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COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA

Las mujeres rurales toman el mando de su carrera laboral con el pilotaje de drones

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Clase práctica de pilotaje de drones en Movera, al norte de Zaragoza.
Clase práctica de pilotaje de drones en Movera, al norte de Zaragoza.
Fademur

A60 METROS del suelo, en el municipio de Movera, al norte de Zaragoza, drones sobrevuelan el campo con un resultado victorioso. El motivo, el curso de formación de pilotaje itinerante que desde hace semanas la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) ha puesto en marcha a través del Plan Allen Rural, con el objetivo de empoderar a las mujeres, prácticamente la mitad de habitantes que se integran dentro del 17,6 % de población que representa el medio rural en España.

Con ello, la Escuela de Mujeres Pilotas de Drones ‘Formación Vuela’ ha estrenado este año su proyecto - en colaboración con Ikea- a escala nacional en Aragón, con la participación de 25 mujeres del medio rural procedentes de distintos puntos de la Comunidad, dos de ellas naturales de Huesca. Tras el curso, que celebra estas semanas sus primeras clases prácticas, las alumnas aspiran a obtener el reconocimiento de pilotas a distancia de UAS/drones en categoría abierta y el certificado de Radiofonista, un título indispensable según recoge la normativa para realizar estas operaciones especializadas en el espacio aéreo controlado. Una acreditación con un alto coste en el mercado y que se erige como uno de los nichos cada vez más demandados en el sector, precisamente por la falta de profesionales cualificados.

La sesión comienza con el pilotaje a pocos metros del suelo.
La sesión comienza con el pilotaje a pocos metros del suelo.
Fademur

La razón de esta iniciativa, que pretende formar a un total de 500 mujeres en toda España, es mejorar sus perspectivas laborales ante un contexto que, por las características endémicas del medio rural, se torna especialmente dificultoso para el desarrollo profesional pleno de las mujeres, un hecho que repercute directamente en su independencia económica. La formación, dirigida tanto a desempleadas interesadas en iniciarse en el sector de pilotaje como a profesionales del ámbito agrícola, ganadero y audiovisual, cuenta con una duración total de 80 horas, repartidas en sesiones teóricas y prácticas, con posibilidad de especializarse en la agricultura de precisión y audiovisual. Las aplicaciones más relevantes sobre el campo significan una mejora sustancial en la productividad, traducida en un ahorro de tiempo y dinero.

La obtención de datos que se facilita al recoger una imagen de la explotación más detallada, permitirá, por otro lado, tomar decisiones más acertadas y con un mayor margen de tiempo. En el ámbito audiovisual, por su parte, tiene aplicaciones interesantes en el sector del marketing, lo que permitirá a la titulada generar contenido original- vídeos y fotografías- desde una perspectiva diferente.

Inicio de la sesión, con la explicación previa de mandos, distancias, controles y categorías.
Inicio de la sesión, con la explicación previa de mandos, distancias, controles y categorías.
Fademur

Yolanda Gimeno, de Tierz, es técnico en Riegos del Alto Aragón. En su caso, le atrajo la idea de ampliar sus conocimientos en el sector agrícola, “asesoramos a los regantes del territorio en los diferentes usos que se pueden implementar, como la mejora de la contaminación difusa, conocer en profundidad la tecnología y saber manejarla, pero sobre todo aspectos relacionados con la fertilización”. Aunque disfrutará de las sesiones prácticas en los próximos días con el siguiente grupo, reconoce que está “muy satisfecha” con la formación teórica que, al impartirse a través de conferencias online “me ha permitido compatibilizarlo con el trabajo y recibir una atención personalizada”. Este tipo de iniciativas, asevera Yolanda, son “el camino” para corregir las desigualdades que impactan de lleno sobre la vida de miles de mujeres rurales. “Es una oportunidad de aprender estupenda, además creo que es muy importante que se divulgue como una prioridad de género. Estas clases han permitido que un conjunto de mujeres nos formemos en la tecnología, que en estos momentos, ya es una realidad presente en todas las explotaciones y eso nos va a permitir una mejor incorporación laboral”.

La formación tiene aplicaciones para la agricultura y audiovisual.
La formación tiene aplicaciones para la agricultura y audiovisual.
Fademur

Gloria Meler, de Almunia de San Juan, es una de las participantes interesadas en pilotar drones para producir contenido audiovisual. Ella es diseñadora gráfica, y tras conocer el estreno de este curso, no dudó un instante. Como Yolanda, espera comenzar las clases prácticas próximamente, de momento, aprende las nociones básicas desde casa. “No había pilotado nunca un dron, como mucho el de juguete de mi hijo”, relata entre risas , y asegura que esta experiencia “me viene fenomenal para mejorar en mi carrera profesional”, que además, “me va a permitir crear un contenido publicitario más innovador”.

Concha Molina, de Caspe, agricultora de almendro, frutal y hortalizas asistió ayer a su primera clase práctica. “Le veo mucha utilidad para controlar los riegos. En vez de pasear personalmente para la revisión, con el dron podría recorrer toda la zona de la finca sin moverme y percatarme de cualquier plaga ahorrando tiempo”, explica.

Tres horas al aire libre, empezando a unos pocos metros del suelo y subiendo de categoría y distancia, probando incluso a pilotar de espaldas al dron con ayuda de un observador, una técnica idónea cuando se trabaja en laderas. Todo ello en una jornada que ha dado para muchas anécdotas. El pilotaje requiere de “mucha atención” al trabajar varios mandos, enfocar la cámara y marcar distancias. “Me ha sorprendido la dificultad. Pero nos ha gustado a todas, es muy curioso” pero advierte “crea adicción”.

“Llegar hasta el pueblo más pequeño y la víctima más invisible”

REIVINDICAR derechos por el Día Internacional de la Mujer cobra especial importancia en el entorno rural precisamente por los condicionantes externos que inherentes al tipo de territorio. Ante este escenario, con motivo del 8 de marzo, Fademur expone una vez más las dificultades a las que se enfrentan las mujeres rurales en su día a día aportando datos y líneas de actuación. La ausencia de transporte público, conexión a internet de calidad, servicios de atención, centros educativos y de salud, y la escasa oferta cultural de ocio, señala la entidad, son las piedras que se suman a la mochila de las mujeres rurales que, a pesar de estar sobrecualificadas- hasta 14 puntos por encima de la media en comparación con los hombres- presentan una tasa de inactividad de 38,4 % frente al 15,4 % de ellos.

El estudio ‘Mujeres Víctimas de Violencia de Género en el Mundo Rural’ revela que más del 80 % de las entrevistadas habla de un machismo generalizado en el mundo rural. La violencia psicológica es reconocida por el cien por cien de ellas, seguida de la física (78,26 %) y la económica (56,52 %) como las formas más predominantes. Ante la evidencia, Fademur aporta como conclusión que las causas de esta dominación residen en la dependencia económica del maltratador, el miedo a ser juzgadas por el entorno, el desconocimiento de los recursos de protección y la dificultad para acceder a ellos, además de la desconfianza de la efectividad hacia los mismos, lo que explica quelas víctimas permanezcan una media de veinte años en relaciones de maltrato.

Como respuesta, la entidad visibiliza esta lacra lanzando spots cada año, además de trazar líneas de actuación, como la atención integral o la formación profesional. Con la última campaña- ‘Cultivando Igualdad’-, Fademur quiere “llegar hasta el pueblo más pequeño y la víctima más invisible”.