Una piscina para Bespén, el pueblo que “quiere vivir”

Como tantos otros, Bespén era un pueblo que llevaba tiempo viendo cómo cada vez había más casas vacías, menos niños y una cada vez mayor sensación de hastío.

En los últimos años, la tendencia se ha ido revirtiendo. “Se ha formado una asociación de vecinos y se puso un salón con máquinas expendedoras para que los habitantes pudieran tomar algo. Dentro de sus limitaciones, el pueblo quiere vivir”, destaca Herminia Ballestín, la alcaldesa de Angüés, municipio al que pertenece Bespén. Admite que, de primeras, la piscina era un proyecto que “parecía grande”, pero tras sucesivas reuniones con los bespenenses llegaron a la conclusión de que era “darle una oportunidad al pueblo”. Así, “se abriría la posibilidad de que vaya habiendo más casas habitadas en verano y que la gente se pueda ir asentando”.

Ballestín admite que “aún estamos un poco asustadas con los precios”, en relación a los casi 173.000 euros que costará el proyecto. Destaca que, de ellos, 35.000 provendrán del plan de obras de la Diputación Provincial de Huesca, y que “hemos forzado y forzado para rebajarlo”.

“En estos tiempos, hacer una piscina en un pueblo pequeño no parece lo más normal, pero cuando los vecinos se lo piden y quieren colaborar...”, comenta la alcaldesa de Angüés, quien identifica un importante cambio de mentalidad en Bespén durante los últimos años.

“El pueblo está muy ilusionado con este proyecto y yo, personalmente, también”, explica Adela Alfaro, vecina de Bespén y teniente de alcalde de Angüés. La piscina, de la que matiza que será apropiada para una localidad de unos 60 habitantes, podría “mejorar la vida del pueblo”.

Adela Alfaro recuerda que “en mandatos anteriores, Bespén estaba muy olvidado y costaba mucho que cualquier inversión aquí saliese adelante”. Es algo que, desde que llegó Mujeres por el municipio de Angüés al consistorio intentaron cambiar: “Consideramos que es mucho mejor que el presupuesto esté repartido entre los tres núcleos de población que forman el municipio”, afirma.

Además, en los últimos años parece percibirse en el ambiente rural un cierto aroma de remontada. “Hay mucho más ambiente, gente joven y parejas con niños que van haciendo su vida aquí”, cuenta Alfaro. Con este nuevo escenario, se plantean la llegada de la piscina como un “servicio más” que pueda contribuir a seguir revitalizando el pueblo.