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JUSTICIA

Concepción Gimeno: "He constatado la preocupación por el impacto de la despoblación en servicios"

La primera mujer Justicia de Aragón destaca el “enorme potencial” de la institución en defensa de los derechos y libertades individuales y colectivos

Concepción Gimeno.
Concepción Gimeno.
Laura Ayerbe

Más de dos meses después de su toma de posesión como Justicia de Aragón, ¿cómo se encuentra en el cargo?

-Con la misma ilusión que el primer día, yo diría que con más ilusión si cabe, porque cada día que pasa veo el enorme potencial que tiene esta institución en el ámbito de la defensa de los derechos y las libertades individuales y colectivos y también en la difusión del Derecho Aragonés, como parte de nuestra identidad e historia. En este tiempo, he tenido ocasión de reunirme con muchas entidades y de conocer a personas muy significativas en el tejido social de nuestra Comunidad Autónoma. En todos los casos, han sido encuentros muy enriquecedores de los que han surgido posibilidades de trabajo y colaboración que ya estamos estudiando.

¿Y qué temas está priorizando en su gestión?

-Para cada ciudadano, su tema es el más importante y, en este sentido, todas las quejas que llegan al Justicia de Aragón se tramitan con el mismo interés, siguiendo un procedimiento poco formalista que aspira a ser ágil y con la mínima burocracia, tanto para el ciudadano como para la administración a la que se refiere la queja.

En cuando a los temas de oficio, en este momento nos ocupan varios temas, entre ellos, y de manera prioritaria, la elaboración de un informe especial sobre depresión y ansiedad en Aragón que ya estamos concretando en reuniones con entidades que saben de este tema. Por otro lado, está la reactivación del Observatorio Aragonés de la Soledad, la colaboración con la Fundación Manuel Giménez Abad, con la que muy pronto haremos el Foro de Derechos Ciudadanos con expertos, en salud mental, el trabajo conjunto con la Cátedra de Derecho Foral para divulgar nuestro Derecho, etcétera.

Todas las semanas tengo reuniones con asociaciones que trabajan para mejorar el bienestar físico y emocional de las personas; quiero conocerles, conectar con ellos y con sus preocupaciones para trabajar juntos allí donde sea útil aunar esfuerzos y crear canales de comunicación directos.

Y por otro lado, mi gestión también tiene desafíos internos para modernizar la institución y adecuar su funcionamiento a las exigencias de la administración electrónica, los estándares de seguridad informática que exigen los tiempos actuales y la digitalización de todos los procedimientos.

Loarre, localidad a la que está unida por vínculos familiares, fue el destino de su primera visita institucional. ¿Tiene programadas más visitas? ¿Con qué criterio las elige?

-Loarre y Segura de Baños fueron mis primeras visitas institucionales en cumplimiento de un compromiso personal con las localidades de origen de mis padres, pero también fue un compromiso con los pequeños pueblos de nuestra Comunidad. Mi equipo y yo iremos allí donde nos requieran para atender una queja o divulgar la institución. Por otro lado, tenemos las antenas desplegadas gracias a la información que ofrecen los medios y la que nos proporcionan los ciudadanos y acudiremos allí donde creamos que podemos ser útiles para aportar soluciones ante un problema o necesidad concreta.

“Ser la primera mujer Justicia es consecuencia de los tiempos”

¿De qué tipo son las quejas que ha recibido en sus primeras semanas al frente del Justiciazgo?

-En lo que llevamos de 2024, hemos recibido 571 quejas, 7% más que el año anterior por esta misma fecha. El objeto de las quejas es muy variado. En todo caso, las áreas de trabajo con más asuntos son Sanidad y Servicios Sociales, que representan el 16% del total. Le siguen, por este orden, Servicios Públicos, Empleo Público y Educación.

Aragón es una comunidad que concentra la mitad de su población en Zaragoza. ¿Se nota este desequilibrio de población en las consultas que recibe el Justicia?

