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Vanessa Ramón: “Sólo pido la rehabilitación que merezco, ni más ni menos”

Esta paciente con tetraplejia de Yebra de Basa, denuncia problemas para acceder al especialista y consulta y obtener la tarjeta de minusvalía

Vanesa Ramón da un paseo por la carretera vieja de Yebra de Basa.
Vanesa Ramón da un paseo por la carretera vieja de Yebra de Basa.
S. E.

La vida de Vanesa Ramón Sánchez, una vecina de Yebra de Basa de 43 años, dio un vuelco de 180 grados en la madrugada del 13 de agosto de 2022, cuando un desgraciado accidente la dejó tetrapléjica, sin poder sentir ni mover su cuerpo de cintura para abajo.

Después de un año ingresada en la Unidad de Lesionados Medulares (ULM) del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, fue dada de alta para que continuara su periodo de rehabilitación en el Hospital Provincial de Huesca, pero esa cita se fue retrasando y no ha sido hasta el pasado 10 de noviembre cuando, por fin, tuvo su primer encuentro con el especialista en el Hospital de Jaca -al tratarse de una paciente de Yebra de Basa-.

La consulta, lejos resolver sus inquietudes, no hizo más que generarle más desconcierto y preocupación, porque en el centro hospitalario de Jaca no cuentan con los efectivos y dispositivos necesarios para llevar su caso, denuncia la afectada, quien ya manifestó su malestar en una queja a atención al paciente.

“La rehabilitadora me dijo que nunca había trabajado con pacientes tetrapléjicos y que en Jaca no tenían ni la gente ni los aparatos para poder cubrir mis necesidades”, afirma, en referencia a los celadores y fisioterapeutas que requiere su situación.

Desde el Gobierno de Aragón, fuentes del Departamento de Sanidad reconocen que “el Hospital de Jaca no puede asumir la rehabilitación de esta paciente, pero ya ha enviado el expediente y toda la información necesaria a Huesca, donde se le va a tratar, a la mayor brevedad, en el Hospital Sagrado Corazón de Jesús”.

Aseguran que allí son conocedores del caso de esta persona y “se están haciendo todas las gestiones para atenderla lo antes posible”.

Respecto a las consultas de rehabilitación, indican que éstas “sí se van a mantener en el Hospital de Jaca para facilitarle la accesibilidad a las mismas”.

Algo con lo que no está conforme Vanesa, porque “la rehabilitadora no ha tratado con pacientes como yo y no fue nada empática conmigo”.

Madre de dos hijos y residente en Yebra, depende por completo de un transporte adaptado para acudir a las citas médicas, algo que también se complica al vivir en el medio rural. “Necesito que me bajen cuando me den la rehabilitación y cuando tengo consultas pero no hay ambulancias disponibles”, critica.

Las dificultades del transporte

He tenido tres citas en las que no me han venido a buscar”, afirma, así que ha tenido que ingeniárselas para retrasar las consultas o, en el caso de que fuera posible, hacerla por teléfono.

Como otros pacientes afectados de la provincia por esta situación, a Vanesa no le queda más remedio que costear sus viajes al médico. “En mi caso llamo al transporte adaptado de la Comarca del Alto Gállego, que hay que pagarlo, pero no llega hasta Zaragoza y tampoco está siempre disponible, así que es un gran problema para mí”.

Tarjeta de discapacidad

Quiere comprarse un coche adaptado, pero para ello necesita la tarjeta acreditativa del grado discapacidad, otro trámite que se alarga en el tiempo y que desconoce cuándo podrá conseguir. “Hace tres semanas me hicieron la valoración, pero ya me han dicho que el procedimiento se puede retrasar, no sé si podré obtener la tarjeta en 15 días o en dos años”.

A día de hoy, la recuperación total de Vanesa Ramón no es posible, pero la rehabilitación en los tres primeros años tras el accidente es esencial para la mejora de su calidad de vida. Por eso, en este tiempo de espera, ha contratado a una fisioterapeuta particular que la visita una vez por semana en su casa y con la que realiza ejercicios.

Cuenta con el amor y el cariño de su familia y sus hijos, que son, sin duda, el mejor pilar en el que sostenerse. Con su apoyo, seguirá luchando por lo que le pertenece. “Solo pido la rehabilitación que merezco, ni más ni menos”, concluye.