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COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA

Mujeres que luchan por visibilizar el mundo rural

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Ana Lordán, con su marca de aceite.
Ana Lordán, con su marca de aceite.
S. E.

Ana Lordán y Julia Trillo son dos jóvenes altoaragonesas de 26 años que están decididas a cambiar la mirada sobre el medio rural y a trabajar desde sus pueblos, Estadilla y Torres del Obispo, respectivamente, para poner en valor el sector primario. Ana Lordán reflexionó sobre la actividad agrícola de su padre y decidió darle una vuelta para crear la marca familiar: Aceite Lordán. Con todo, esta graduada en Administración y Dirección de Empresas combina su actividad con las clases ‘on line’ que ofrece sobre economía. 

Por otra parte, Julia Trillo dejó la educación social en la que se formó para continuar con la tradición ganadera de su familia. Pero su proyecto de vida va más allá de trabajar exclusivamente en su explotación, sino que está decidida a llevar la voz del sector primario a cualquier foro y a visibilizar el papel de la mujer rural. Ambas destilan un amor a la tierra que se plasma en diferentes trabajos, pero con un objetivo compartido: trabajar por el sector primario desde sus pueblos.

“Quiero trabajar por el sector primario pero no directamente en el campo”

No todo es labrar con el tractor o coger las olivas en el sector primario, también es importante la puesta en valor del producto, la creación de una marca y la comercialización. Esta ha sido la apuesta de Ana Lordán, una joven de 26 años, natural y vecina de Estadilla, que vio un día en los campos de olivos de su padre una oportunidad de crear un producto propio.

Aceite Lordán nació por el entusiasmo de esta joven, entonces estudiante de 4º de Administración y Dirección de Empresas, que hoy combina la comercialización del aceite de la explotación familiar con la impartición de clases ‘online’ de economía desde Estadilla. “Quiero trabajar por el sector pero no directamente en el campo”, comenta Ana.

Otra de sus pasiones y ocupaciones es dar clases de economía desde Estadilla y las ofrece ‘on line’.
Otra de sus pasiones y ocupaciones es dar clases de economía desde Estadilla y las ofrece ‘on line’.
S. E.

Todo comenzó cuando estaba terminando la carrera y comprobó que además de las cooperativas, pequeños agricultores le querían comprar la producción a su padre. “Me llamó la atención y pensé que por qué no podía hacerlo yo. Buscamos una almazara y empresas que nos pudieran ayudar con la transformación, porque yo no sabía. Y encontramos la almazara de Barbastro”, recuerda. De aquello hace ya cinco años y, aunque su actividad ha ido variando en función de la cantidad de aceite producida, ha conseguido una buena distribución. “Lo vendemos en Supermercados Alto Aragón, hemos estado allí desde el primer momento, y mucha gente nos ha conocido por eso”, indica. Además, también venden en pequeñas tiendas locales, pero priorizan la cadena altoaragonesa.

Con todo, además de este línea de negocio, en la que se tuvo que emplear más a fondo en el inicio para dar a conocer la marca, cada vez se dedica más a su segunda ocupación: dar clases. “De forma natural comencé a dar clases particulares en academias de asignaturas de la carrera, pero me ha ido gustando y desde el coronavirus comencé a darlas online”, apunta, de forma que le permite vivir en Estadilla.

Además, ahora está dando clases, por una sustitución, en la Facultad de Empresa en Huesca, donde estudió la carrera, ciudad que le gusta mucho para vivir. También ha impartido de macroeconomía en otras universidades anteriormente, como la Carlos III de Madrid, aunque de forma esporádica. Al mismo tiempo, ofrece charlas como colaboradora en programas del Instituto Aragonés de Fomento (IAF). “Dar clases en la universidad me está gustando, pero me gusta más trabajar con cuenta propia y creo que seguiré”, explica esta joven emprendedora.

“Me gusta mucho vivir en el pueblo, el contacto con la naturaleza... aunque mi padre me dice que si tanto me gustara, trabajaría en el campo. Pero el campo nada, no se me da bien, me gusta más la economía”, comenta. “Me gustaría vivir siempre en el mundo rural oscense, no sé dónde exactamente, pero aquí”, comenta esta joven, cuyo novio también es agricultor en Bierge y al que acompaña en ocasiones en sus tareas en el campo.

“Creo que gracias al teletrabajo hay más gente que puede quedarse en un pueblo”, asegura. Ana Lordán menciona que una amiga de Barcelona que pasaba los veranos en Estadilla, ahora se ha trasladado a este pueblo del Somontano para trabajar; y que otra amiga de toda la vida de allí también se ha quedado a vivir. “Tenemos muy buena conexión a internet, una alcaldesa -Pilar Lleyda- que impulsa mucho el pueblo, y muchas actividades”, asegura, como otro de los atractivos.

“Hoy en día no hay ningún problema en vivir en un pueblo. Si no tuviera carné de conducir sería un impedimento, pero ahora con coche, con internet... son más atractivos”, indica. En su caso, cree que hay una gran diferencia con la vida de su madre o de su abuela en el pueblo, ya que eran amas de casa. En concreto, menciona que su abuela tenía que trabajar mucho con los animales.

“El sector primario lo he vivido desde niña, y aunque no trabaje en el campo, mi padre me ha trasladado esa pasión. Quiero estar siempre relacionada con el sector, porque me gusta, y porque siento que puedo hacer algo”, concluye convencida de seguir aportando.