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reportaje

Fornillos y Barluenga: historia de un puente romano que nunca lo fue

Tras 21 años preservado, el puente de Fornillos verá de nuevo la luz en primavera

Piezas del puente histórico de Fornillos-Barluenga.
Piezas del puente histórico de Fornillos-Barluenga.
Pablo Segura

La reconstrucción del puente románico de Fornillos-Barluenga ya es una realidad desde hace varios días. 21 años después, volverá a estar presente y a la vista de cualquier persona, aunque a partir de ahora en un área recreativa situada cerca de la presa del embalse de Montearagón. Un espacio simbólico con el que se pretende mantener viva su esencia y su historia, por escasa y desconocida que sea.

Pocos son los datos históricos que se conocen acerca de esta obra hidráulica, tal y como explican desde la Confederación Hidrográfica del Ebro. No obstante, es cierto que se cita en el Inventario del Patrimonio Artístico de España, de Huesca, donde aparece denominado como ‘Puente de Fornillos’.

El montaje y reconstrucción es posible debido a la numeración de todas las partes preservadas.
El montaje y reconstrucción es posible debido a la numeración de todas las partes preservadas.
Pablo Segura

En dicha denominación se emplea la terminología de “puente romano”, aunque la actualidad ya no se cataloga como tal ya que “estudios posteriores han demostrado que posee unas características de ser una construcción de época moderna”, inciden desde la CHE. Es cierto que se cree que se acepción de puente romano llega por la cercanía de una calzada romana, pero en su desmontaje, en agosto de 2001, se pudo comprobar que tampoco era de época medieval.

Las labores de investigación realizadas por la Confederación permitieron identificar y relacionar dicho puente con las obras del siglo XVI , “posiblemente por la gran actividad constructora que se dio en Aragón durante dicha época”, señalan.

Base del puente colocada en la presa del embalse de Montearagón.
Base del puente colocada en la presa del embalse de Montearagón.
Pablo Segura

Historia y función

Históricamente, la principal función que tuvo dicho puente fue la unión entre los dos pueblos a los que pertenece, que son Fornillos y Barluenga, siendo desde siempre un punto emblemático para ambos núcleos urbanos.

Además, en su haber tiene la declaración de Patrimonio Histórico-Artístico desde 1992, lo que obligó a su desmontaje y traslado antes de proceder a la construcción del embalse de Montearagón, “ya que quedaría inundado por el vaso del mismo”. De esta forma, tuvo que ser desmontado en agosto del año 2002 con el apoyo del Museo de Zaragoza y la autorización del Gobierno de Aragón.

Se conservó el arco y gran parte de los estribos, tanto el derecho como el izquierdo, desmontándose así y almacenado en palets de forma enumerada y con la metodología más adecuada a su edad cronológica para facilitar su nueva ubicación y montaje.

Ahora, el puente de Fornillos será parte de dicha área recreativa como elemento central dado su valor arqueológico y cultural. Sin embargo, su construcción y exposición no será lo único a realizar, ya que se realizarán todas las obras necesarias para restaurar y acondicionar los terrenos que sirvieron para albergar las instalaciones durante la construcción de la presa. También se retirarán todos los restos de cimentaciones y edificaciones existentes para dotar el terreno de infraestructuras que, como explica la CHE, “potencien su valor paisajístico y medio ambiental”, al mismo tiempo que se tratará de otorgar al puente histórico del máximo protagonismo.

Un área recreativa para darle más esplendor

Para darle un mayor esplendor y atractivo, la pasarela contará a su alrededor con espacios de vegetación autóctona, aparcamiento de vehículos, viales peatonales y zonas de paseo para quienes deseen disfrutar de una jornada por el territorio altoaragonés. Sin olvidar, tal y como resalta la Confederación Hidrográfica del Ebro, que “toda actuación que se realiza en el puente histórico de Fornillos-Barluenga debe poseer una impronta propia que respete la obra original”, dejando ver que es producto de la restauración bien realizada.

Los terrenos en los que ya se está trabajando están situados aguas arriba de la presa de Montearagón, junto al estribo derecho y con una superficie de alrededor dos hectáreas.

Desde que los trabajos se adjudicaron en el mes de septiembre del año 2022, se estimó que la duración sería un máximo de seis meses. De esta forma, se espera que la reconstrucción del histórico puente de Fornillos y, por supuesto, toda el área recreativa que le rodee estén concluidas en primavera, después de una inversión de más de 400.000 euros.

Probablemente, su historia sea más conocida tanto en Fornillos como en Barluenga, pero su vuelta a la presa del embalse de Montearagón permitirá a altoaragoneses y resto de visitantes conocer un poco más de su vida y de la que se llevó a cabo en ambos núcleos urbanos durante varios siglos. Tras más de 20 años preservado para su mantenimiento, el puente de Fornillos verá de nuevo la luz.