Comarcas

75 años de caja rural de aragón

Un referente para el medio rural aragonés

Colaboración

Joaquín Olona, consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón.
Joaquín Olona, consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón.
G. A.

La Caja Rural de Aragón es, sin duda, un referente financiero de primer orden para el sistema agroalimentario y el medio rural aragonés.

A través de sus más de 200 oficinas, muchas de ellas en pequeños y muy pequeños municipios, presta un servicio impagable desde el punto de vista del sostenimiento del mundo rural y de la lucha contra la despoblación.

Además, como entidad colaboradora del Gobierno de Aragón, es necesario agradecerle los servicios que presta en relación con la gestión de la PAC, particularmente en esta nueva etapa que se abre este año, tras la reciente reforma, y que afronta un ambicioso objetivo de digitalización al que el campo aragonés no puede ser ajeno. Un reto al que, sin el apoyo y compromiso de las Entidades Colaboradoras, difícilmente podría dar respuesta nuestra agricultura familiar.

La agricultura como tal no está en peligro, pero si que lo está la supervivencia del modelo familiar y profesional que, en gran medida, sustenta nuestros pueblos. El futuro del mundo rural está vinculado, más que a la agricultura en general, al modelo de agricultura que hoy por hoy conocemos. Esta es la razón por la que hemos promovido desde el Gobierno de Aragón la Ley de Protección y Modernización de la Agricultura Familiar y del Patrimonio Agrario de Aragón recientemente aprobada por las Cortes de Aragón.

Es por ello que desde el Ejecutivo autonómico seguimos defendiendo que los agricultores profesionales del modelo familiar sean los destinatarios únicos de los más de 450 millones anuales procedentes de la PAC al objeto de corregir las graves insuficiencias de renta que sufren y así equiparar su renta con la del resto de los ciudadanos. Una insuficiencia que se deriva, entre otras, de los riesgos naturales que afronta la agricultura y la ganadería y que tienen un impacto especialmente crítico para quienes viven, o tratan de hacerlo, de la actividad agraria.

Las explotaciones familiares no persiguen ambiciosos objetivos de rentabilidad económico-financiera, pero si aspiran a una renta digna para sus titulares al tiempo que no sólo cultivan campos y cuidan ganados, sino que también cultivan y cuidan valores. Unos valores que también están presentes en Caja Rural de Aragón consecuencia de su propio carácter cooperativo y estrecha vinculación al mundo agrario y rural.

También es preciso agradecer y reconocer expresamente la función y apoyo que Caja Rural de Aragón presta en relación con la gestión del Seguro Agrario, así como con las operaciones de liquidez que, en favor de los agricultores y ganaderos profesionales, promovemos desde el departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente. Ambas herramientas son imprescindible para que los agricultores y ganaderos puedan afrontar los elevados niveles de riesgo climático (sequías, heladas, inundaciones, pedriscos, etc.) a los que está sometida la actividad agraria y que escapan del control humano.

En definitiva, quiero expresar mi agradecimiento a Caja Rural de Aragón por seguir creyendo en la agricultura familiar como actividad esencial, no sólo para el medio rural, sino para el conjunto de la sociedad.