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AGROALIMENTARIO

El Vino del Desierto cumple 11 años mirando al futuro

La bodega monegrina pretende poner en valor el territorio con sus vinos

Rebeca Carpi y Fernando Mir, en los viñedos de la Bodega El Vino del Desierto.
Rebeca Carpi y Fernando Mir, en los viñedos de la Bodega El Vino del Desierto.
Carlos Canales

La Bodega El Vino del Desierto cumplía 11 años el 30 de junio de 2023 con los pies en la tierra y mirando con ilusión hacia el futuro. “Retrocediendo en el tiempo, encontramos las semillas de un sueño que prometían recuperar la tradición vitícola perdida de la zona, devolver a Los Monegros su vínculo con la elaboración de vino, y por qué no, su fama de antaño”, explican Fernando Mir y Rebeca Carpi, matrimonio propietario de la bodega que con semillas de cariño y orgullo hacia una tierra dura y noble no dudan en poner en valor admirando su paisaje, sus cielos y su riqueza y posibilidades.

Estas semillas se han convertido en sellos de identidad de La Bodega El Vino del Desierto, “y el pilar de nuestra filosofía, fiel defensora del medio ambiente, del respeto hacia el entorno natural, y su biodiversidad”, detallan, y subrayan que, “no se utilizan productos de síntesis química, consiguiendo de esta manera un perfecto equilibrio en el viñedo, y tampoco se riega”, puesto que los viñedos están situados a la orilla derecha del Canal de Los Monegros, adaptados a un secano rabioso, con una precipitación muy baja, en torno a 270 y 290 litros al año.

Todo para llevar a cabo el reto de embotellar el paraje monegrino y conseguir que los Vinos del Desierto hablen de su origen. “Capturan su climatología de extremos y reflejan un trabajo artesanal. Todo ello se traduce en vinos muy aromáticos, llenos de color, de personalidad: vinos con alma”, manifiestan. En la bodega El Vino del Desierto, los sueños más que cumplirse, “se madrugan, se trabajan…”, es por ello que celebrar este 11º cumpleaños “es brindar por el tesón y el inconformismo” que les impulsa “a crecer y seguir avanzando, sea bajo el frío invierno, echando pulsos al cierzo, o ante un sol abrasador”.

La Bodega El Vino del Desierto cuenta con 8 hectáreas de viñedo propio, 5 en producción y 3 recién plantadas y elabora cerca de 11.000 botellas de vino al año, concretamente 3.392 botellas de Duna 2022, su vino blanco joven y 6.828 botellas de SED Blend 20&21, su vino tinto y 476 botellas de Árida 2020, su vino más exclusivo. Toda la explotación vitícola, 100 % secano, se encuentra en un paraje llamado “La Sardiruela” al abrigo de la sierra de Lanaja, en el corazón de Los Monegros, en torno a 450 metros de altitud. En la bodega se cultivan diferentes variedades de uva, principalmente variedades autóctonas y algunas, en pequeño porcentaje, foráneas. En el caso de la uva tinta se trabajan la Garnacha tinta, Mazuela y Syrah y en el caso de la uva blanca se trabajan la Garnacha blanca, Alcañón y Macabeo. Variedades muy bien adaptadas a las duras condiciones monegrinas que muestran todo su potencial.

Poco a poco, el Vino del Desierto ha ido creciendo y afianzándose, y desde hace unos años, al proyecto que Fernando Mir, viticultor y enólogo de la bodega, siempre ha concebido como familiar, se une Rebeca Carpi en una nueva etapa que camina hacia una ampliación de la bodega y del proyecto, y una apuesta decidida por el medio rural, “por abrazar sus raíces monegrinas, creer en el territorio y seguir cumpliendo muchos años brindando con un buen vino y agradeciendo el apoyo del equipo humano de familia, amigos, vecinos y clientes que nos acompañan”, concluye la joven pareja.