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BAJO CINCA - CORONAVIRUS

La hostelería fragatina espera otro aluvión de clientes catalanes para este fin de semana

El domingo pasado "fue el mejor día casi de todo el año", después de que la Generalitat ordenara el cierre de bares y restaurantes

La hostelería fragatina espera otro aluvión de clientes catalanes para este fin de semana
La hostelería fragatina espera otro aluvión de clientes catalanes para este fin de semana
J. C.

FRAGA.- Los bares y restaurantes de Fraga esperan un aluvión de clientes procedentes de Cataluña para este fin de semana, previo al establecimiento del nivel 3 de alerta sanitaria que solo permitirá los servicios en terrazas exteriores y con un aforo del cincuenta por ciento.

El pasado fin de semana fueron muchos los vecinos de poblaciones próximas (y no tan próximas) de la vecina comunidad que acercaron a los establecimientos hosteleros de Fraga y de otras localidades de la zona oriental de la provincia de Huesca, tras decretar la Generalitat de Catalunya el cierre de bares y restaurantes.

Muchos restaurantes de la zona se llenaron sábado y domingo, en comidas y cenas. "El domingo fue el mejor día casi de todo el año. Tuve que servir comidas, algo que no hacemos habitualmente ya que solo servimos cenas, ante el aluvión de clientes. Los había de poblaciones próximas, como Aitona o Serós, pero había alguna persona hasta de Balaguer", señalaba una hostelera que regenta un bar restaurante en la Avenida de Madrid, una vía en la que las terrazas se llenaron el fin de semana.

Otro hostelero de un bar de tapas próximo al Cegonyer, en el casco histórico, que no abre el domingo al mediodía comentaba que "recibí innumerables llamadas pidiendo mesa de clientes catalanes y el sábado y el domingo por la mañana se vio mucha gente de las poblaciones vecinas del Segriá. Incluso se dio el caso de un vecino de Martorell que fue a recoger a un amigo en Lleida y se vinieron a comer a Fraga". El restaurante que está a pocos metros de este bar también llenó todas sus mesas el domingo por la mañana.

Se da la circunstancia también de que algún establecimiento de grandes eventos como el Espai Oró, se hizo cargo de un banquete de boda que debía celebrarse en un restaurante catalán. Y en otros casos, también se sirvieron banquetes de comuniones de clientes de la zona catalana.