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Fondos de inversión y California: por qué está hundida la almendra

El productor ha pasado a recibir un 30% de lo que obtenía hace menos de 10 años, de los 3 euros netos por kilo de almendra a menos de un euro

Campo de almendreras en un momento de esta campaña.
Campo de almendreras en un momento de esta campaña.
S.E.

Atrás quedan ya esos días en los que la almendra era el fruto seco de moda. Aquel ‘boom’ atrajo a pequeños productores de toda España y de toda la provincia.

Uno de ellos es Joaquín Solans, que decidió plantar almendreras hace unos ocho años. Desde sus campos de Binaced observa lo que considera “el resultado de una evolución que ahora no es agradable para nadie”. Desde su punto de vista, los cultivos de familias o de particulares no tienen nada que ver con este proceso: “El problema son los fondos de inversión, las grandes extensiones y la globalización sin regulación”, afirma.

Al igual que la Unión de Productores de Aragón (UPA), Joaquín no se explica que siendo España el segundo productor a nivel mundial, tenga que importar almendra cada año. Y no pocas. Desde UPA señalan que es imposible de entender que España sea el principal importador, con 100.000 toneladas que entraron en la pasada campaña, principalmente de California. Desde Estados Unidos se importa de forma masiva. Ha llegado a tal punto que a los industriales les sale más rentable comprar almendra californiana que española, y tampoco quedaría ahí la cosa. 

Según avisaba UPA, “hay industriales españoles importando almendra californiana con cáscara para procesarla en sus plantas” y después envasarla y volver a exportarla a Europa como almendra española, una práctica “totalmente ilegal”. 

Todos estos factores han llevado a la asociación a pedir una reunión al Ministerio de Agricultura para plantear un plan de protección para la almendra española, que incluya un fuerte control -e incluso aranceles- a las importaciones desde Estados Unidos, entre otras medidas.

Hablan directamente de un “plan orquestado” para acabar con el cultivo en explotaciones familiares y acusan a “determinadas industrias, importadores y cooperativas” de querer sustituir el cultivo de secano por el de regadío. Así, en los últimos diez años, la superficie de almendro en regadío habría crecido diez veces más que la de secano.

Situación insostenible

Para José María Alcácer, responsable de frutos secos de Asaja, producir almendras con los márgenes es “insostenible”. Apunta que antes el precio guardaba relación con el de California, y que ahora lo marca “el oligopolio que controla el mercado”.

Para Alcácer “no es que se vayan a arrancar almendreras, es que ya se están arrancando”. Opina que lo más probable es que las explotaciones familiares con tradición, que “mima” los cultivos, tienen más posibilidades de continuar que las pertenecientes a fondos de inversión, mucho más centrados en obtener beneficios. Igual que Joaquín Solans, es “pesimista” ya que “he visto la evolución y no tiene pinta de cambiar”.