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Sorpresa en un tercer piso de Huesca con la cría espontánea de ocho azulones

Tras varios días de incubación, miembros del Grupo Ornitológico Oscense han trasladado los patos en perfecto estado hasta el Parque Miguel Servet

La pata con los patitos en el nido en un tercer piso colindante al Parque Miguel Servet.
La pata con los patitos en el nido en un tercer piso colindante al Parque Miguel Servet.
D. A.

Han sido un total de 29 días de nidada los que una hembra de pato azulón ha pasado en la jardinera de una terraza situada en un tercer piso colindante al Parque Miguel Servet de Huesca. Fue una sorpresa. Y hace unos días regresó junto a sus ocho patitos, -que acaban de eclosionar de su nido- a este espacio verde de la capital oscense. Un hecho que si bien puede parecer insólito “no es excepcional y cada vez es más habitual”, como reconoce el presidente del Grupo Ornitológico Oscense (GOO), Nacho Arizón.

La pata con uno de sus patitos sobre ella.
La pata con uno de sus patitos sobre ella.
D. A.

Fue a finales del mes de marzo cuando este ejemplar decidió instalarse en una jardinera del inmueble. Y allí puso ocho huevos, todos ellos de esta especie de pato asilvestrada. La pata, durante casi un mes, se ha centrado de manera exclusiva en el cuidado de todos ellos, hasta su eclosión y posterior suelta a cargo de Santiago Sancho, miembro del GOO en el Parque Miguel Servet. Fue una tarde de jueves, a primera hora, con la colaboración previa de Lucas Fraile, ingeniero forestal que tuvo que capturar y rescatar primero a la madre ya que ésta salió del nido en busca de dos patitos que habían saltado, pero que fueron localizados con éxito y en perfecto estado.

Ni siquiera la madre ha aprovechado el agua y comida que se le ofrecía. En su lugar, aprovechaba las salidas, en su mayor parte nocturnas, para cubrir sus necesidades básicas para pasar largas horas de puesta con el cuidado y mimo de sus futuros vástagos.

La pata con todos sus patitos.
La pata con todos sus patitos.
D. A.

Los vecinos que la han acompañado han guardado las distancias para respetar el espacio de esta ave acuática durante casi un mes e incluso han tratado de acompañarle y acostumbrarle con la voz. Todos estos alicientes no le han desviado de su cometido principal, soportando jornadas de frío, intenso calor o viento, dado que la actual madre, apodada como “Pati” por sus anfitriones, se ha volcado con sus huevos y desde el jueves por la tarde ya disfruta de su compañía y sus ocho patitos por el estanque del Parque.

Se trata de un caso que no es aislado porque en otro similar anidaron en una vivienda de la calle Vicente Campo entre los años 2020 y 2021. “Fueron dos veces seguidas en el mismo sitio y en la misma jardinera, aunque realmente fueron tres porque hubo una que hizo dos puestas en el mismo año y al siguiente volvió”, explica el responsable del GOO.

Para Arizón, “el azulón es una especie asilvestrada que está adaptada al entorno urbano, en el que no tienen los lugares de cría de un entorno natural, como acequias o albercas como la de Loreto o espacios un poco protegidos por la vegetación y el cañizo”. Algo similar que en el nido donde ha habitado la ejemplar, donde ha creado una densa malla de hierbas y plumas de protección y abrigo para sus huevos.

Asimismo, el Azulón, como otras especies de patos como el Ánade Real, “son especies nidífugas, es decir, que en el momento que el pollo eclosiona del huevo su instinto le dice que tiene que abandonar el nido inmediatamente”. Una situación, explica, “que es similar a la de todas las aves acuáticas, limícolas y algunas esteparias porque son nidos muy expuestos, los incuban y en el momento en el que crecen los pollos van detrás de la madre”.

Santiago Sancho, miembro del GOO en el Parque Miguel Servet.
Santiago Sancho, miembro del GOO en el Parque Miguel Servet.
D. A.

Con capacidad de volar y adaptados a estanques

Sobre el Azulón, indica que tiene capacidad de volar y están adaptados a los estanques. “Son especies asilvestradas que se crían en un régimen de semilibertad”, comenta Nacho Arizón.

Se trata de aves que en el caso de la capital oscense encuentran su espacio en el Parque Miguel Servet, el entorno del río Isuela o la balsa del Parque Universidad. “Es más difícil verlas que en el exterior porque no están acostumbradas a convivir con especies totalmente silvestres”, según el presidente de este colectivo.

El hecho de haber elegido para nidificar un sitio en altura, responde “a lugares donde su instinto les dice que van a poder tener seguridad”, como en balconeras o terrazas como la descrita, y “pueden repetir otra puesta en el mismo año de la primera”.

También el presidente del GOO revela que el sonido que emiten los pollos respecto a las madres responde “al reclamo de seguridad y no solo comida”.

Los rescates de aves en domicilios de Huesca son muy habituales durante la primavera para los miembros de Grupo Ornitológico Oscense, “especialmente en la época fuerte de cría y en la de mucho calor, como en los casos de los pollos de Vencejo o Avión”.

Recomendaciones para ayudar a las aves

Arizón explica que “la gente es muy proclive a coger los pollos”. En el caso de los vencejos o aviones “hay que recogerlos si se han caído del nido porque de lo contrario es muy difícil que sobrevivan sin sus padres”. En la mayoría de las especies de aves que empiezan a tener plumas, incide el presidente del GOO, “saltan del nido y van detrás de los padres que los alimentan -como en los casos de gorriones y verderones-”. Por ello destaca que en estos casos es “mejor dejar los pollos encontrados en un árbol o en algún sitio donde no corran peligro, porque los padres los buscan, los llaman y los alimentan”.

En el caso del Azulón, “sí que es necesario llamar porque se corre el riesgo de que caigan abajo para evitar atropellos y que no sobrevivan” y en aviones o vencejos “también porque tienen más dificultad de volar, no se pueden meter en el nido porque -en el caso de los segundos- crían debajo de los aleros y en el de los aviones porque lo hacen en nidos tan pequeños que no se puede volver a meterlos”. Por ello, en ambos casos, “los miembros del GOO los recogemos, alimentamos y cuando son adultos los soltamos”, subraya.

Cuando ocurren casos de nidos como el citado, “lo más recomendable es avisar para ver si hay peligro, qué especie es y hacer un poco el seguimiento”. Y si se encuentra un ave herida “lo mejor es recogerla, ponerla en una caja de cartón mullida y no darle de comer ni de beber para que el ave esté en oscuridad y avisar”.

Si son pollos pequeños y están con plumas “en la mayoría de los casos es mejor dejarlos en un árbol porque la madre y el padre los siguen y les dan de comer”.

También destaca que la sociedad en general “cada día sabe más de aves y tiene más concienciación porque muchas veces puede ser simplemente un accidente o un pájaro que ha chocado”.