Agricultores piden métodos nuevos de control ante la plaga de conejos

“Nunca antes habían subido a la cruz de los árboles. Se ven las marcas a dos y tres metros de altura”, advierte incrédulo Manuel Rausa, agricultor del Bajo Cinca, donde la proliferación de la mezcla de conejo de monte y doméstico, más grande y voraz, ha devorado ya más de 3.000 hectáreas.

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag) sitúa las pérdidas a nivel nacional en frutales y herbáceos por encima de los 800 millones de euros, con un millón de hectáreas afectadas en 1.400 municipios de diez comunidades autónomas.

Javier Fatás, miembro de la Ejecutiva y productor de cereal advierte que la plaga “se nos ha ido de las manos en los últimos tres años”, y los daños “nada tienen que ver con el conejo autóctono”.

Esta nueva especie híbrida hace madrigueras en el propio campo, donde se protege de depredadores. Unido a la sequía, está haciendo estragos en la cosecha, ya que algunos agricultores han tenido que arrancar la explotación entera. “Nos están empezando a limitar los cultivos y la manera de encarar las propuestas de la PAC”, avisa Manuel Rausa.

Por consiguiente, los agricultores piden a la Administración que se haga cargo de las indemnizaciones mientras no se encuentre una solución y ya han puesto en práctica nuevos métodos.

Semilla "triticale"

En su explotación de secano en Ballobar, Rausa ha optado por la variedad de semilla “triticale”, la cual los conejos respetan “un poco más”, pero ocasiona dificultades con los requisitos de la PAC y es “menos productiva”, lamenta.

Los habituales protectores del cultivo han pasado de 40 a 60 centímetros de alto. Además, añaden una malla de metal alrededor del tronco, lo que no está impidiendo que coman algunas brindillas. “No se puede vallar todo el campo, son medidas insuficientes”, sentencia Rausa.

El fosfuro de aluminio, que se utiliza en campos de golf o aeropuertos, ya está siendo empleado por algunos agricultores y a su vez, trabajan con la Universidad de Zaragoza en un estudio de esterilización. Con todo, la caza mayoritaria está siendo el principal bastión apoyado por el Gobierno de Aragón durante los últimos años.

Plan de control

El Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente de la DGA sigue trabajando en el Plan de control de la especie en las zonas con sobrepoblación. Entre 2019 y 2021, se capturaron 1.826.842 conejos en 125 municipios aragoneses, 461.549 en la provincia de Huesca.

La normativa de caza de Aragón es de las más permisivas de España y permite un amplio abanico de medidas. En los pueblos declarados en la Ley de Caza de Aragón puede cazarse todos los días. Asimismo se han dado invitaciones para cazadores fuera del coto. Hasta el 1 de abril, con motivo de la época de cría de aves, la actividad puede realizarse con perros y escopeta, y ahora, se lleva a cabo con hurón, escopeta y redes.

También, algunos cotos tienen permitida la caza nocturna, mediante luz artificial (apoyo de linterna) y escopeta.

“El combustible ha subido mucho y la munición ha doblado su precio. Desplazarse a cazar supone un coste económico mucho mayor”, informa Miguel Ángel, delegado en Huesca de la Federación Aragonesa de Caza (Farcaza), poniendo como ejemplo a la Generalitat, que ha comprado a los cazadores ilerdenses medio millón de cartuchos para ayudar al sector agrario.

En los últimos años, Farcaza estima que más de 8.000 cazadores han intervenido en labores cinegéticas para intentar paliar esta plaga de conejos.