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COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA

Farmacias rurales, un establecimiento básico en los pueblos

#CONTRALADESPOBLACIÓN

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María José Julián es la farmacéutica de Sena, que presta multitud de servicios, más allá de dispensar las medicinas.
S. E.

Las farmacias rurales además de ser un establecimiento básico, de interés público y en muchos pueblos, el único sanitario cercano a la población, son un servicio esencial para los vecinos de localidades envejecidas, que viven en soledad y en algunos casos con pocos recursos económicos, aspectos que hacen de la atención farmacéutica rural sea el servicio indispensable para desarrollar estrategias de salud pública, combatir la Violencia de Género y el abandono o el maltrato que pueden sufrir los vecinos más vulnerables.

Las farmacéuticas y farmacéuticos que están al frente de estos espacios tienen grandes responsabilidades, horarios interminables, sin vacaciones o bajas de enfermedad, son autónomos y realmente solo se entiende que estas personas sigan ejerciendo en estas localidades si incluimos en la ecuación su enorme vocación y su espíritu de servicio.

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El farmacéutico de Alcubierre, Germán González, que lleva al frente del establecimiento desde 1982.
S. E.

Damos los mismos servicios que una farmacia de una capital, pero la cercanía de los vecinos aporta una labor social, una escucha activa, acompañamiento, seguimiento de sus enfermedades, facilitamos las consultas con el centro de salud, para vacunas o visitas médicas o de enfermería, ya que la mayoría no tienen ni ordenador ni internet, avisamos cuando no vienen a las autoridades, para ello tenemos un convenio…toda clase de servicios que puedo ofrecer, además estoy en la plataforma Farmacia Asistencial, que conlleva servicios específicos e importantes para los clientes”, explica María José Julián desde la farmacia de Sena.

María José también complementa su servicio con talleres y charlas a asociaciones, al colegio o a los mayores sobre nutrición, protección solar, colabora con las campañas contra el cáncer y es punto Violeta, “y es una de las farmacias de la provincia que la diputación provincial ha subvencionado porque contribuimos a evitar la despoblación”, concluye la farmacéutica.

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Santiago Vilella, el farmacéutico de Lalueza.
S. E.

En Lalueza, Santiago Vilella lleva desde 1982 al frente de su farmacia, “el Servicio de Farmacia está muy bien considerado en el mundo rural ya que se ha conseguido que el mayor número posible de habitantes tenga un fácil acceso a su medicación”, opina Vilella considerando que, “con la apertura de Botiquines, vinculados a Oficinas de Farmacia y por iniciativa municipal en las poblaciones de pocos habitantes, esto último se ha hecho más notorio”.

Asimismo, el farmacéutico de Lalueza explica que, “con la desaparición de los antiguos partidos titulares de médicos, practicantes y veterinarios, en los que éstos estaban obligados a residir en el medio rural, los farmacéuticos hemos pasado a ser, prácticamente, los únicos titulados universitarios que residen en lo que ahora se llama la España vaciada, aunque considero este término un poco exagerado”.

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Farmacia de Alcubierre.
S. E.

También entiende que el servicio que ofrece es una labor social, “debido al trato personal que el farmacéutico tiene con la población en su quehacer diario en la Botica, éste tiene más fácil integrarse en la vida cotidiana de sus habitantes, participando en el fomento de diversas actividades deportivas, culturales, recreativas e incluso parroquiales de su pueblo, gracias a la preparación cultural obtenida”, opina después de cuarenta años de experiencia y de su integración en la vida de estos pueblos, “fichando de inicio como jugador en el equipo de futbol del pueblo, ejerciendo de capitán y liderando poco después la directiva que consiguió el primer ascenso del club a primera Regional Preferente. Y lo mismo ha pasado con las demás actividades citadas. Por ello, no ha habido lugar para el aburrimiento”.

En Alcubierre el granadino Germán González es el farmacéutico, “oí hablar de Los Monegros cuando aquello de Gran Scala, pero ahora conozco este territorio”, señala Germán que opina sobre los alcoberranos, “son cariñosos, los vecinos y vecinas nos han abierto sus corazones”, si bien llegó en 2019, “y empezó la pandemia y hasta el pasado verano no habíamos visto la alegría de las fiestas, del torneo de ajedrez, porque estábamos parapetados detrás de los metacrilatos”.

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Farmacia con el mensaje de la Diputación: “Ayuda a que tu farmacia siga abierta”.
S. E.

A Germán le ayuda alguna vez su hermano Antonio, “él vive en Madrid y yo en Zaragoza, son 45 kilómetros, por lo que los horarios que hago en la farmacia son muy amplios”, coincidiendo con sus compañeros de las farmacias monegrinas en que “la farmacia es algo, esencial, porque somos parte del futuro de los pueblos; somos parte de la solución a problemas como la despoblación o el envejecimiento”. De esos problemas que son realidades, porque ¿quién va a querer vivir aquí si no hay transporte, internet o farmacias; si lo más básico cierra?

Cabe recordar que cuando hablamos de farmacia rural, hablamos de profesionales que son farmacéuticos, en muchas ocasiones las 24 horas del día, y que realizan un papel indispensable en la vida, bienestar y salud del medio rural. En cierto modo, se puede afirmar que esas boticas, como dice Santiago Vilella, son el corazón de muchos pueblos, entendiendo ‘corazón’ en todos los sentidos