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COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA

Casa Rubén y el nuevo concepto de cocina que transforma la España vaciada

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Rubén Coronas y Cristina Romero en el interior de su restaurante, Casa Rubén
Rubén Coronas y Cristina Romero en el interior de su restaurante, Casa Rubén
S. E.

Casa Rubén responde a un nuevo concepto de cocina basada en una “tradición actualizada” que transforma la España rural, impulsando la economía de productores y artesanos locales, atrayendo turismo y promocionando, como pocos, el territorio.

Muy cerca del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en la parte del Cañón de Añisclo, donde confluyen las aguas del río Yaga y del Cinca, se localiza este restaurante familiar que el cocinero Rubén Coronas Capablo ha elevado a un escalón superior.

Un nivel, que la Guía Michelin viene reconociendo desde 2022, cuando lo incorporó por primera vez entre sus recomendaciones. En 2023, y también en 2024, lo ha vuelto a incluir en sus sugerencias. Además, este año, otra prestigiosa guía, la Repsol, ha destacado la propuesta de Casa Rubén por ofrecer un menú que “supone un interesante viaje por el paisaje culinario aragonés a través de todos los sentidos”, reza la reseña de la publicación.

Más allá de los premios y las distinciones, el éxito del establecimiento reside en el amor por el territorio de sus propietarios. De Rubén Coronas -en los fogones- y de Cristina Romero -en la sala-. Un amor que les ha llevado a echar raíces en la tierra de la familia de Rubén, donde él se crió y donde “siempre” tuvo claro que “quería vivir”.

Su casa y su restaurante están situados a escasos metros de Hospital de Tella, donde residen un total de 14 personas contando al cocinero, su mujer y su hija pequeña.

“Vivo en un paraíso”, proclama Cristina Romero, que dejó su pueblo de Lérida para compartir su proyecto de vida con Rubén y que, después de enamorarse de él, también lo hizo de la comarca del Sobrarbe, afirma.

Un turismo gastronómico “muy potente”.

Con su apuesta por este rincón del valle pirenaico, Cristina Romero y Rubén Coronas han construido un proyecto que atrae a un turismo gastronómico “muy potente”, que “sabe disfrutar de la comida y se mueve por el territorio”, dejando dinero en los negocios que visita, asegura la hostelera.

El hecho de que Casa Rubén figure en las dos guías más prestigiosas de restauración de España, ha colocado a Hospital de Tella en el mapa de la gastronomía nacional y eso es algo que queda patente a lo largo de todo el año, porque el turismo gastronómico no solo se mueve en verano, sino que lo hace también en primavera, verano o invierno.

Los beneficios del éxito de este pequeño negocio transcienden más allá. Y es que, gracias a su menú, cerrado y de degustación, con una base tradicional, pero actualizada, los clientes descubren la amplia gama de productos locales con los que trabaja el establecimiento, poniendo en valor la materia prima aragonesa.

Sirven en la mesa elaboraciones con Latón de La Fueva, zumo de granada que elaboran en Fraga, aceite de Alcolea de Cinca o vino del proyecto Vignerons, detalla la responsable de sala, quien apunta que, de esta manera, dan a conocer la calidad de la producción de proximidad. Su lema es el uso de productos locales, y nada más local y cercano que lo que cultivan en su propio huerto o en los campos de alrededor.

Compromiso con la tierra y apoyo a los productores

Recientemente, en una entrevista con este periódico con motivo del premio del club de los Gastro Sitios por su apuesta por la sostenibilidad, el medio rural y su aportación al turismo gastronómico, Rubén Coronas decía que su huerto les surtía todo el año de patata y de cebolla, y que, a la hora de comprar, recurrían a los productores de la zona. “Se trata -resumía- de poner en valor los productos nuestros, de aquí, que son muy buenos” y que están hechos bajo el paraguas de la sostenibilidad.

Así, la filosofía que practican en Casa Rubén contribuye al asentamiento de población, al funcionamiento de una red de productores que con su trabajo dignifica el campo y sus materias primas. Es, además, una carta de amor a la tierra y a unos productos, en apariencia humildes, pero que dibujan sobre el plato el paisaje de montaña en el que se asienta este proyecto, tal y como destaca la Guía Repsol.

El origen

Para encontrar el origen del establecimiento hay que remontarse a 1987, cuando la familia de Rubén abrió las puertas del restaurante. En aquel momento los platos estrella eran los bocadillos, ensaladas y la carne a la brasa. Poco a poco han ido evolucionando en el tiempo e innovando en la cocina hasta dar con su sello de identidad: modernidad sin perder el sabor de la tradición.

Además, Casa Rubén cuenta con el privilegio histórico de estar ubicado bajo una preciosa bóveda de piedra de 1593, en una de las antiguas cuadras de la casa.