Alto Gállego

FERIA DE OTOÑO DE BIESCAS

Borda Matías trabaja para crear un núcleo reproductor de yaks en Orós

Los primeros animales domésticos de la especie llegaron a España el pasado otoño, y ahora ya hay cinco ejemplares en la localidad

Familia de yaks en la ganadería Borda Matías de Orós Bajo.
Familia de yaks en la ganadería Borda Matías de Orós Bajo.
Borda Matías

Los primeros yaks domésticos de España llegaban el pasado otoño a la ganadería Borda Matías de Orós Bajo, en el municipio de Biescas. Eran dos hembras y un macho jóvenes y sin parentesco, después llegó otra hembra y hace unos meses nacía Lanas. “Estamos muy contentos de cómo se han adaptado al medio. Todo el verano han estado por los campos, y siguen, y el manejo sin ningún problema, hay dos hembras para parir en breve. Y en invierno aún estarán ellos más en su salsa. Son animales habituados a vivir a 5.000 metros de altitud, aguantan hasta 50 bajo cero”, comentan Ricardo Azón y Rosa Avellanet desde esta ganadería.

Estos animales proceden del vecino país francés y son los primeros de carácter doméstico que se importan a nuestro país. “Son sociables y curiosos, a simple vista, parecen pequeñas vacas peludas, pero si nos fijamos con detenimiento veremos que su cola es diferente, más parecida a la de un caballo, tienen una cruz más prominente, como una pequeña joroba, más visible en los machos y en animales en buen estado de carnes. Los pesos oscilan entre los 300 kilos las hembras y los 500 o 600 kilos los machos adultos”.

Los yaks que están en la Borda Matías son de color negro “aunque el macho tiene un toque plateado. Los tonos más habituales son los oscuros, aunque los hay grises, marrones y pintos”. El planteamiento de Ricardo y Rosa, en principio, “es criarlos, que se reproduzcan, hacer un núcleo de reproductores y los animales sobrantes sí que a lo mejor se podrían destinar a carne. En nuestro país no se consume su carne, pero en Francia, por ejemplo, en la explotación donde los hemos comprado comercializan su carne en venta directa. En Suiza, en Austria, hay mucha venta de esta carne para consumo, y mucho en ecológico”.

Comentan que les llamó la atención el que en España no hubiera yaks domésticos cuando en otros países y continentes es habitual. “Vemos que es un animal sorprendente. En el Himalaya son el motor de la vida, lo dan todo, dan tejido para abrigarse la gente, dan carne, leche, se utilizan para transportar, para labrar las tierras. Allí, en las zonas altas no hay árboles y su estiércol es el único combustible, entonces para esa sociedad los yaks lo son todo. Entre China y Mongolia hay unos 14 millones de yaks, en esos países no son un ganado menor, son importantes. Lo que ha permitido a esas civilizaciones subsistir ha sido el yak”.

En los países occidentales, se cría para la obtención de carne y algo por su lana, y como animal de carga en rutas de montaña.

En cuanto a su lana, apuntan, que, para obtener un rendimiento óptimo, “los animales deben cepillarse en primavera que es cuando se desprenden de su capa interior de pelo. Este pelo interior es una de las fibras más finas, cálidas y ligeras del planeta y empieza a ser muy apreciada en la industria de la moda, y como apoyo a las comunidades productoras del Tíbet y Mongolia”.

Ricardo Azón apunta que como explotación de reproducción, la Borda Matías es la única en España. “Probablemente puede haber animales de estos en núcleos zoológicos, pero el yak salvaje es una especie distinta al yak doméstico. El salvaje está en grave riesgo de extinción, hay muy pocos ejemplares y tienen programas de recuperación”.

En la explotación ganadera Borda Matías, los yaks conviven bien con las vacas, “y con las ovejas y cabras se toleran, pero con el vacuno no tienen ningún problema, se llevan muy bien. Son muy resistentes a las condiciones ambientales adversas y a las enfermedades, y aprovechan al máximo los recursos naturales de sus hábitats”.