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SECTOR PRIMARIO

Una visión sobre la situación actual del cereal

Una jornada en la Lonja de Binéfar trató la problemática del sector

Imagen de la jornada ‘¿Qué está pasando con el cereal?’ en la Lonja de Binéfar.
Imagen de la jornada ‘¿Qué está pasando con el cereal?’ en la Lonja de Binéfar.
Lonja de Binéfar.

Durante la tarde de ayer tuvo lugar en la Lonja de Binéfar la jornada ‘¿Qué está pasando con el cereal?’ Los ponentes, José Francisco López-Duplá, del departamento de compras del Grupo AN, y Carlos Lapetra, de Tereos, realizaron un análisis de la situación actual del mercado de los cereales.

Lapetra resume esta situación como un estado “de incertidumbre, muchos cambios y mucha volatilidad con los precios”. Incide en que, además, los principales desconcertados y afectados no son otros que los agricultores.

Esto es fruto de un contexto mundial desafiante y de la condición de España como país importador que depende del exterior, sin importar si la producción anual ha sido buena o mala.

Así, si no fuera suficiente con variables como las climatológicas o los ‘inputs’ -los distintos factores del proceso productivo-, a ello hay que agregarle un sistema globalizado con numerosos conflictos: “hay cuestiones de tensión geopolítica, el cambio euro-dólar o el alto precio del combustible”, apunta Carlos Lapetra. Para el responsable de compras de Tereos, antes del año 2020 los precios presentaban “un encefalograma plano, con pocas variaciones, algo que ha ido cambiando en los últimos años.

Por la condición de España de país importador, tampoco los agricultores pueden tener soberanía sobre los precios de su producto: “no importa que el agricultor haya tenido una mala cosecha, porque quien dicta el precio es el puerto”, explica Lapetra.

Esperar que aminoren los conflictos

Para él, “el mercado es el mercado”, y la situación tiene un remedio difícil, aunque apunta que “sería bueno que desaparecieran las variables geopolíticas”. De esta manera, todo podría “seguir llevando su curso” y serían factores habituales los que influyeran en el precio final.

Comenta Lapetra que “lo que la gente quiere es más tranquilidad y poder obtener rentabilidades”. Son dos cosas que, a día de hoy, no tienen unos productores que se ven obligados a “plantar más para mantener lo que ganaban”, algo que conlleva más riesgo y puede hacer que algunos se echen atrás.

Conocedor de las previsiones y de algunos los estudios de mercado hechos recientemente, Carlos Lapetra piensa que “los precios no deberían sufrir grandes oscilaciones más que puntuales en los próximos años”.

Aún con esto, puntualiza, que todo dependerá de circunstancias mundiales como la guerra entre Ucrania y Rusia, las recientes elecciones en Polonia, o el conflicto en Oriente Medio, con un más que probable aumentó del precio del petróleo.

Por si esto fuera poco, también debe tenerse en cuenta la crisis climática actual. Lapetra admite que “está afectando”, con factores como unas condiciones de calor extremo, veranos más largos y regímenes de lluvias herráticos que a veces dejan demasidas precipitaciones en momentos en los que no serían tan deseadas.

Todo afecta a la hora de mantener unos cultivos a los que, en momentos puntuales, también les afectan fuertemente golpes de calor que no aparecían en el guion y que sobrepasan los niveles aguantables.

Además, con la falta de precipitaciones en invierno, “los pantanos quedan cada vez más vacíos”, lo que deja una falta de agua que limita la posibilidad de desarrollar la actividad porque “el agricultor no puede sembrar como haría normalmente”. Todo este panorama acaba dibujando “una realidad en la que, en los últimos años, el agricultor no puede conseguir sacar la rentabilidad que desearía”, sentencia Carlos Lapetra.