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FUEGO

La provincia de Huesca suma en tres meses cuatro incendios de chimeneas

El último siniestro se produjo el pasado día 10 en Embún, donde ardió un tejado 

Espectacular incendio en un tejado de una vivienda de Espierba, en el municipio de Bielsa.
Espectacular incendio en un tejado de una vivienda de Espierba, en el municipio de Bielsa.
S. E.

En los últimos tres meses se han contabilizado al menos cuatro incendios asociados a chimeneas en la provincia de Huesca, tres de ellos en viviendas y uno en un bar de Benasque, cuyos clientes fueron evacuados por los bomberos la noche del pasado 8 de diciembre. Afortunadamente, en ninguno de los siniestros hubo que lamentar daños personales, aunque sí numerosas pérdidas materiales.

El último incidente tuvo lugar el pasado 10 de enero, cuando el tejado de una casa de Embún ardió, al parecer, por un fuego originado en la chimenea. Vecinos de la localidad y voluntarios sofocaron las llamas de la vivienda, que se encontraba vacía, junto con la ayuda del Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamentos (Speis) del parque de Sabiñánigo.

La falta de mantenimiento y la mala combustión suelen ser los motivos que hay detrás de los fuegos que se originan en las chimeneas, aunque no son las únicas causas, advierte Nacho García, deshollinador profesional.

El deshollinador Nacho García, durante las tareas de limpieza 
de una chimenea.
El deshollinador Nacho García, durante las tareas de limpieza de una chimenea.
S. E.

Nos estamos dando cuenta de que el problema principal no es el hollín, sino las instalaciones que están mal hechas”, afirma, al tiempo que asegura que en una construcción “bien hecha se podría quemar el hollín dentro y no pasar nada”.

Según el especialista, “hay más incendios por la mala construcción que porque las chimeneas no estén limpias”. En este sentido, cuenta que ha tenido casos de chimeneas que se han quemado sin hollín, solo por tener mal hecha la instalación. “Esto pasa cuando se produce una sobrecarga de leña, el tubo se calienta y hay veces que toca las maderas o está muy cerca de las vigas de madera y acaba prendiendo la chimenea”.

Fue el pasado septiembre cuando en una casa de Espierba, en el municipio de Bielsa, el tejado quedó totalmente calcinado por un fuego originado en una chimenea.

Misma causa, pero con un resultado más leve, fue el incendio que sufrió otra vivienda particular en la localidad de Ibort, a 10 kilómetros de Sabiñánigo, el pasado 16 de diciembre, o el fuego que tuvieron que sofocar los efectivos del Speis de Barbastro un mes antes en Olvena, en la comarca del Somontano.

Según el responsable de Deshollinados y Servicios Altoaragón, las edificaciones más antiguas están mejor protegidas que las que se acometieron en los últimos 30 o 40 años, que tienden a sufrir más siniestros. “Cuando vemos que los tejados se queman suele ser en obras bastante nuevas, que tienen mucha madera y están hechas con materiales que no son los adecuados, hay poco aislamiento y las instalaciones están mal hechas”, señala.

Inspecciones con cámara para velar por la seguridad

Para garantizar la seguridad de sus clientes, la empresa de Nacho García incluye, junto con el servicio de limpieza, la inspección con cámara. “Es importante que además de limpiarla, se inspeccione la construcción, yo es como me quedo más tranquilo, viendo que esté todo bien, que esté todo encajado, si hace falta me subo al tejado, porque allí es donde vienen los accidentes, en las terminaciones que no están bien hechas”.

Cuando termina el trabajo hace un informe en el que detalla el estado de la chimenea y si se ven anomalías. En algunos casos, los clientes han llegado a cerrarla por precaución e implantar otro sistema de calefacción, afirma el profesional.

Deshollinar cada 3.000 kilos de leña

Ahora, su gremio está en temporada “altísima”, haciendo una media de “10 chimeneas” al día. “Desde septiembre u octubre, dependiendo de cuándo empiece el frío, vamos a tope, somos pocos deshollinadores y todo el mundo se acuerda de nosotros en el último momento”.

Según el experto, se recomienda usar los servicios de un deshollinador una o dos veces al año, en función del uso. “Más o menos, una chimenea de un hogar normal, debería limpiarse cada 3.000 kilos de leña”, señala. No obstante, advierte de que es la figura del mantenedor quien debe decidirlo, ya que “todo dependerá del consumo de leña y la instalación y dimensiones de la chimenea que tengas”.

Nacho García tiene su sede en Jaca aunque se mueve por todo el Pirineo. “Trabajo mucho segunda residencia pero también casas de todo el año, la segunda residencia sobre todo en zonas donde hay pistas de esquí como Formigal o Benasque”.