Comarcas

Estiman una producción inferior de miel del 50 % en la provincia

El agricultor de Castelflorite y responsable estatal de Coag en Apicultura, Pedro Loscertales, alertó de la falta de agua que compromete al sector

Un apicultor en una explotación en la provincia de Huesca.
Un apicultor en una explotación en la provincia de Huesca.
D. A.

La producción de miel puede verse disminuida un 50 por ciento respecto a un año medio por la falta de lluvia en el campo, lo que lleva consigo una menor floración y una disminución de la rentabilidad de las 350 explotaciones que regentan los 50 profesionales que las gestionan en la provincia.

Así lo explica en declaraciones a este periódico el agricultor de Castelflorite y responsable estatal de Coag en el sector apícola, Pedro Loscertales, a tenor de las previsiones para esta campaña que ponen en riesgo la viabilidad de las granjas apícolas repartidas en la mayor parte del Alto Aragón.

Loscertales recuerda los problemas que sufren los apicultores desde el 2022 por los periodos prolongados de sequía o las variedades de floración tardía que sufrieron las heladas a principios de abril y que ya mermaron las producciones.

Delegación de apicultores de Uaga-Coag que participaron en la manifestación del 9 de marzo.
Delegación de apicultores de Uaga-Coag que participaron en la manifestación del 9 de marzo.
Uaga-Coag Aragón

Con esta situación precedente unida a la escasez hídrica actual, Loscertales estima que la producción de miel de romero descenderá un 50 %, mientras que la de tomillo “muy apreciada en Aragón” experimentará un descenso del 75 %, frente a años con producciones dentro de la media como en el periodo comprendido entre 2015 y 2018.

Una situación que se ha visto aparejada por la menor producción de milflores, alfalfa y girasoles y con ello, una reducción del polen y de la producción de miel que, según el responsable estatal de Coag en el sector apícola, ha llevado consigo “una mayor debilidad de las abejas”.

A su vez las colonias de abejas se han visto mermadas por la presencia de abejarucos en las zonas del valle del Cinca, La Hoya de Huesca, Bajo Cinca, Cinca Medio y Litera, y por otro lado por la presencia generalizada de varroa, “un ácaro destructor de las colmenas y que es un mal endémico que se está registrando a nivel mundial”.

Con estas condiciones, el sector apícola “está agonizando pero de seguir la situación climática y de producción de miel un año más al final tendremos que dejar la apicultura como medio de vida, dedicación o profesión”. Para Pedro Loscertales, “la sensación es que se pueden cerrar explotaciones”.

Una variabilidad climática que el propio Loscertales no ha visto en los últimos 25 años en la provincia y que “complica tanto la producción de miel que ya es un condicionante para dedicarse a esto”.

Para el también agricultor de Castelflorite, “si no se perciben ayudas directas de la Consejería de Agricultura del Gobierno de Aragón ni del Ministerio de Agricultura es muy difícil garantizar la supervivencia del sector”.

En el caso de venta de miel en la provincia, la mayor parte se realiza de forma directa o a través de empresas envasadoras o distribuidoras.

El responsable estatal de Coag en el sector apícola agradeció que “cada vez más el consumidor busca al productor de miel de forma directa” y reivindicó la apicultura “como una actividad muy arraigada en la provincia de Huesca”.

Asimismo, puso de manifiesto que “muchos de los frutales y horticultura existentes en la provincia dependen de la polinización de nuestras abejas” al tratarse de “una labor cada vez más reconocida”.

En el caso de adquirirse la miel del apicultor recalcó que es una forma de “contribuir a la polinización de los cultivos así como de la biodiversidad y mantenimiento de los ecosistemas”.

La apicultura, consideró Loscertales, “es un trabajo muy difícil y laborioso” y echó de menos “más horas para poder continuar con la actividad” a la que consideró como “motor contra la despoblación”.