Alto Gállego

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Alfonso López: “He estado 35 años en este negocio familiar. Ha sido todo un orgullo”

Bodega Gabriel de Sabiñánigo cierra tras 104 años. Circunstancias no profesionales llevan a la tercera generación de la familia a bajar la persiana

Alfonso López y su mujer Montse en el negocio situado en la calle Serrablo que puso en marcha su abuelo en 1919.
Alfonso López y su mujer Montse en el negocio situado en la calle Serrablo que puso en marcha su abuelo en 1919.
Mercedes Portella

BODEGA GABRIEL de Sabiñánigo ha cerrado sus puertas tras 104 años de negocio. Circunstancias no profesionales le ha llevado a la tercera generación de Bodega Gabriel a tomar la decisión de echar el cierre. Ayer sábado fue el último día de venta.

El negocio, un almacén de vinos, bebidas y licores, lo comenzó en 1919 Gabriel López, que dejó su pueblo natal, Cortillas, hoy despoblado, para buscar un medio de vida en la localidad que nacía bajo la influencia del ferrocarril: Sabiñánigo. Este es uno de los primeros establecimientos comerciales que se asentaron en esta localidad que empezaba a despegar, y de aquellas tiendas, es la única que hasta ayer permanecía abierta.

“Completamos con una pequeña selección de productos delicatessen”

En esos primeros años del siglo XX, el “vinatero”, como le llamaban, recorría pueblo a pueblo. Su hijo Gabriel continuó con la tienda, y hasta ahora su nieto Alfonso junto a su mujer Montse, tres generaciones han mimado las cubas de vino de la Bodega Gabriel López de Sabiñánigo, un establecimiento que ha conservado el nombre de su fundador.

“He estado 35 años en este negocio familiar. Para mí ha sido todo un orgullo. Lo empezó mi abuelo, lo continuó mi padre y después yo, y estoy muy orgulloso de haber estado aquí todos estos años en los que también fuimos creciendo, y estoy muy contento de haber seguido dándole servicio a la gente. Esto se acaba antes de lo previsto, pero me voy muy, muy contento”, explica Alfonso.

“Han dado las gracias por cómo les hemos tratado”

Este negocio no ha tenido solo tienda física en Sabiñánigo, sino que han distribuido los caldos por las comarcas del Alto Gallego, la Jacetania y el Sobrarbe. “Empezó mi abuelo llevando el vino a las casas, era lo que más nos gustaba, y no solamente era llevarlo y ya está, sino el cómo te recibían, el trato que te daban, y te invitaban a almorzar, a merendar, hacías amistad, y por supuesto, también llevábamos el vino a los comercios y con todos hacías amistad”.

Alfonso ha conocido de primera mano la evolución de este negocio “porque se pasó del vino a granel al embotellado que completamos con una pequeña selección de productos delicatessen, y tuvimos una tienda on line, que tuvo su éxito, y ahora hemos cerrado”.

“Se acaba antes de lo previsto, pero me voy muy contento”

Bodega Gabriel se acaba, pero no por que no funcione. “Circunstancias de salud nos obligan a cerrar antes de lo previsto, pero si no hubiéramos cerrado ahora, hubiera sido más adelante, porque detrás no viene nadie, el caso es que el cierre, como digo, se ha adelantado”.

Estos días no deja de pasar gente por la Bodega Gabriel, unos entrar a comprar y otros, “pasan a dar las gracias por cómo les hemos tratado, por el servicio que les hemos dado, y los proveedores también nos están llamando, bueno no son proveedores, son amigos”.

“Empezó mi abuelo llevando el vino a las casas”

Bodega Gabriel ha sido un lugar, ya hablamos en pasado, que ha visto como discurría la historia de Sabiñánigo. En el pasaje por el que se entraba al establecimiento, ubicado en la céntrica calle Serrablo, algunos clientes dejaban antaño los machos con los que viajaban y cargaban de vino, y después, hasta ayer, ha servido para apilar cajas de suculentos caldos de casi todas, por no decir todas, las Denominaciones de Origen.

Este establecimiento fue el pregonero de las Fiestas de Santiago de Sabiñánigo 2019 por los 100 años de historia que se cumplían ese mismo año. Y en 2022 recibía uno de los 33 premios Cepyme que reconocen el esfuerzo, iniciativa, trayectoria e innovación de las pymes y autónomos de Aragón, por una trayectoria con más de un siglo de vida que ha ido cambiando desde los inicios hasta su cierre este 2 de diciembre.