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Los costes y el clima disparan los precios del sector agropecuario

La escasez de agua impide la planificación de rotación, explotación y mercado

Ángel Samper y Fernando Luna, representantes de Asaja, este martes ante los medios.
Ángel Samper y Fernando Luna, representantes de Asaja, este martes ante los medios.
S.E.

La anormalidad se ha convertido en normalidad en el sector agropecuario. Este martes, en la sede de Ceos-Cepyme de Huesca, Asaja ha presentado el balance agrícola y ganadero del año 2022. En él han remarcado que los altos costes de producción y la climatología han ensombrecido los precios. Inciden en que, solo en fertilizantes, el coste ha pasado de 200 euros a 800 o 1.000 por tonelada. La guerra de Ucrania, la sequía, la bajada de financiación en los presupuestos del Gobierno de Aragón y la llegada de la nueva PAC, han dejado un 2022 cuya producción se ha reducido hasta un 50 % y presentan un 2023 cuyo rendimiento “puede continuar lastrándose”, ha resaltado Fernando Luna, presidente de Asaja Huesca.

La escasez de agua está generando mucha preocupación en el sector. Los usos agrícolas han pasado a un segundo plano frente al consumo de boca y usos industriales y ganaderos, motivo por el cual la planificación de rotación, explotación y mercado agrícola se ha alterado por completo en la provincia.

A su vez, el aumento del coste de la energía ha impedido desarrollar correctamente los cultivos, mermando las segundas cosechas, que son las que dan un plus económico a la viabilidad del sector. La Comunidad de Riegos del Alto Aragón ha tenido un cupo de 5.000 metros cúbicos por hectárea y los riegos han pasado de cobrarse a 15 euros cada 1.000 metros, a pagarse a 50, 70 o 100 euros, dejando el coste energético por hectárea en la provincia de Huesca entre los 500 o 600 euros, 400 euros más que el año pasado.

Tampoco se queda atrás la ganadería intensiva, con problemas en las granjas por la dependencia energética y ni la ganadería extensiva, que ha pagado la falta de pastos. “Europa sigue en un error, China y Estados Unidos están potenciando su producción mientras nosotros seguimos con una política de jardín”, ha sostenido Ángel Samper, lamentando la “burocracia abrumadora” de la PAC que está lastrando las ilusiones de muchos ganaderos y agricultores, y al mismo tiempo sometidos a una “fuerte fiscalización”.

Con todo ello, desde Asaja lamentan que en los presupuestos de la DGA para el sector se hayan reducido a la mitad teniendo el doble de ayudas. “En 2022 se presupuestaron 4.500 millones – 60 para nuestro sector-. Ahora, con la ayudas europeas, hemos pasado a 30. ¿Qué esta ocurriendo?, ¿Adónde vamos?”. Sanidad y Servicios Sociales se refuerzan, mientras que la herramienta para corregir la desigualdad y la despoblación no. Estamos cansados”, ha concluido Ángel Samper.