Comarcas

medio ambiente

Investigan los refugios climáticos del Pirineo

Bodega Pirineos e Instituto Pirenaico de Ecología sellan un acuerdo en la materia

María Jesús Lázaro, Begoña García y Silvia Arruego, brindan tras la firma del convenio.
María Jesús Lázaro, Begoña García y Silvia Arruego, brindan tras la firma del convenio.
S. E.

Bodega Pirineos y el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) formalizaron ayer un acuerdo de colaboración por el que la primera donará parte de los beneficios obtenidos con las ventas de su colección de vinos monovarietales para estudiar la biodiversidad de la cordillera aragonesa.

Los refugios climáticos son lugares donde habitan especies de plantas que tienen mayor probabilidad de sobrevivir durante situaciones de cambio climático como la actual, explican las entidades del acuerdo en un nota de prensa. “La topografía de las montañas pirenaicas genera algunas condiciones donde los aumentos de temperaturas se ven ligeramente atenuados, donde se generan refugios climáticos”, comentan.

El objetivo principal de este proyecto, liderado por la investigadora del CSIC en el IPE, Begoña García, es conocer qué variables topográficas o biológicas favorecen la creación de estos refugios, que pueden ser tan grandes como laderas de algunos valles completos o tan pequeños como un metro cuadrado.

Estos espacios se localizan en barrancos profundos, en el interior de bosques o en zonas abiertas. También se pretende inventariar las plantas que allí viven e identificar, mediante modelos, qué otros lugares son susceptibles de ser también refugios. Para conseguirlo, es necesario combinar las nuevas tecnologías con el trabajo de campo de expertos.

Las tecnologías incluyen sensores de temperatura y humedad que se dejan activos durante meses o años en el campo para descargar los datos anualmente. Las cámaras térmicas de mano o en drones sirven para ver los paisajes con colores que representan las temperaturas, y también se cuenta con imágenes de satélites para identificar qué lugares son más frescos o han cambiado menos en las últimas décadas a pesar del efecto del cambio climático.

La directora gerente de Bodega Pirineos, Silvia Arruego, se mostró muy satisfecha “por poder devolver a las montañas con las que compartimos nombre una parte de nuestro trabajo en forma de aportación económica para su preservación y la mitigación del cambio climático”.

Por su parte, la investigadora del IPE, Begoña García, agradeció esta donación “para que esta línea de investigación siga avanzando y poder llegar a más zonas del Pirineo”, mientras que la delegada del CSIC en Aragón, María Jesús Lázaro, destacó “la importancia de la colaboración público-privada para sacar adelante proyectos y que todos nos beneficiemos de la ciencia