Bajo Cinca

BAJO CINCA - REBROTE DE CORONAVIRUS

Pilar Albás, coordinadora de enfermería en Fraga: "Los rastreadores tiran del hilo y realizan una labor muy ardua"

Advierte que hay que cumplir las cuarentenas para frenar el virus

Pilar Albás, coordinadora de enfermería en Fraga: "Los rastreadores tiran del hilo y realizan una labor muy ardua"
Pilar Albás, coordinadora de enfermería en Fraga: "Los rastreadores tiran del hilo y realizan una labor muy ardua"
R.G.

HUESCA.- En la última semana el centro de salud de Fraga ha realizado 350 pruebas PCR. Los trabajadores de las instalaciones se han visto sorprendidos por un brote de coronavirus que les ha sumergido en un ritmo de trabajo "frenético" en el que los enfermeros rastreadores juegan un papel fundamental.

Precisamente, un enfermero de Fraga fue quien detectó al paciente cero del brote de coronavirus de la empresa hortofrutícola Frutas La Espesa, ubicada en Zaidín, en el Bajo Cinca, comarca que junto a las de Cinca Medio y La Litera se encuentran en fase 2.

La coordinadora de Enfermería del área de Atención Primaria del centro de salud de Fraga, Pilar Albás, asegura que "los rastreadores tiran del hilo y realizan una labor muy ardua", y explica que esta oleada de positivos se desató el pasado jueves 18 de junio cuando un temporero de origen pakistaní apareció por dichas instalaciones con síntomas leves.

A partir de allí, el viernes se le realizó la prueba PCR, que dio positivo, y se le puso en aislamiento en el pabellón Cortes de Aragón, habilitado para que empleados de explotaciones hortofrutícolas guarden la cuarentena si no les es posible realizarla con garantías en sus domicilios.

"Se activó entonces todo el protoloco, estábamos en desescalada y en ese momento había que hacer PCR no solo al caso sino también a los contactos. Supimos que era trabajador de La Espesa, por lo que se avisó a Salud Pública para hacer una batida absolutamente a toda la empresa", explica.

El sábado 20 de junio las autoridades sanitarias acudieron a la explotación y determinaron el cierre y para el domingo se activó un comando formado por 17 enfermeras y enfermeros de carácter voluntario del sector de Atención Primaria de Barbastro y en el que colaboró el centro de salud de Fraga.

Pilar Albás formó parte de ese grupo, que tuvo al frente a Ana Monclús, directora de Enfermería de Atención Primaria en el Sector Salud de Barbastro, y con el que se realizaron en La Espesa cerca de 200 PCR y, según determinó Salud Pública, el test Elisa de extracción sanguínea para mirar los anticuerpos de IgG e IgM de estos trabajadores con domicilio en diferentes localidades de las comarcas de Bajo Cinca, Cinca Medio y La Litera.

"La impresión fue que estaban todos asintomáticos, eran gente muy joven, de apariencia sana, pero de allí salieron casos que nadie podía sospechar, más de los que pensábamos", asegura. Añade que posteriormente saltó otro caso de un trabajador de esta empresa en Binéfar y otros muchos más. "En La Espesa hay empleados de las tres comarcas que a su vez habían tenido contactos, a los que se les tenía que hacer la PCR", detalla.

Ante esta situación, la consejería de Sanidad decidió desescalar "porque si no había que hacer la prueba a toda la población". En fase 2, indica, el protocolo marca que a quien aparece con síntomas hay que efectuarle la PCR y a todos sus contactos se les pone en cuarentena durante 14 días sin realizarles la prueba.

"Lo que tenemos que hacer en estos momentos es cuarentenar, no hacer más test", afirma la coordinadora, una situación en la que los enfermeros rastreadores se enfrentan a la tarea de controlar a las personas aisladas en sus domicilios. Solo de La Espesa hay 180 personas en cuarentena, a las que se suman muchas más.

"El rastreador llama todos los días, por la mañana y por la tarde, a cada paciente para preguntarle si tiene síntomas y comprobar si realmente está haciendo la cuarentena. Lo que pasa es que sin estado de alarma y al no poder denunciar esto es muy difícil. El trabajo de enfermería allí es arduo", confiesa.

