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El alquiler turístico tensiona el Pirineo: “Hay una burbuja como la de 2008”

Sallent de Gállego, Jaca y Benasque son algunos de los municipios más afectados

Vista de Sallent de Gállego.
Vista de Sallent de Gállego.
S.E.

De 0 a más de 2.000 viviendas turísticas en la provincia en menos de una década. La proliferación de este tipo de alojamientos, que fue beneficiosa en un primer momento, ha ido generando una espiral de aumento de precios de alquiler, voluntad de comprar e imposibilidad de acceder a la vivienda para nuevos pobladores o trabajadores de temporada.

Ayuntamientos, Gobierno de Aragón, inmobiliarias y temporeros reconocen el problema, pero trasladan que tiene difícil solución a corto plazo.

Y es que en las zonas más turísticas del Pirineo aragonés, aquellas que tienen una estación de esquí cerca, se vive una suerte de fiebre del oro con los inmuebles. Entonces, quienes más se beneficiaron de ese fenómeno no eran los estadounidenses que se armaron con picos y palas y se lanzaron a minar, sino los vendedores de estos utensilios. Con las viviendas turísticas y los portales de alquiler vacacional ocurre lo mismo.

Sergio Sánchez, gerente de la inmobiliaria Jacetania2000, explica que la inmensa mayoría de propietarios en Jaca quieren destinar sus casas al alquiler turístico. No solo eso, ya que también los compradores invierten pensando en obtener la rentabilidad por esta vía.

Pero Sánchez alerta de que con esto se está “llegando a los números del boom inmobiliario del 2005 al 2008”. Además, al haber tanta oferta de vivienda turística -246 en Jaca según datos del INE-, muchos inmuebles se alquilan escasos días al año, por lo que ni siquiera se obtienen los ansiados beneficios.

Por el contrario, ocurre que es prácticamente imposible conseguir un contrato de alquiler de larga duración: “Cada mes tenemos unas cinco o diez viviendas para alquilar y no las publicamos en web, sino que trabajamos con lista de clientes. No había pasado nunca en 25 años”, apunta Sergio Sánchez.

Esto frena la llegada de futuros residentes que, en muchas localidades del Pirineo, podrían contribuir a frenar la despoblación. El perfil son jóvenes o parejas sin hijos que por los precios prohibitivos de los alquileres se ven obligados a desplazarse a localidades cercanas, algo que genera “mucho enfado”.

Evolución de Viviendas Turísticas en el Pirineo año a año. Datos del Gobierno de Aragón.
Evolución de Viviendas Turísticas en el Pirineo año a año. Datos del Gobierno de Aragón.
A. S.

Vivienda pública

Sallent de Gállego tiene 256 Viviendas de Uso Turístico según los datos del INE. Al entrar en la web de alquiler vacacional AirBnb, aparecen en su entorno 110 alojamientos. En Idealista, para alquiler de larga duración, aparecen siete y solo uno -de 50 metros cuadrados- cuesta menos de 1.000 euros al mes.

En Benasque, que lidera el ranking de la provincia con 284 viviendas turísticas, es incluso más chocante el contraste. En su entorno hay 208 alojamientos turísticos y 4 para larga duración. Los precios, similares a los de Sallent, con un único apartamento de 45 metros cuadrados por 660 euros al mes.

El Gobierno de Aragón se intenta defender ahora con el Plan Aragón Más Vivienda, que creará inmuebles en lugares tensionados como Sallent de Gállego.

El alcalde, Jesús Gericó, comenta que está pensado para que los trabajadores de temporada puedan habitar dentro del pueblo. Así, acogerá entre 230 y 250 en invierno, sobre 150 en verano y a 10 familias durante todo el año.

En opinión de Gericó, “si queremos ser los más grandes en el esquí hacen falta infraestructuras y servicios para frenar la despoblación”. Así, explica que Sallent es el pueblo con más bares por habitante de Aragón y el que cuenta con el metro cuadrado más caro, pero que ha tenido problemas para tener abierto el Punto de Atención Continuada de Salud o que los adolescentes, al llegar al instituto, deben desplazarse muchos kilómetros.

Leyes, trampas y medidas con poco éxito

En Jaca, las comunidades de vecinos tienen potestad para decir que no quieren más viviendas turísticas. Aunque la mayoría las rechazan, entra en escena la picaresca. Muchos propietarios no las dan de alta pero las ofertan por internet, algo que ha llevado a la Policía Nacional a intensificar su vigilancia.

En Canfranc y Benasque se han constituido bolsas de vivienda municipales que pretenden incentivar el alquiler de larga duración, pero no están teniendo demasiado éxito.

La de Canfranc se puso en marcha hace cinco meses. En marzo había siete viviendas ocupadas con inquilino y tres disponibles.

Pero en Benasque, la situación es mucho menos positiva: ningún propietario ha incluido su vivienda en la bolsa de alquiler municipal. Para parchearlo, el Ayuntamiento dijo estar trabajando con el Gobierno de Aragón para construir viviendas sociales a través de la cesión de varios solares municipales, igual que en el caso de Sallent.