Bajo Cinca

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Alfredo Sanjuan: "Lo que fija población en los pueblos es la agricultura"

Este graduado en Historia no quiere dejar el campo ni Ballobar y ha decidido seguir trabajando con su padre

Alfredo Sanjuan, en su explotación agrícola de Ballobar.
Alfredo Sanjuan, en su explotación agrícola de Ballobar.
S.E.

“Quedarse en un pueblo tiene que ser una decisión personal. Uno que quiere estar aquí tiene que tener claro cómo se vive aquí”. Alfredo Sanjuan (Ballobar, 1992) lamenta que nunca tendrá los servicios ni el trabajo ni la oferta cultural que le puede ofrecer una ciudad. Pero no pretende cambiar -al menos a corto plazo- su pueblo por una ciudad que le permita desarrollar el área en la que se ha formado. No quiere cambiar la agricultura por la historia. Si le surgiera la oportunidad de ejercer de lo segundo, la cláusula para firmar el contrato sería poder compaginarlo con lo primero. Si implicara abandonar Ballobar, ni hablar.

Mientras trabajaba en el campo con su padre, Alfredo se graduó en Historia en la Universidad de Lérida. La idea de compaginar los dos ámbitos la ve “difícil”, ya que “las carreras de Letras están muy enfocadas a la docencia... está complicado tirar por ahí aunque nunca le cierro la puerta. Pero mi intención es no dejar la agricultura”.

Esta clara vocación agraria le ata al municipio bajocinqueño, donde gestiona junto a su primo la explotación familiar que antaño ya habían trabajado sus padres y abuelos. “Lo que realmente fija la población en los pueblos es la agricultura”, defiende. Aunque comparte la idea de que “es bueno que se diversifique la economía”, sostiene que “cuando hay trabajo en el campo, la gente se queda en el pueblo. Si no lo hay, los pueblos se quedan de ciudad dormitorio”.

Sobre el futuro del sector que “sostiene a los pueblos” ante el reto de la despoblación, el joven agricultor se muestra preocupado, ya que, con la reforma de la PAC, “era el momento de que hicieran cambios, pero no va a haber muchos”. “En esta zona, que está muy integrada a la agricultura intensiva, dependemos mucho del mercado, y el mercado en Europa está muy controlado por las distribuidoras y a las fincas familiares nos va a tocar sufrir”, dice.

La población de Ballobar el año que nació Alfredo era de 1.155 habitantes. En 2020 era de 833. En este tiempo, las tecnologías han avanzado tan rápido como se ha acentuado la pérdida de población. Y es uno de los problemas que observa el agricultor ballobarino en su pueblo y que se hace extensible a otras localidades rurales: “Aquí, el tema del internet siempre ha funcionado muy mal. Ahora están con lo de la fibra óptica, pero tampoco acaba de funcionar bien”, lamenta.

“Aquí, el tema del internet siempre ha funcionado muy mal"

Otro de los aspectos que preocupa en los pueblos es el tema de la vivienda, ya que a menudo el poco parque de alquiler que se oferta no suele estar adaptado a la demanda de los jóvenes, que buscan hogares más modernos y rehabilitados. Por ello, y mediante créditos sin interés concedidos por la Diputación Provincial de Huesca, el Ayuntamiento de Ballobar ha rehabilitado tres pisos de los antiguos maestros para tratar de, “más que vengan vecinos nuevos, que no se vayan los que tenemos”, comenta la alcaldesa del municipio, Esther Saló.

Con esta iniciativa, desde el Consistorio se pretende “afianzar un poco a la gente en el territorio, con unos alquileres asequibles durante un máximo de siete años”.