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OJO AVIZOR

Artieda certifica la singularidad de sus termas de época romana

La tercera campaña arqueológica en el yacimiento de El Forau de la Tuta, ha permitido corroborar la riqueza de los elementos decorativos 

Durante el verano se han hecho visitas guiadas al yacimiento.
Durante el verano se han hecho visitas guiadas al yacimiento.
S. E.

En 2018, el ayuntamiento de Artieda, preocupado por el deterioro que padecían sus vestigios romanos, decidió ponerse en contacto con miembros y colaboradores del área de Arqueología de la Universidad de Zaragoza. Durante 2019 y 2020, un equipo conformado por especialistas y técnicos, en coordinación con el Gobierno de Aragón y la Corporación, diseñó un plan de actuaciones.

Confirmada su enorme relevancia arqueológica, a principios de 2021 el equipo decidió centrar sus esfuerzos en el estudio de los vestigios hallados en este yacimiento, que se localiza a 1,5 kilómetros del norte del casco urbano de Artieda, en torno a la ermita de San Pedro. Por entonces, ya se hablaba de esta zona como El Forau de la Tuta y Campo de la Virgen o Campo del Royo.

No obstante, se comprobó que estos lugares conforman un único conjunto de grandes dimensiones, al que, para evitar confusiones, se decidió llamar El Forau de la Tuta. Además, se pudo determinar que en la superficie del yacimiento se aprecian dos principales fases de ocupación: una imperial romana (en torno a los siglos I y V) y otra altomedieval cristiana (siglos IX-XIII).

Un asentamiento de carácter urbano

A juzgar por los restos de superficie, los datos aportados por la teledetección y los sondeos arqueológicos llevados a cabo en 2021, “El Forau de la Tuta se podría identificar como el centro urbano de una comunidad ciudadana de época altoimperial romana, de nombre desconocido y que se había prácticamente ignorado”, según Paula Uribe, una de las codirectoras de la investigación.

Con la tercera campaña organizada en el yacimiento del 10 de julio al 4 de agosto, el equipo se propuso completar la excavación de un monumental edificio termal romano descubierto en 2021, junto a un primer mosaico interpretado como vestibulum (vestíbulo), al que siguió un segundo mosaico hallado en 2022, identificado como frigidarium (sala fría). Además, las campañas efectuadas de 2021 a 2023 permitieron encontrar un cruce de viales, confirmando el carácter urbano del yacimiento.

“El balance de la campaña de este verano es altísimamente positivo”, explicó otra de las codirectoras, Lara Íñiguez, agregando que “el edificio termal es mucho más grande de lo que pensábamos”, de modo que “no se han podido completar los trabajos y vamos a tener que seguir el próximo año”.

Hay que tener en cuenta que “el yacimiento abarca 2 hectáreas (20.000 metros cuadrados) y la planicie excavada ocupa 250 metros cuadrados, que es alrededor del 1 %”, como dijo otro de los codirectores, Jorge Angás, precisando que “queda muchísimo”, porque “estamos hablando de una ciudad entera y solo se excavó parte de un edificio”.El frigidarium ocupaba 150 m2El equipo se muestra convencido de la relevancia de El Forau de la Tuta, cuyos habitantes disfrutaban de un enorme complejo termal. Solo el frigidarium ocupaba 7 metros de ancho y 22 metros de largo, por lo que “son más de 150 metros cuadrados”, destinados a los baños fríos y dotados de un mosaico con motivos geométricos. Posiblemente, dicha sala fue el mayor espacio del área termal, que “era exageradamente grande”.

Otra de las instalaciones que salió a luz es el vestibulum, que ocupa 5 por 3,5 metros cuadrados y está decorado con un complejo programa iconográfico basado en el thiasos marino. La torre de la iglesia de Artieda expone una representación a escala real de este mosaico, que refleja el cortejo marino de un dios romano (Venus), acompañado por varios personajes, entre los que sobresalen dos hipocampos (animales híbridos entre caballo y pez), sobre los que cabalgan dos jóvenes.

Los mosaicos presentan una bicromía atípica, ya que el fondo es negro y las figuras son blancas, cuando lo habitual es que fuese al revés. La representación de uno de los mosaicos no se conoce al completo, ya que sufrió una mayor erosión al encontrarse cerca de un barranco.

Hallada una cola de hipocampo

Este verano, junto al frigidarium, se descubrió un pequeño fragmento de una cola de hipocampo, que tenía una función decorativa y además se encargaba de orientar a los usuarios de las termas. Según los investigadores, esa cola de hipocampo venía a rodear un pasillo que llevaría a una habitación próxima al barranco junto al que se levantaba el complejo termal. Otra de las novedades que arroja la campaña es la aparición de un espacio de dimensiones triangulares, junto al mosaico situado en el frigidarium. Una de las hipótesis del equipo es que dicha estructura ayudaba a sostener la cubierta abovedada del edificio.

Los nuevos hallazgos ponen de manifiesto la relevancia de El Forau de la Tuta, donde previamente se encontraron restos de un impresionante conjunto de obras públicas, entre las que sobresalen las cloacas, que tienen unas dimensiones propias de asentamientos urbanos.

Por otro lado, se descubrieron varios elementos de escultura monumental como dos capiteles corintios, tres basas áticas itálicas, al menos una basa ática clásica, varios tambores de fustes acanalados de aristas planas y un fragmento de cornisa, cuyas dimensiones monumentales solo son entendibles en un contexto urbano.

Revulsivo para el turismoJorge Angás cree que Artieda “es muy consciente de la importancia que tienen estos descubrimientos”, así como del beneficio que pueden llegar a generar. Su impresión es que “a nivel económico y turístico pueden ser un revulsivo, creando varios puestos de trabajo” en una zona afectada por la despoblación y el recrecimiento de Yesa.

La jornada de puertas abiertas organizada el día 29 de julio en el yacimiento “fue un gran éxito y vino gente de otros lugares”, como indicó Lara Íñiguez, agregando que “la acogida de los vecinos de Artieda es inmejorable”, al tiempo que destacó “el apoyo” del Consistorio local.

Esta tercera campaña se realizó gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Artieda, la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), la Agencia Aragonesa para la Investigación y Desarrollo (ARAID), los fondos NextGenerationEU/PRTR, el Institut Ausonius CNRS-Université Bordeaux Montaigne y la Universidad de Zaragoza.

Los investigadores aseguran que la campaña de 2024 “depende de la financiación” y se muestran satisfechos con la decisión que tomó en marzo el Gobierno de Aragón de declarar el yacimiento como Bien de Interés Cultural (BIC), ya que “es la máxima protección legal y será beneficioso para su protección, evitando la lacra del expolio”.

Desde mayo, la torre de la iglesia de Artieda acoge una exposición permanente sobre el yacimiento, que muestra la reproducción del mosaico hallado en 2021 y varias piezas arqueológicas. La entrada al museo es de 2 euros y se organizan visitas guiadas en algunas fechas y con cita previa. También se ofertan visitas guiadas al yacimiento y, aunque está tapado, se pueden ver las cloacas y la ermita de San Pedro con los capiteles corintios, y se hace una lectura de paisaje. El día 15 de octubre será la siguiente visita, que incluye el museo, cuesta 8 euros y dura dos horas.