Alto Gállego

EMPRENDIMIENTO

De la industria a la sostenibilidad para mantener vivos decenas de núcleos

#CONTRALADESPOBLACIÓN

El concejal Héctor Lanaspa, en la escultura homenaje al ferrocarril.
El concejal Héctor Lanaspa, en la escultura homenaje al ferrocarril.
Mercedes Portella

El Sabiñánigo actual nació con la llegada del ferrocarril. A partir de 1918, se empezaron a instalar aquí las primeras industrias químicas y del aluminio, que atrajeron a trabajadores, muchos de ellos procedían de los pueblos de la Comarca del Alto Gállego.

Sabiñánigo es el municipio más extenso de la provincia con 586,82 kilómetros cuadrados, y el tercero de Aragón. Cuenta con 82 pueblos y pardinas, de estos, 54 tienen habitantes empadronados. “Intentamos llegar a todos, son un patrimonio con un gran potencial. Es verdad que hay dificultades por la gran extensión y las distancias entre ellos, pero intentamos atenderles de la mejor manera posible”, indica el concejal de pueblos del Ayuntamiento de Sabiñánigo, Héctor Lanaspa.

Azpe García con sus abejas en Artosilla
Azpe García con sus abejas en Artosilla
Laura Toledano

El edil destaca como prioridad la calidad de los accesos. “Es parte fundamental para mejorar su situación porque si lo que queremos es evitar la despoblación y que se asienten más vecinos, una de las principales necesidades son los accesos. Desde el ayuntamiento, con la Diputación Provincial, intentamos conservarlos y mejorarlos”.

Estos núcleos cuentan con un Fondo Incondicional. Esto es que el Ayuntamiento de Sabiñánigo destina 90.000 euros, es el montante para este año, que se reparten a cada pueblo en función del número de habitantes. “Con ese fondo realizan labores de mantenimiento o alguna actuación concreta, lo que necesiten, es un dinero que administran según las necesidades que tienen”, indica Lanaspa.

En estos pueblos hay jóvenes y familias que desarrollan sus proyectos, unos llevan un tiempo o toda la vida como Azpe García que vive en Artosilla, en pleno valle de la Guarguera a 1.000 metros sobre el nivel del mar, o Nacho Ruiz que se ha asentado en Borrés, a poco más de 7 kilómetros de Sabiñánigo.

Azpe García es bióloga y se dedica a la apicultura y a la educación medioambiental. Bajo el nombre de ‘A Redolada’, desarrolla un proyecto en torno a las abejas. Comercializa la miel que extrae de las 150 colmenas que tiene repartidas en el valle de la Guarguera, y organiza talleres y catas de miel. A través de esta iniciativa, Azpe muestra qué son las abejas, cómo viven, cómo se organizan, cómo se comunican... Habla de los productos de la colmena, y realiza una visita guiada para conocer in situ cómo viven las abejas en las colmenas. “Los comienzos no fueron fáciles, pero es un tema que me apasiona”.

Nacho Ruiz es de Zaragoza, muy vinculado con el Pirineo. Recientemente ha montado una residencia canina, LunaMon, en Borrés. “Me encantan los perros, mis trabajos siempre han estado relacionados con el medio ambiente. He sido bombero forestal muchos años, y hasta hace poco guía de montaña. También estuve en Noruega trabajando con perros y mi idea era traerme el modelo de residencias caninas de allí”.