Comarcas

TURISMO

Más de 200 denuncias en dos meses por acampadas ilegales

El Uprona ha tramitado 220 expedientes, 40 menos que el año pasado en ese periodo

El área para autocaravanas de Sabiñánigo dispone de 12 plazas y se localiza en el parquin de Pirenarium.
El área para autocaravanas de Sabiñánigo dispone de 12 plazas y se localiza en el parquin de Pirenarium.
M.P.

Plantar la furgoneta a orillas del pantano de La Sotonera para dormirse al son de las aguas y despertarse frente al ‘mar de Huesca’ o escapar de la ola de calor para dormir en la tienda de campaña a la sombra de un centenario bosque de hayas del Pirineo puede parecer idílico, pero conlleva sanciones. La Unidad de Protección de la Naturaleza (Uprona) de la Guardia Civil ha tramitado más de 200 expedientes por acampar de forma ilegal en la provincia en los dos últimos meses.

María García Ruiz, teniente jefe de Uprona en el Alto Aragón, informó de que han sido un total de 220 los expedientes tramitados por este servicio desde el pasado 30 de mayo hasta finales de julio. Son un 15 % menos que las que se tramitaron por estas mismas fechas el año pasado. “El 2021 fue un poco especial. Salimos de una pandemia y la gente buscaba entornos más aislados y fuera de aglomeraciones de gente”, explica García, ello sumado al boom de las salidas en autocaravana o furgonetas camperizadas que en “Aragón en general, pero sobre todo en la provincia de Huesca, hay una tendencia a este tipo de turismo”.

Es este tipo de turismo, el de las autocaravanas y las furgonetas que pernoctan, el que suma el mayor porcentaje de los expedientes. Y es que la ley aragonesa es muy restrictiva y prohíbe en toda la Comunidad la acampada libre, permitiéndose solo en zonas autorizadas así como las modalidades de itinerante y alta montaña, eso sí, cumpliendo éstas una serie de requisitos.

Las zonas protegidas “porque son más bonitas, más tranquilas y más idílicas” son los lugares elegidos en muchos de los casos para plantar la tienda de campaña o aparcar la caravana, describe García Ruiz. No en vano la provincia cuenta con cuatro zonas especiales: el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, así como los tres parques naturales (Los Valles, Posets-Maladeta y Guara). Pero también los parajes cercanos a los ríos o pantanos resultan atractivos.

Entre las más de 200 de esta temporada no hay ninguna que sobresalga por multitudinaria. “Hay focos -explica- en lugares donde se celebran eventos o, por ejemplo, también en La Sotonera”. Son zonas en las que prestan especial atención ya que tienen una mayor incidencia bien por el atractivo que supone el agua cerca bien por los conciertos o ferias. Estos últimos, en muchos casos, “suelen tener una zona autorizada”, relata, pero se dan casos en los que la acampada se realiza en las inmediaciones.

Respecto al expediente, en muchos casos conllevan otras vinculaciones. “Muchas veces van vinculadas a una acampada no autorizada, que saquen la mesa y el fogón”. Y en este verano, con la amenazante sequía y el alto riesgo de incendios, es peligroso. Respecto a los residuos, reconoce la teniente jefe, es más difícil ya que si no los encuentran cometiendo la infracción en ese preciso momento, es difícil de probar. Eso sí, cuando se acercan a los acampados siempre recomiendan “que recojan todo y que el lugar quede como estaba”.

Los responsables recomiendan informarse bien antes de salir, no solo por evitar las sanciones, sino sobre todo por evitar riesgos y daños al medio ambiente. Y es que dormir mecido por el sonido de las aguas de un riachuelo puede conllevar, además de una sanción, un peligro por el posible crecimiento del cauce ante una tormenta, por ejemplo, episodios que suelen ser habituales en montaña y además, repentinos.

No son los únicos, hay otras unidades, como los agentes de protección de la naturaleza del servicio de Medio Ambiente aragonés que también vigilan, sobre todo las zonas especialmente sensibles, que pueden tramitar expedientes y son, finalmente, las comarcas quienes denuncian en muchos de los casos, los ayuntamientos, cuando hay ordenanza municipal o, si está en el lecho de un río, la propia Confederación del Ebro.