Alto Gállego

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José María Cajal: “La vida es puro teatro porque interpretamos papeles constantemente”

José María Cajal.
José María Cajal.
Mercedes Portella

José María Cajal es de Larrés, municipio de Sabiñánigo. Lleva 37 años haciendo teatro amateur. Dirige la Agrupación Teatral de Sabiñánigo, de la que también es actor. Forma parte de Ta3 teatro, él es la Máscara de Tespis. Ha coordinado durante más de diez años talleres de dramatización y teatro para todas las edades, coordinado puestas en escena, y es miembro del jurado de la Muestra de Teatro Amateur Villa de Biescas.

¿Cuándo le entró el gusanillo por el teatro?

—De niño ya me parecía fascinante, me dejaba paralizado, sin pestañear. En el instituto me propusieron hacer teatro y montamos una obra con escenas sobre los dioses trágicos griegos. A pesar de ser un tema muy profundo, fue la primera vez que encontré nuevas emociones en mi vida, me atrapó el teatro y no lo he podido dejar. Recuerdo siendo niño que vinieron unos cómicos a Sabiñánigo, el Pabellón Imperial se llamaban, estuvieron varios días tirando de repertorio y yo les veía ensayar los papeles en la parte de atrás de escenario, aquello me cautivó.

¿Qué es más fácil, actuar, dirigir, ser jurado o espectador?

—Todo es fácil y difícil. Es muy complicado ser jurado porque te tienes que poner las gafas críticas y no puedes dejarte llevar y emocionarte, y a veces, la duda te corroe. Dirigir es muy exigente, la responsabilidad de que salga bien pesa mucho, tienes que estar pendiente de muchas cosas. Ser espectador comprometido es muy difícil. El teatro es un gran acto de generosidad, tanto por parte de los actores como del público, es un acto de generosidad tremendo. No se puede crear todo en el teatro sin la complicidad del público. Y lo más agradecido es actuar. Actuar es apasionante, es lo mejor, es emocionante, divertido, comprometido...

¿Su vida es puro teatro?

—La mía y la de todos. La vida es puro teatro porque interpretamos papeles constantemente. Desde que nacemos hasta que morimos todos interpretamos papeles que subyacen en la educación que hemos recibido y en nuestras costumbres. Ya lo decía Shakespeare: ‘El mundo entero es un teatro, y todos, hombres y mujeres somos simplemente comediantes’. Luego también está la improvisación, que es la chispa de la vida y donde podemos aportar nuestra originalidad.

¿En qué personaje le gustaría convertirse?

—Tengo la tentación de convertirme en muchos, pero no me convertiría en ninguno porque los personajes del teatro son muy intensos y muy duros de vivir. Me gusta entrar un rato en el personaje y salir, pero no ser uno en particular de por vida. Si es cierto que me apasiona cualquier personaje de Moliere, me parece un trasgresor cómico, divertido. Me apasiona mucho el personaje de Andrés de la Lluvia amarilla, llevado a escena por Corral de García, que recoge mucho de lo que yo he sentido y vivido, y me fascina el personaje de Nora de Casa de muñecas de Ibsen.

Si piensa en la provincia y en una obra de teatro, ¿qué título le pondría?

—La pregunta es difícil. Yo que soy muy romántico me viene Sueño de una noche de verano porque es una obra preciosa que está inspirada en la naturaleza, está llena de magia, como nuestra provincia, de mística, de personajes maravillosos, y se desarrolla en la noche de San Juan que para nosotros tiene mucho simbolismo.

Entre los personajes de esa producción teatral, ¿qué papel tendría DIARIO DEL ALTOARAGÓN?

—Más que dentro de esa producción, el Diario del AltoAragón tendría la misión de contar lo que sucede, como está haciendo. Ya en siglos pasados las formaciones teatrales que recorrían los pueblos, previo a la representación enviaban a sus actores y actrices a pregonar la comedia, y es lo que hace el Diario del AltoAragón, contar la actualidad, avisar de lo que ocurre, por eso es un medio de información cercano y muy importante para nosotros con un perfil que hay que cuidar y mantener.

Para usted el teatro es su hobby. ¿Ha soñado con dedicarse profesionalmente?

—No lo he soñado, hay que ser realistas, la vida de un actor, actriz profesional es dura, es exigente. Yo tengo la suerte de estar rodeado de gente maravillosa con la que consigo vivir el teatro con una profundidad absoluta, amo a la gente que está conmigo en el teatro, y con esto es suficiente para mí.

¿Qué papel juega hoy el teatro amateur?

—Siempre he dicho que es un hilo más del tejido social. Se hace teatro en colegios, institutos, en barrios, asociaciones, en las ciudades, en los pueblos, y eso es cultura. Para mí es muy importante el teatro amateur.

Y en Aragón, ¿cómo vamos de grupos?

—Estamos en un buen momento tanto profesional como amateur. Hay actores y actrices con mucho carácter y compañías, en general, que están rodando por toda España con un recorrido constante. Y quiero destacar a Fatea, la Federación Aragonesa de Teatro Amateur que está sirviendo para que los 40 ó 50 grupos amateur que hay en Aragón se relacionen, se conozcan, y de esa relación están surgiendo nuevos proyectos apasionantes.

Mójese, ¿qué obra de todos los tiempos es su preferida?

—La vida es sueño.

Un deseo

—Dos, si me permite. El primero, poder estar tranquilos en este mundo tan alterado que estamos formando, y el segundo, como canta Sabina, que el escenario nos tiña las canas.