-Lo cierto es que sí; el 60% de las quejas que recibimos son de las capitales de provincia y el 40% del resto de los municipios de Aragón. Entre las quejas de las capitales, que suman 350 a fecha actual, el 89% son de personas que viven en Zaragoza. No me cabe duda de que el Justicia de Aragón tiene raíces profundas en el territorio pero hemos de seguir acercando la institución a nuestros pueblos. Esto en lo que respecta a las cifras, en cuanto a los temas, algunas quejas son más habituales en el medio rural, como las relacionadas con falta de conservación de solares urbanos, estado de las carreteras, lectura de contadores de agua, accesos a pequeños núcleos de población, dificultades de acceso a trámites administrativos derivadas de la brecha digital, por ponerle algunos ejemplos.

Antes de su nombramiento y toma de posesión, el Juzticiazgo se pronunció a favor de la reapertura de la Escuela de Caneto, actualmente judicializada. ¿Cuál es su opinión al respecto?

-Como usted ha dicho, la cuestión está judicializada y según dicta la Ley Reguladora del Justicia de Aragón, el Justicia no entra en el examen de las quejas sobre las que esté pendiente resolución judicial. De hacerlo, estaría contraviniendo nuestra propia norma.

Como tercera autoridad de Aragón, ¿cuáles cree que son los grandes retos que debe abordar la Comunidad?

-Definir los retos de la Comunidad es una tarea que corresponde al Gobierno y al Parlamento cada uno en el marco de sus competencias constitucionales. Al Justicia le corresponde supervisar la labor de la administración para que se ajuste a la normativa y formular recomendaciones y sugerencias en los casos en los que se aprecien irregularidades. Somos una institución formal pero poco formalista y eso nos permite ser ágiles y ejercer la mediación en algunos casos para solucionar problemas concretos.

Por otro lado, podemos actuar de oficio para defender intereses individuales, pero también otros de carácter más difuso y de ámbito colectivo y, en este sentido, servimos de faro de las preocupaciones sociales cuando las detectamos. En el tiempo que llevo como Justicia de Aragón, esta actitud de alerta me ha permitido constatar la preocupación por el impacto de la despoblación en la prestación de unos servicios públicos de calidad y en la necesaria igualdad que debe imponerse, con independencia del lugar de residencia. Sin duda, este es un reto enorme para Aragón.

“Servimos de faro de las preocupaciones sociales cuando las detectamos”

Ha hecho historia al ser la primera mujer en acceder el Justiciazgo de Aragón. ¿Cree que ello le imprime a la institución un matiz diferenciador?

-Ser la primera mujer Justicia de Aragón es una consecuencia natural de los tiempos que vivimos, que tenía que llegar en coherencia con la presencia de la mujer en puestos de responsabilidad en general y, en particular, en el ámbito institucional. Al margen de esta consideración, cada persona al frente del Justiciazgo ha impreso su matiz diferenciador acorde con su personalidad y experiencia previa. Supongo que en mi caso pasará lo mismo, pero tengo claro que la institución debe estar por encima de los personalismos.

Fue elegida por consenso... casi sorprende en estos tiempos de tanta crispación política.

-Mi elección por consenso es una enorme satisfacción y la muestra más evidente del respeto y la consideración de todos los grupos parlamentarios por la institución del Justicia de Aragón. Y es más, demuestra que los consensos son posibles y que merece la pena pelear por ellos porque una decisión alcanzada por consenso refuerza su valor y legitima y ensalza a todas las partes implicadas.

¿Qué legado le gustaría dejar en el Justiciazgo?

-Me resulta prematuro hablar o pensar en el legado. De momento, estoy centrada en el día a día y en los problemas concretos que nos hacen llegar los ciudadanos. A medio plazo, definiremos una estrategia que permita identificar objetivos concretos y la mejor manera de llevarlos a cabo, pero para llegar a ese punto es necesario conocer muy bien las posibilidades de la institución, no solo en lo que respecta a las funciones que tiene encomendadas, sino también respecto a su desarrollo interno, con el deseo de impulsar una institución moderna, alineada con las nuevas tecnologías, ágil en su respuesta al ciudadano y en sus relaciones con la administración... es un reto apasionante.