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SECTOR PRIMARIO

Huesca, campo de pruebas para la agricultura regenerativa

Combina técnicas agrícolas y de pastoreo para restaurar el suelo 

Ganado ovino pastando en los cultivos donde se aplica agricultura regenerativa.
Ganado ovino pastando en los cultivos donde se aplica agricultura regenerativa.
S.E.

Grandes multinacionales del sector químico-farmacéutico como Bayer-Monsanto han comenzado a girar en torno a este modelo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo mención en su discurso de investidura al impulso de estos cultivos y la COP28 le ha dado el respaldo final con la firma de un compromiso de apoyo aprobado por 130 países. La agricultura regenerativa comienza a sentar las bases del sector primario del futuro y la provincia de Huesca está creciendo como campo de pruebas.

Txema Isábal, veterinario y agricultor entre Binéfar y Monzón, se inició hace unos años en esta práctica. Se trata de un conjunto de técnicas agrícolas y de pastoreo que revierten el cambio climático al regenerar la materia orgánica del suelo y restauran la biodiversidad del suelo degradado, lo que se traduce tanto en el aumento de la captura de dióxido de carbono como en la mejora del ciclo del agua. No hace uso de herbicidas ni insumos externos, consiguiendo reducir los gastos y aumentar las cosechas año a año.

En sus tierras, Isábal se inició con una explotación de doce hectáreas en la que comenzó a trabajar mediante “siembra directa” con cultivos de maíz, una parte de alfalfa y cereales de invierno. Todo ello lo combinó con cabezas de ganado ovino de leche aplicando el “pastoreo racional voisin” mediante el cual, divididas en dos lotes, las ovejas comen cada día en un sitio diferente. Gracias a ello, el agricultor redujo al máximo los insumos en la explotación y, con el paso del tiempo, el margen neto de beneficio se ha incrementado.

“Preservando la humedad del suelo, la calidad nutricional de los alimentos mejora. Hemos conseguido cambios sustanciales en la leche de oveja. Los ácidos grasos de la leche se han reducido con incrementos notables en Omega-3 y Omega-6. La fermentación también cambia, generando así un producto diferenciado”, valora Txema Isábal, que sostiene la facilidad de adaptación de estas técnicas tanto a la agricultura familiar como a las grandes superficies.

“Queramos o no, es la línea a seguir ante la subida de los costes. Estos sistemas maximizan la fotosíntesis e independizan al agricultor de los agentes externos. Se irán imponiendo por pura supervivencia del sector”, completa Isábal.

La tierra

Roberto Estarán, agricultor en Vencillón, trata de adaptar sus cultivos a la agricultura regenerativa desde hace cuatro años, cuando pasó a formar parte del proyecto europeo “In the food”.

Estarán maneja 50 hectáreas con dobles cosechas de maíz y cebada, cuyo regadío conlleva un alto coste, “incluido el alquiler”, apunta, pero gracias a este modelo, “el suelo trabaja para nosotros”, señala.

Este modelo representa un cambio en la cultura agraria hasta ahora conocida, que requería la aplicación de una determinada cantidad de productos químicos para la correspondiente cosecha. Ahora, el análisis de sus tierras le ha permitido desbloquear minerales y corregir microelementos para reducir factores limitantes, ya que “el secreto está en que la tierra nunca pare y siempre haya una cubierta verde encima”, incide.

Para cerrar el círculo, la ganadería favorece mayor cantidad de materia orgánica en el suelo, fijando el carbono y completando el modelo. Una filosofía que empieza a extenderse en Estados Unidos y Argentina y en la que el agricultor sostiene que debe comenzar por la “divulgación”, “dando un paso atrás para después dar dos hacia delante”, concluye.