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Arcusa vive un momento histórico colocando la recién restaurada campana de la iglesia de San Esteban

Arcusa ha vivido este jueves el momento histórico de la colocación de la campana en su iglesia de San Esteban. El emotivo acontecimiento se ha producido tras dos meses de arduos trabajos de restauración y una inversión que supera los 7.500 euros, aportados tanto por la asociación de vecinos como por el ayuntamiento de Aínsa-Sobrarbe.

La bendición y la colocación de este elemento tan simbólico para el pueblo, que data del año 1945 y que desde entonces había sufrido un progresivo deterioro, han sido celebradas con especial entusiasmo, y es que, tal y como comentaban los habitantes del pueblo, “no todos los días se tiene la oportunidad de ver algo así. Como mucho, se ve una vez en la vida”.

La necesidad de cambiar el yugo surgió el pasado verano durante la presentación del libro sobre la vida del cura José María Cabrero, párroco del pueblo hasta su reciente traslado. Hoy, por cierto, tampoco ha querido perderse el acontecimiento. “Todos los años, para las fiestas, subimos a bandear la campana, y veíamos que el yugo estaba muy dañado y que empezaba a ser peligroso”, explica David Broto, presidente de la asociación de vecinos.

Las obras de restauración han consistido en el cambio de la estructura y en limpiar y pulir la campana, tareas que no se realizaban desde su colocación en 1945. En sus orígenes, este templo del siglo XVI contaba con cuatro campanas que desaparecieron en la Guerra Civil. Actualmente hay una, que cada año suena con fuerza durante la celebración de sus fiestas. Antaño, su sonido era una herramienta imprescindible de comunicación para avisar de tormentas, incendios o de algún fallecimiento. Su puesta en funcionamiento sella años de trabajos de mejora en la iglesia, que ya luce completamente recuperada.

David Broto destaca la importancia de seguir emprendiendo intervenciones de este tipo “como una manera de concienciar y de generar vínculo con el territorio entre las nuevas generaciones, que son las que en el futuro tendrán que tomar el relevo y seguir contribuyendo a que el pueblo siga vivo. Que relacionen el pueblo con un bienestar y no con un sufrimiento, y que sigan disfrutando de este pueblo tan bonito”.

Por su parte el alcalde, Enrique Pueyo, presente en el momento de la colocación de la campana, ha felicitado a los vecinos por su implicación, “básica para poder llevar a cabo actuaciones como la que hemos presenciado hoy en Arcusa”. Pueyo asegura que el consistorio seguirá apoyando a las asociaciones de vecinos para que mantengan su rico patrimonio, “y nos enorgullece que sean ellos mismos de quienes partan las ideas, porque en un municipio tan extenso como el que tenemos son ellos los que mejor conocen sus necesidades. De ellos depende en buena medida que sus lugares de residencia sean cada vez más atractivos y de nosotros, en la medida de nuestras posibilidades, contribuir a que tengan mejores servicios”.

La restauración de la campana consolida el impulso que está viviendo un pueblo en el que viven una treintena de personas en invierno. Además de su ubicación, con la extraordinaria panorámica hacia la cordillera pirenaica, atesora entre sus calles una amplia variedad de murales del artista local Luis Moreno, siendo ejemplo de población que construye en común con el fin de hacer de este rincón, a las puertas de la Sierra de Guara, un lugar de inexcusable visita para el municipio de Aínsa-Sobrarbe.