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PLAGAS URBANAS

Las garrapatas saltan del campo a la ciudad para invadir parques y jardines

La subida de temperaturas y la llegada de fauna salvaje como conejos y jabalíes a núcleos urbanos favorece su expansión

La población de garrapatas ha ido en aumento en los últimos años.
La población de garrapatas ha ido en aumento en los últimos años.
S.E.

Las garrapatas han saltado del campo a la ciudad. La población de este ácaro, emparentado con la araña, va en aumento año tras año y, lo que comenzó siendo algo anecdótico, ha acabado por convertirse en un problema que genera preocupación, además de malestar, afirman expertos y afectados.

En los prados, pero también en parques y jardines de capitales como Huesca, se ha incrementado la presencia de garrapatas esta primavera, perjudicando a las mascotas del hogar y también a sus dueños. En Zaragoza, el Ayuntamiento tomó cartas en el asunto hace unas semanas y comenzó a aplicar tratamientos preventivos en parques y áreas caninas.

Según el catedrático de Parasitología Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, Agustín Estrada-Peña, uno de los mayores expertos en el contagio de patologías por parásitos, “el aumento de garrapatas se viene produciendo desde hace 10 ó 12 años” y no solo en Aragón. “Ocurre lo mismo en España, en Europa y también en EE.UU., donde la garrapata está invadiendo Canadá por el sur”.

Para el profesor, detrás de esta tendencia confluyen varios motivos. Por un lado, el cambio climático. “Hace más calor, los inviernos son más cortos y las primaveras con temperaturas más elevadas”, justo las condiciones meteorológicas que “más gustan” al bicho, ya que, por lo general, aunque no en todas las especies, este ácaro busca los climas cálidos y secos.

Al calentamiento global hay que sumar “la proliferación de la fauna silvestre, especialmente de conejos y jabalíes”, que se han convertido en los “hospedadores idóneos” para expandir las garrapatas. En este sentido, explica que los parásitos se suben a los animales y estos “los están soltando por parques y jardines de ciudades y pueblos”.

Respecto al aumento de la fauna salvaje, Estrada-Peña cree que se “está yendo de las manos” y aboga por implementar medidas para controlar la superpoblación. En el Alto Aragón, el problema de los conejos está muy presente en la zona del Bajo Cinca, donde los agricultores han denunciado que más de 3.000 hectáreas han sido devoradas por la nueva especie híbrida de conejo de monte y doméstico. A su voracidad hay que sumar que son portadores de garrapatas, al igual que los jabalíes, “cada vez más próximos a los núcleos urbanos”, denuncia el profesor.

Se está dando la tormenta perfecta -opina-. El clima está siendo el más apropiado para las garrapatas y encima tenemos un medio de transporte gratis que las va dejando por todos lados”. El resultado es una población cada vez más abundante y en zonas menos frecuentes, como parques infantiles, zonas verdes y jardines de ciudades.

A estas razones hay que sumar que “muchas personas no protegen a sus mascotas como debieran, por lo que su expansión es todavía mayor”.

Las garrapatas se suben a los animales y alcanzan zonas estratégicas de su cuerpo, donde la afluencia de sangre es más superficial y les resulta más fácil picar y alimentarse. Por ello, las áreas donde es más probable encontrarlas son las orejas, la cara, el cuello, las axilas, la zona inguinal, los espacios interdigitales y, en general, aquellas donde la piel es más fina. Estos parásitos pueden causar heridas o reacciones en la zona de la picadura. Sin embargo, su mayor peligro es que actúan como vector de transmisión de enfermedades parasitarias sanguíneas, alerta el experto, quien apunta que también pueden ocasionar “un problema médico”, ya que “en una semana una garrapata extrae entre 8 y 10 centímetros cúbicos de sangre, lo equivalente a un tubo en una analítica”.