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OJO AVIZOR

Somontano Social y el Ayuntamiento de Aínsa se alían por la integración laboral de personas con discapacidad

Se cumple un año de la firma de un acuerdo pionero entre la empresa y el consistorio ainsetano, a través del que se da trabajo a tres vecinos de Aínsa

Jhon Carlos Escobar en su puesto en el departamento de logística.
Jhon Carlos Escobar en su puesto en el departamento de logística.
Cristina Aibar

Suena el despertador. Son las 5:30 horas de la mañana y Joaquín Lanau abre los ojos en medio de la oscuridad. Sus gestos parecen burlarse del aparatito que ha tenido la osadía de sonar a tan temprana hora. Acepta gustosamente el desafío de luchar contra la tentación de las cálidas sábanas. Se levanta, se pone la ropa de faena, toma un americano doble y agarra las llaves de la furgoneta de Somontano Social. Comienza un nuevo día.

Apenas unas calles más arriba le espera Jhon Carlos Escobar. Con apariencia adormilada pero con ganas de hablar se sienta detrás del conductor. El último partido del Huesca es un buen tema de conversación para romper el hielo. Hoy, además de trabajar, tendrá que hacer un parón a mitad de jornada para acudir al dentista. Sin duda, prefiere trabajar que “descansar” para semejante contratiempo.

Lucas Rubio, a la derecha, se dedica al diseño de modelos 3D
Lucas Rubio, a la derecha, se dedica al diseño de modelos 3D
C.A.

Lucas Rubio se acomoda en el asiento del copiloto. Despejado, con tono animado, el más joven del reducido grupo siempre tiene algo interesante que compartir. Hablando sobre su formación rescata el vídeo-currículum que hizo durante los meses más duros de la pandemia para encontrar un empleo. Intercala hábilmente inglés, francés y español durante la grabación, una cabeza privilegiada que por fin ha logrado encontrar su hueco.

Son poco más de las seis de la mañana, aún de noche, cuando toman la salida hacia Barbastro. La primera parada será en el centro logístico, donde trabaja Jhon, después en las oficinas de Molithe, la ubicación de Lucas, y el conductor, Joaquín Lanau, continuará hasta la finca de un particular que ha contratado los servicios de Somontano Social para el mantenimiento de su extensa arboleda.

Somontano Social ofrece el servicio de call center
Somontano Social ofrece el servicio de call center
C.A.

En primavera se cumplirá un año desde que estos tres vecinos de Aínsa comenzaran a trabajar en un lugar que nada tiene que ver con el modus operandi tradicional de la empresa privada. Constituida en un 60 % por la Fundación Rey Ardid y en un 40 % por la Comarca de Somontano, la Sociedad Limitada Somontano Social da empleo a 208 personas, el 91 % con una discapacidad mínima reconocida del 33 %.

Catorce áreas de negocio y proyección internacional

El germen del gran proyecto social fue la Cantería del Somontano, una iniciativa surgida ante la necesidad de emprender obras de restauración en el patrimonio de la zona. “Había un alto índice de personas con discapacidad que no tenían salida laboral y se planteó la opción de poner en marcha una escuela taller”, relata el gerente de Somontano Social, José María Calasanz. Fue así como aquella semilla plantada hace ya un cuarto de siglo y que en su día dio trabajo a media docena de personas brotó, hoy convertida en la segunda empresa más grande de Barbastro.

La amplitud de miras les ha permitido diversificar la gama de actividades a las que se dedican. La motivación no es otra que lograr la inserción de perfiles más amplia posible. Además de la cantería cuentan con otras dos marcas comerciales propias, Molithe (molduras de porexpan recubiertas de cemento que se comercializan por toda España) y Artesanía Audio (fabricación de racks para audiófilos que venden en más de treinta países).

Por otra parte, recogen las demandas que les llegan de empresas y de organismos públicos abarcando servicios informáticos, call center, transcripciones, gestión de transportes, impresión y ensobrado, jardinería o manipulados industriales. También gestionan cinco gasolineras en pequeñas poblaciones que de otra manera estarían cerradas. Así, hasta catorce áreas.

