Alto Gállego

COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA

La escuela de Senegüé y Sorripas ofrece una forma distinta de enseñar

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Ocho alumnos acudieron a la escuela de Senegüé con su profesora Virginia Blanco el pasado curso.
Ocho alumnos acudieron a la escuela de Senegüé con su profesora Virginia Blanco el pasado curso.
M. P.

La escuela de Senegüé y Sorripas, municipio de Sabiñánigo, empezó el curso pasado a desarrollar un proyecto educativo con una manera diferente de enseñar. De estar abocada al cierre, se nutrió de 8 alumnos gracias al esfuerzo y al empeño de los propios vecinos y de la maestra Virginia Blanco que vive en Senegüé pero que hace dos cursos daba clases en la escuela de Villanúa. De estos escolares, (2 de Sabiñánigo, 3 de Villanúa, 1 de Biescas y 2 de Senegüé) dos de ellos pasan este curso al instituto y la escuela se queda con 6 alumnos de momento, aunque podría haber alguna incorporación más.

“La permanencia de la escuela está asegurada, pero nos gustaría poder contar con más alumnos y alumnas que recibiremos con los brazos abiertos”, apunta Virginia Blanco. “Estamos muy contentos de cómo ha ido el proyecto que hemos desarrollado, se han logrado cosas muy interesantes, incluso participar en el concurso nacional SuperReto DigiCraft, de robótica, donde fuimos uno de los ganadores de la fase aragonesa y finalistas en el nacional. Las familias de los chavales están muy contentas con el método que llevamos”, explica la profesora.

Los alumnos conocieron in situ la explotación de ganado ovino que Michel Pardo tiene en Senegüé .
Los alumnos conocieron in situ la explotación de ganado ovino que Michel Pardo tiene en Senegüé .
Mercedes Portella

Virginia Blanco dice que el método que utiliza se basa “en conocer bien a los niños y niñas, así como la línea de aprendizaje que llevan, pero a partir de su aprendizaje no de lo que marca un libro. Trabajamos de manera individual, pero hacemos proyectos comunes, trabajos cooperativos aprendiendo juntos, viviendo las cosas, teniendo experiencias que son ricas, no leer un texto simplemente, sino leer un texto que sirva para algo, aprender sabiendo para qué sirven las cosas y explicando muy bien”.

Los chavales son de distintos cursos “donde uno aporta más, pero como trabajamos juntos y los mayores saben más cosas, los pequeños van aprendiendo de ellos. Yo aporto algo, aquí nos enseñamos todos, eso es lo buenísimo de la unitaria. No es la enseñanza tradicional, es otra forma de enseñar que no es la de estar siempre sentados o con libros. No es una escuela natural, es un híbrido, así me gusta definirla. Y es una escuela digital porque tenemos tablets para todos y una pizarra interactiva”.

Alumnos de la escuela de Senegüé y Sorripas en el curso 2021-2022 trabajando en un proyecto de robótica.
Alumnos de la escuela de Senegüé y Sorripas en el curso 2021-2022 trabajando en un proyecto de robótica.
S. E.

Y explica como ejemplo, el proyecto “Pequeños pacientes lectores” en el que preparan escritos “que hablan de emociones y los enviamos a hospitales para que las personas que están enfermas se sientan bien”.

En esta escuela hacen muy pocos exámenes. “Solo algunos para que tengan la experiencia, porque en la vida fuera de esta escuela van a tener exámenes, entonces la experiencia la deben tener. Estando tan poquitos alumnos yo los evalúo todos los días. Además, les digo que, de nueve a dos, todo vale para evaluar ya sea el recreo o si no has escrito bien una palabra, todo cuenta. Yo tengo muy claro lo que tienen que saber”.

De los alumnos dice, se sienten “capaces y protagonistas de verdad de lo que aprenden, y el aprender no es porque se lo he enseñado yo, es porque ellos aprenden, y les exijo. Hay veces que hay que ponerse firmes, pero por otra parte nos tenemos un cariño muy familiar, eso me gusta muchísimo. La relación que se tiene en esta escuela es otra cosa, y con las familias es una comunicación muy directa. Con ellas también somos familia”.

Virginia Blanco dice que le gusta la nueva ley de Educación, “es más abierta todavía para poder hacer las cosas de forma muy diferente. Tenemos libros de texto y los utilizamos a veces, pero salimos más a la calle, por ejemplo, hacemos pruebas a todas las rocas que encontramos, las clasificamos con pruebas con el microscopio, y aprendemos las características de los minerales, pero sobre el terreno, no de leer un texto”.

El método que utiliza Virginia Blanco para enseñar a los chavales en esta escuela de Senegüé, cuenta con el beneplácito del Departamento de Educación del Gobierno de Aragón. “No me puedo quejar para nada, si este departamento no llega a confiar, el proyecto no sale adelante”.