (4,79 %); y en cambio cayó más en Murcia (49,88 %) y Extremadura (40,09 %).

Baleares fue también la comunidad con la mayor tasa de siniestralidad total en relación con el número de trabajadores, 4.172 por cada 100.000, seguida de Navarra (3.756), La Rioja (3.457), Castilla-La Mancha (3.454) y Murcia (3.043), frente a Madrid (2.080), Cataluña (2.466) y la Comunidad Valenciana (2.615), que se situaron por debajo de la media.

Referido únicamente a las víctimas mortales de esos siniestros, la tasa por cada 100.000 trabajadores más elevada en 2023 correspondió a La Rioja (9,89), por delante de Cantabria (4,96), Galicia (4,84), Aragón (4,43) y Castilla-La Mancha (4,17), y la más bajas también a Madrid (1,75) y Cataluña (2,17), junto a Canarias (2,19) y País Vasco (2,23).

Sin tener en cuenta el número de trabajadores, la siniestralidad bajó en 2023 en siete comunidades: Cantabria (29,67 % respecto a 2022), La Rioja (14,88 %), Asturias y Castilla-La Mancha (ambas un 10,88 %), Baleares (6,08 %), Cataluña (5,19 %) y Madrid (1,55 %), y subió más en Canarias (10,09 %), Galicia (7,08 %) y Castilla y León (6,15 %).

De cada 100 accidentes de trabajo, 17 se produjeron en Cataluña, otros tantos en Andalucía, 14 en Madrid, 10 en la Comunidad Valenciana, cinco en Euskadi, Galicia y Castilla y León, cuatro en Canarias, Castilla-La Mancha y Baleares, tres en Murcia y Aragón, dos en Navarra, Asturias y Extremadura y uno en Cantabria y La Rioja.