Bajo Cinca

#SOYDELALTOARAGÓN

La covid precipitó el salto de la arquitectura a la agricultura

Laura Belenguer, de Belenseu Fruits

Laura Belenguer, en una finca frutícola.
Laura Belenguer, en una finca frutícola.
S.E.

El confinamiento y las restricciones por el coronavirus precipitaron la vuelta a su localidad natal, Zaidín, de Laura Belenguer, en compañía de su pareja, para iniciar una andadura profesional que poco tiene que ver con su formación, pero que no descartaba emprender, eso sí, dentro de un tiempo.

Laura estudió Arquitectura en Barcelona, ciudad en la que estuvo trabajando en un gabinete de arquitectura y urbanismo hasta que la pandemia le hizo replantearse su futuro y decidió volver a Zaidín para trabajar en la empresa familiar frutícola Belenseu Fruits, dedicada a la producción (en plantación propia) de fruta de hueso y su comercialización en el mercado nacional, con alguna incursión en Francia, con la filosofía de reducir al máximo el tiempo y la manipulación de la fruta desde el árbol hasta que llega al consumidor.

“Siempre me había gustado la agricultura y el trabajo en familia, y tenía la idea de llegar a incorporarme a la larga; no lo tenía previsto hacer en ningún momento concreto”, señala esta joven de 31 años, a la que la covid le hizo replantarse con su pareja, que trabajaba en el mundo de los eventos, si su lugar “era Barcelona”. “Él también es de un pueblo pequeño y decidió venir él primero a trabajar en casa, a la empresa familiar, mientras yo seguía trabajando en el estudio de Barcelona pero teletrabajando desde Zaidín”, comenta Laura. “Este verano decidí hacer el cambio, dejé el despacho y ahora estoy centrándome más en incorporarme a la empresa familiar”, que siguen gestionando sus padres, aunque la idea es, en un futuro, “coger el relevo”.

Apunta que siempre ha estado vinculada a la empresa familiar, donde trabajaba los veranos de los años en que estudiaba y estaba al tanto de las decisiones que se tomaban, por lo que su incorporación es algo natural. En estos momentos, la empresa está ampliando y construyendo una nave, y la idea es “de cara al próximo año, incorporarme a la agricultura”. Un sector -considera- que “está haciendo un cambio muy grande”, sobre todo en el tema de “papeleo”, que es a su juicio lo que puede dificultar un poco más la incorporación a cualquiera, sea hombre o mujer.

Laura destaca la calidad de vida que le ofrece Zaidín, donde llegó la banda ancha al mismo tiempo que ella regresaba, un servicio que viene a sumar otro tanto para concluir que las ventajas de vivir en pueblo superan a las desventajas.