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PATRIMONIO

Vicién recupera el repique de su segunda campana tras casi 90 años

Los hermanos Julián y Carmen Betrán han donado altruistamente la pieza

La nueva campana de Vicién, con Julián y Carmen Betrán a cada lado, junto al párroco y el alcalde.
La nueva campana de Vicién, con Julián y Carmen Betrán a cada lado, junto al párroco y el alcalde.
S. E.

DOS CAMPANAS volverán a blandir al unísono en la iglesia parroquial de Vicién, tras casi noventa años oyendo el sonido huérfano y solitario de un solo badajo.

Antiguamente, el campanario de esta localidad de la comarca de la Hoya de Huesca albergaba dos campanas, pero en la Guerra Civil española una de ellas se fundió, posiblemente para uso de material armamentístico, cuenta el alcalde, Sergio Moreu.

Desde entonces, los vecinos y vecinas del municipio han crecido escuchando un solo repicar al que se sumará uno nuevo esta próxima semana.

Todo, gracias a los hermanos Julián y Carmen Betrán, que han donado una campana al pueblo con el que mantienen un estrecho vínculo, porque su padre era de allí y todavía tienen familiares en la localidad.

Torre de la iglesia en la que irá la campana esta próxima semana.
Torre de la iglesia en la que irá la campana esta próxima semana.
S. E.

Ayer, en la iglesia parroquial de San Miguel tuvo lugar la bendición de la pieza, durante la misa cantada que ofició el párroco Cabrero con la intervención de la Coral Osca Melódica.

La empresa leridana Carvajal Forja y Componentes, que se ha encargado de forjarla, se ocupará de instalarla en unos días en la torre del templo, indica el alcalde.

Para el benefactor Julián Betrán, todo el revuelo que se ha montado con la donación ha sido “una gran sorpresa”. Tanto él como su hermana Carmen hubieran preferido “pasar más desapercibidos” porque querían hacerlo “de una manera discreta”, pero entienden que “es un pueblo pequeño y al final todo se acaba sabiendo”. En cualquier caso, los dos están felices de contribuir a la historia de Vicién, donde nació su padre y descansan sus restos, junto a los de su madre, que era de Barbués.

La idea de la donación surgió hace tiempo. Aunque residen en Zaragoza, acuden cada año para las fiestas. “Durante muchos años veía el hueco de la campana en la torre y pensaba que habría que solucionarlo”, comenta Julián.

Dicho y hecho. Hablaron con un antiguo párroco de Vicién que les puso en contacto con la empresa constructora y, en cuestión de “cuatro o cinco meses”, el proceso había terminado.

Ayer la campana fue bendecida y pronto lucirá en lo alto del campanario. Con motivo de esta celebración, la asociación cultural de Vicién hizo coincidir su comida anual de socios con el acto, de modo que, tras la misa, el municipio entero disfrutó de una animada comida en la localidad con unos 170 comensales.

De bronce, con 150 kilos y un sonido entre Mi y Re

La campana en cuestión pesa alrededor de 150 kilogramos, es de bronce con una aleación de cobre al 78 por ciento y de estaño y plata al 22 por ciento, explica el alcalde. El yugo es de madera de Iroko, “un material tropical muy resistente que apenas requiere mantenimiento”, destaca.

Otra de las peculiaridades de la pieza es su proceso de construcción. Se ha fundido en Cantabria y se ha montado en Lérida, concretamente en Alcoletge, municipio donde se encuentra la empresa Carvajal Forja y Componentes que se ha ocupado también de la afinación.

El sonido que emite corresponde a las notas Mi y Re en la escala musical, una elección que no es casual, ya que se ha buscado la sonoridad que mejor encaje con la que repica en la actualidad, cuya nota es un Do.

La nueva campana también estará automatizada y dará los cuartos, mientras que la antigua seguirá dando las horas en punto, indica Moreu, quien apunta que ambas podrán ser bandeadas de forma manual cuando la ocasión lo requiera.