En estos momentos el equipo de rastreadores de las zonas afectadas cuenta además con cuatro trabajadores del sector sanitario de Huesca como refuerzo. En concreto, hay un rastreador en Binéfar y otro en Fraga, donde Pilar Albás también desarrolla esta función además de estar al mando del comando que realiza las PCR, controlar a los pacientes aislados en el pabellón Cortes de Aragón y realizar la labor asistencial en el centro de salud. "Es un ritmo frenético porque también llevamos la parte asistencial. Estas comarcas están en una zona rural con muchas personas mayores y los centros de día están cerrados. Nuestra actividad programada no está funcionando, pero la de asistencia y urgencias se tiene que seguir dando", señala.

Y es que ahora, los enfermeros deben hacer además de rastreadores convirtiéndose en el primer filtro para la detección y control de los casos detectados en estas comarcas. Por ello, pide concienciación, y advierte que "estamos en pandemia, tenemos focos abiertos y si no hacemos bien las cuarentenas, aunque la persona esté asintomática, esto salta". Este centro de salud, con cabecera en Fraga, al que se suma la zona rural de Zaidín, Torrente, Ballobar y Velilla, además de pediatría, dispone de 12 enfermeras, más 8 de EAC (Enfermeras de Atención Continuada), un rastreador, una trabajadora social, una médico al cargo del tema covid, un coordinador y del personal de admisión.

La coordinadora recalca que a pesar de que se han registrado muchos casos covid, todos son con síntomas leves, y ninguno de ellos ha requerido ingreso hospitalario. "Que nadie se alarme. El virus ahora está débil. Los meses que hemos estado de confinamiento han servido, hace calor, que provoca que sea menos virulento, pero sí que es verdad que hay que concienciar a la población de que si aquí estamos en fase 2 hay que estar aislados", advierte.

Pilar Albás recuerda lo importante que resulta utilizar de forma correcta la mascarilla, evitar las de filtro y lavarse las manos.

"Las medidas de prevención hay que extremarlas y abogar por la responsabilidad individual", apunta.

El centro de salud continuará este lunes realizando PCR. Los pasados lunes, martes y miércoles se hicieron en estas instalaciones 80 de estas pruebas por día, 53 el jueves, 22 el viernes, 23 el sábado y este domingo 12. Y es que, desde el pasado miércoles, al estar en fase 2, solo se llevan a cabo las PCR de diagnóstico, "si han bajado de número es porque solo se realiza a quien aparece con síntomas, no como en desescalada que se hace al afectado y a todos sus contactos en menos de 24 horas", aclara.

LA MASCARILLA COMO "UN HÁBITO MÁS"

Pilar Albás, como enfermera que está en primera línea ante estos rebrotes, manifiesta que la situación evoluciona favorablemente.

"Si todos abogamos por la responsabilidad individual, que se convierta en la colectiva, vamos bien. Hay que convertir el uso de la mascarilla en un hábito más porque ha venido para quedarse hasta que tengamos una vacuna y sepamos que tiene una inmunidad medianamente buena. Esto junto a la distancia de seguridad y el lavado de manos nos va a ayudar a que esto se pare", dice.

La coordinadora confía en que esta semana las comarcas afectadas por este brote puedan desescalar, "ese es mi deseo, pero no se puede augurar nada". "Estamos trabajando para volver a la "nueva normalidad". Tanto la consejera de Sanidad como Fernando Simón han dicho que los brotes de Aragón están controlados porque el trabajo ha sido muy bueno y precoz", dice.

Finalmente, advierte que la población se debe concienciar de que "no tenemos estado de alarma, pero sí una pandemia y un virus, más débil, menso virulento, pero al que tenemos que tener miedo de verdad. No podemos olvidarnos tan fácilmente de todo, que ha habido muchos muertos. O nos concienciarnos o los datos van a ir de mal a peor".

Y apunta que "cuanto más nos relacionemos y más personas se concentren, más virulento se volverá el virus, y quizá volvemos a estar como en marzo".