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SECTOR PRIMARIO

La campaña de Tomate Rosa de Barbastro se salva “por los pelos”

La producción ha disminuido un 20 % por el excesivo calor del mes de agosto

Los últimos tomates rosa de Barbastro de la campaña se vendieron el sábado pasado en la plaza del Mercado.
Los últimos tomates rosa de Barbastro de la campaña se vendieron el sábado pasado en la plaza del Mercado.
Á. H.

La campaña del Tomate Rosa de Barbastro se ha salvado “por los pelos”, según valoraciones de Óscar Olivera, presidente de Hortelanos de Barbastro, y de José Antonio Armengol, director de los invernaderos de la empresa oscense Terra Agronómica. Las incidencias del excesivo calor, en agosto, tuvieron serias consecuencias y los efectos se minimizaron a partir de septiembre hasta llegar al final de la campaña, hace pocos días.

Al final, se ha cerrado con más de dos millones de kilos y disminución del 20 % respecto a las estimaciones iniciales por número de plantaciones. En la práctica, son cifras inferiores respecto a la campaña de 2021, que se cerró con 2.200.000 kilos, y ha supuesto un “ligero” retroceso en la trayectoria de signo ascendente de los últimos años. En todo caso, la buena calidad se ha mantenido y el producto ha sido “oscuro objeto de deseo” para clientes y gourmets.

Óscar Olivera, presidente de Hortelanos de Barbastro, se ha referido a la campaña como “un año complicado con fases muy diferenciadas”. Con “una primera donde englobaríamos las plantaciones tempranas propias de invernaderos, a primeros de abril en Somontano y en Barbastro. Son las que sufrieron mucho las sucesivas olas de calor, baja humedad relativa, falta de precipitaciones y eso hizo que hubiera bastante Tomate Rosa a finales de junio y de julio. Se aceleró la maduración y coincidió con mucha cantidad, lo que no es bueno para el hortelano ni para el mercado”.

En cambio, “en agosto hubo una merma importante en la producción porque las plantas se resintieron del calor. A partir de ahí, entramos en la segunda fase del otoño de climatología suave y buena para cultivos hortícolas, se notó en las plantaciones tardanas de mayo y junio. Por eso, hubo muy buenas producciones en otoño, las plantaciones de primera fase se recuperaron”.

Además, “las cualidades organolépticas excepcionales han sido posible gracias a las temperaturas suaves y, al final, la producción se ha salvado, en general, con más de dos millones de kilos entre los productores. La merma ha sido del 20 % respecto a lo que se esperaba por número de plantaciones en el Somontano de Barbastro, que han aumentado por la iniciativa de pequeños productores”.

En términos generales, “se ha salvado la campaña, aunque habrá hortelanos a quienes les habrá ido mejor que a otros, igual que en otros cultivos las cuentas y resultados han sido diferentes entre regadío y secano. En agosto daba la sensación de desastre, pero se ha podido salvar. La calidad ha tenido mucho que ver porque es una variedad dura, tesoro genético con una cantidad de sustancia y cualidades organolépticas muy favorables”.

Al mismo tiempo, se ha referido a otras acciones e iniciativas. “Se plantea la Feria de la Verdura de Invierno en Barbastro, el próximo 10 de diciembre, por iniciativa del Ayuntamiento porque hay muchos cultivos que complementan el Tomate Rosa. En especial, me refiero a la judía verde con una campaña excepcional en otoño con producciones muy dignas que ayudarán para complementar la economía familiar”.

José Antonio Armengol, director del invernadero de la empresa oscense Terra Agronómica España, ha señalado que “la campaña ha sido muy complicada y al final se arregló un poco, aunque ya era tarde. La producción en general ha sido menos de la esperada. Se han recogido los mismos kilos que el año pasado, pero el resultado no está en consonancia con al aumento importante de hectáreas de plantación. Agosto fue funesto y aunque se recuperó después no lo hizo en proporción”.

Al final, “ha sido una campaña rentable porque los precios del Tomate Rosa de Barbastro han sido muy altos por la falta de producto en el mercado y se ha vendido todo por calidad. Algo sí que compensa, pero sin exagerar nada. Se ha vendido todo”.

En los invernaderos se plantaron 8,5 hectáreas, cifra superior al año pasado, “en principio seguirá así para la próxima”. A pesar de todo, la plantilla de trabajadores se mantuvo con 40 personas y ahora se limita a cuatro dedicados a tareas de mantenimiento. La próxima plantación será en marzo de 2023.