Tal y como explica el gerente, “nos nutrimos de personas con discapacidad que tienen unas características, unas habilidades concretas. En su mayoría vienen de una experiencia laboral a la que no pueden dar continuidad y en base al vivero que tenemos les ubicamos en un área o en otra. Incluso, hacemos por abrir un puesto de trabajo que se adapte a sus necesidades”. Calasanz destaca que todos quieren volver a trabajar, sentirse útiles, ocupados. “Llega un hombre que ha sido un gran carpintero toda su vida y ahora le dicen que ya no puede ser carpintero a causa de su enfermedad. A lo mejor ahora le toca ser el mejor chófer, o el mejor operario de fábrica. Hay un proceso de adaptación en el que nosotros les acompañamos y les formamos para su total integración”.

Para ello, además del equipo de Recursos Humanos, cuentan con una trabajadora social encargada de hacer el seguimiento. Esa voluntad de abrir el camino es la seña de identidad más reconocible dentro de una entidad, sin ánimo de lucro, cuyos beneficios se reinvierten una y otra vez en las infraestructuras y en su preciado capital humano.

Un convenio pionero con Aínsa

El interés por fomentar tanto la integración social como la independencia económica de ciudadanos con discapacidad llamó la atención del Ayuntamiento de Aínsa-Sobrarbe, sabedor de casos dentro del municipio que podrían acogerse al proyecto de la comarca vecina. Las conversaciones tuvieron los primeros resultados hace tres años. Fue entonces cuando lograron, subcontratando a través de Somontano Social, dar trabajo temporal a dos personas.

Sin embargo, el objetivo fundamental era facilitar puestos estables para estas personas. “Veíamos esa necesidad, y aquí en la comarca no teníamos nada”, apunta Susana Pérez, concejala de Sanidad y Bienestar Social. Después de muchas conversaciones se firmó el convenio a principios de 2021. “Nuestra función consiste en permanecer en contacto directo con Servicios Sociales, que nos trasladan la información de los interesados. Nosotros hacemos una base de datos que remitimos a Recursos Humanos de Somontano Social y luego ellos se encargan de estudiar cada caso e iniciar el proceso de selección”.

El acuerdo suscrito establece que Somontano Social brindará el vehículo para los desplazamientos a Barbastro y el Ayuntamiento de Aínsa-Sobrarbe se hará cargo de los gastos de combustible. Así es como Joaquín, miembro de la brigada, Lucas, diseñador en 3D de soportes para equipos de audio de alta calidad, y Jhon, operario en el centro logístico, trabajan de lunes a viernes de 7:00 a 15:00 horas en unos puestos donde se sienten realizados, queridos, respaldados ante cualquier dificultad por sus responsables de departamento y por el equipo directivo.

Este convenio es el primero que la entidad firma con un ayuntamiento, un modelo que, en palabras de José María Calasanz, “tenemos que expandir para alcanzar a más personas de la provincia que se encuentren en esta situación”. Por su parte, Susana Pérez pone de manifiesto “la importancia de que existan empresas sociales capaces de llegar donde los pequeños ayuntamientos como el nuestro no llegan. Gracias a Somontano Social, además, podremos dar trabajo en el propio pueblo de Aínsa a otras dos personas a partir de Semana Santa y hasta finales de año. Será para realizar labores de limpieza viaria y abrir el Museo de Artes y Oficios Tradicionales”.

Los contactos siguen, las ideas fluyen entre dos instituciones que han sabido entenderse por el bien de sus convecinos y la igualdad real de oportunidades. Su máxima aspiración: ampliar la cantidad de personas que puedan beneficiarse del acuerdo y servir de referencia para otros ayuntamientos que se encuentren ante la misma tesitura. A la vista de los resultados obtenidos en esta primera incursión, la combinación público-privada podría tener un dilatado y provechoso recorrido.