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TURISMO SOSTENIBLE EN UN PIRINEO SIN FRONTERA

“Queremos un turismo fiel”

Max Brisson, Agencia Turística del Béarn

Max Brisson, senador y consejero departamental de Biarritz, responsable de la AaDT.
Max Brisson, senador y consejero departamental de Biarritz, responsable de la AaDT.
Ascensión Torrent

Max Brisson, senador y consejero departamental de Biarritz, está al frente de la Agencia de Atracción y Desarrollo Turístico Béarn-Basque Country (AaDT) desde el inicio de 2021. Trabaja para mejorar la oferta, por un turismo de calidad, apoyando a los profesionales.

¿Cómo afecta el turismo sostenible a los Pirineos?

—Es un problema importante. Forma parte de la hoja de ruta de la AaDT 64 y del nuevo plan votado por el Consejo Departamental el pasado mes de junio. Los Pirineos van naturalmente de la mano con el turismo sostenible. Tenemos esta bella imagen que conservar, cultura, autenticidad, simpatía, hospitalidad, que son valores pirenaicos. No podemos proponer actividades contrarias al turismo sostenible. Nuestra principal preocupación debe ser dar respuesta a las altas exigencias de nuestros clientes. Así, los Pirineos pretenden conciliar las expectativas de los clientes y las de las poblaciones locales, que no deben oponerse, sino converger, gracias a una buena gestión de la movilidad, la atención y la acogida. El turismo no debe ser el chivo expiatorio de un desarrollo, sino lo contrario. Una vez que se hayan establecido estos principios, es necesario apoyar a los administradores de destinos turísticos y sus profesionales.

¿Cómo se ayuda a los profesionales del turismo?

—Somos operador del fondo de turismo sostenible, que apoya a las empresas con un plan de inversión y acompañamiento en su transición. El año pasado, la mitad de los 28 expedientes fueron financiados por la AaDT. Los acompañamos en las certificaciones, cuyo valor es seguido por los turistas y amplificado por las redes sociales. No somos tomadores de decisiones, sino instructores. Así que llevamos su caso a los comités que otorgan estas etiquetas. El año pasado, ocho de estas empresas obtuvieron la etiqueta ecológica europea. Dos han obtenido la certificación NF medioambiental y todas han obtenido la Llave verde (Green Key).

Los Pirineos han sufrido un exceso de visitas desde la época de la covid. ¿Se puede actuar sobre estos flujos?

—Ahora tenemos herramientas digitales, como reussirmarando.com, y la aplicación que los excursionistas pueden utilizar para evitar los sitios más concurridos. Me gustaría duplicarlo en los spots de surf de la costa vasca. El hospital de Bayona aporta algunos estudios muy interesantes sobre este tema.

De este modo, ¿no se trata tanto de promocionar un destino para su venta como de poner los medios para ofrecer un turismo de calidad?

—La AaDT sucedió a los comités departamentales de turismo (CDT), cuya misión era fundamentalmente de marketing: vender el destino País Vasco-Béarn. No debemos dejar de promocionarlo, pero estamos desplegando más en la ingeniería: alojamiento, restauración, actividades. Se trata de fortalecer la oferta. Solo un ejemplo: el destino ciclista. ¿Nuestros sitios están adaptados para acomodarlos? ¿Hay suficientes empresas de alquiler? ¿Reparaciones para bicicletas? ¿La calidad de la oferta está en consonancia con el marketing? Hemos construido las rutas, pero la gestión logística y de la oferta son deficientes. Las casas rurales pueden optar por la etiqueta “destino ciclista”. Tenemos que apoyarlos.

¿Están los profesionales preocupados por el calentamiento?

—El calentamiento global plantea, efectivamente, un problema de cobertura de nieve. Esto nos lleva a pensar en la actividad pirenaica todo el año, en torno al termalismo, como en el valle de Ossau, Laruns y Eaux-Bonnes. Necesitamos reforzar la oferta, por lo tanto, un producto en un conjunto atractivo. La nieve y el esquí son uno de los posibles productos. Las montañas en verano son un remanso de frescura. En el valle de Ossau, el trenecito o el lago de Artouste tuvieron una muy buena temporada.

¿Existe un antagonismo entre el turismo y la preservación del medio ambiente?

—Los Pirineos franceses nunca han sido una fábrica de turismo, como en Europa o Francia. Nunca hemos construido hoteles de 350 habitaciones, como en otros lugares. La historia nos ha preservado. Hay que ver cómo los profesionales han entrado de lleno en estos temas del turismo sostenible: el arte de vivir, el sello de calidad turística, el turismo y la discapacidad, el turismo calmado. Han comprendido que los turistas esperan autenticidad. Tampoco queremos un turismo elitista, porque el enfoque de calidad sigue siendo accesible. Queremos un turismo fiel. Cuando miramos los premios de turismo, destacan las empresas jóvenes que se han adentrado en el turismo sostenible. Es una preocupación permanente.