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Ordesa cierra un verano de “normalidad” en afluencia e incidencias

El acceso a la pradera solo se cortó un día, pero el balance de visitas es “bueno” y la directora del Parque pide más atención a la seguridad

La Cola de Caballo, una de las excursiones estrella de quienes visitan el Parque.
La Cola de Caballo, una de las excursiones estrella de quienes visitan el Parque.
S. E.

“Normalidad” y “buenas sensaciones”. En estos términos se refiere la directora del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Elena Villagrasa, al balance provisional de visitantes que ha recibido este verano el espacio protegido.

A falta de disponer de los datos finales, Villagrasa hace un primer análisis de los meses del estío y asegura que, “en general, el verano ha ido bien, deja buenas sensaciones”.

“No ha habido ningún percance y la climatología, factor que condiciona mucho las visitas, se ha comportado”. Y es que, los días que llovió, lo hizo sobre todo por las tardes, por lo que no alteró la afluencia de la mañana, “lo único que hizo fue adelantar la hora de la marcha de los visitantes”.

Solamente hubo que cortar el acceso a la pradera de Ordesa un día, fue el 17 de agosto, porque se alcanzó el máximo de los 1.800 tickets vendidos de autobús, cuenta la directora, quien advierte de que, aunque lo normal entre el 5 y el 20 de agosto es cerrar varios días, el hecho de que este año el corte solo se haya producido una vez “no significa que haya venido menos gente, sino que las visitas se han producido de forma más escalonada”.

“No ha habido ni un aumento excesivo de visitantes ni un descenso como para decir que ha sido una mala temporada, ha sido normal”, recalca, a la espera de disponer de las cifras exactas con las que contará a finales de este mes, cuando hayan terminado de analizar los datos aportados por los contadores de vehículos instalados en las carreteras de acceso al parque, los de la red de senderos y los del autobús de Ordesa, cuyo servicio terminó el pasado 10 de diciembre.

Dónde sí ha habido una merma considerable de visitas ha sido en el sector de Añisclo, donde el cierre de la carretera (HU-631) hasta el 1 de agosto ha hecho que este acceso al Parque sea menos transitado que otros veranos, reconoce la directora.

Más de 300 atenciones a la semana de carácter leve

Por otra parte, Villagrasa hace una llamada de atención sobre la seguridad en la montaña. En este sentido, resalta que se están viendo “muchísimos percances y accidentes de visitantes que vienen sin prepararse el recorrido, sin consultar la meteorología y con falta de material”.

Solo en el puesto de primeros auxilios de Cruz Roja que hay en la pradera del Parque Nacional a través de un voluntariado, se han realizado este verano “en torno a 300 atenciones semanales”, destaca.

En su mayoría se trata de cuestiones menores, bajadas de tensión, rozaduras, golpes de calor, etc., pero no por ello resultan menos alarmantes, advierte.

Por ello, insiste en la necesidad de hacer un “esfuerzo extra” en todo lo que tiene que ver con la seguridad en la montaña por parte de la administración, de los informadores, del territorio, de la comarca y a nivel local.

Una mordedura de perro

Uno de los incidentes que se ha producido este verano en las inmediaciones del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, fuera del ámbito de lo estrictamente considerado seguridad en la montaña, es la mordedura de un perro a un visitante.

Al parecer, el animal iba atado, pero su dueño no pudo impedir que atacara cuando se cruzó con otra persona en uno de los senderos del espacio protegido.

Cabe señalar que hay abierto un debate en el territorio sobre lo inconveniente que puede resultar que los visitantes accedan con perros al Parque Nacional, por motivos de convivencia con el ganado que pasta en los montes durante los meses de verano, entre otras causas. l