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TURISMO SOSTENIBLE EN UN PIRINEO SIN FRONTERA

El tren de La Rhune, un activo para el turismo verde en el País Vasco

Los trabajos en curso, llevados a cabo por el Departamento, tienen como objetivo prolongar la explotación del tren turístico

El tren de La Rhune se encuentra en proceso de modernización para reanudar el servicio “durante al menos otro siglo”.
El tren de La Rhune se encuentra en proceso de modernización para reanudar el servicio “durante al menos otro siglo”.
Nicolas Sabathier

Con casi un siglo de vida, el tren turístico Rhune, una de las cuatro líneas de cremallera de Francia, está parado desde principios de septiembre. Y lo estará hasta finales de junio de 2023, debido a importantes trabajos de mejora realizados por el Consejo Departamental y la autoridad de control a través del establecimiento público EPSA, que también administra La Pierre-Saint-Martin y Gourette. Este gran atractivo del País Vasco apenas superó los 250.000 pasajeros en 2022, un tercio menos que su media anual.

Pero es por una buena razón. “Podemos pensar que, potencialmente, esto permitirá un funcionamiento más escalonado a lo largo del año, desde las vacaciones de febrero hasta las vacaciones de Navidad”, explica Arnaud Libilbehety, director general de EPSA. Actualmente, la temporada se extiende únicamente desde Semana Santa hasta el Día de Todos los Santos, aproximadamente. Por lo tanto, el progreso en términos de estacionalidad sería significativo.

Un proyecto de dos años

Para conseguirlo, y así alinearse con el nuevo ritmo que buscan las estaciones invernales, el tren Rhune -que tenía derecho a un “descanso” entre mediados de abril y finales de agosto pasado- “se ofrece, por tanto, un proyecto de dos años”, recuerda el Departamento, por 27 millones de euros.

Con una vía al final de su vida útil (más de 4,5 kilómetros), este paso obligado era necesario a pesar de que el Train de la Rhune juega “un papel de motor económico para el territorio de las montañas vascas”. Envejecida, como hemos dicho, esta “herramienta patrimonial”, sujeta a una compleja normativa y que emplea a 70 personas, estará equipada con estructuras de ingeniería renovadas y una locomotora especialmente diseñada por un operador especializado. Se trata de la empresa suiza Stadler, que lleva 80 años siendo un referente en el sector.

Equipado con nuevos elementos, el tren Rhune reanudará el servicio “durante al menos otro siglo”, espera Arnaud Libilbehety, y esto en todas las estaciones... o casi. El encanto de esta atracción, ubicada en un espacio protegido (Natura 2000), está demostrado desde hace tiempo. Ciertamente, “no es un tren como los demás”, indica el titular de la EPSA. “¡En sí, es un poco como las aventuras de Harry Potter! El viaje resulta maravilloso, especialmente para familias, en medio de la naturaleza, entre los animales. Sin mencionar la vista excepcional una vez que llegas a la cima...”.