Bajo Cinca

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Marco Ibarz: "La agricultura, apoyada en una ganadería pujante, es el motor de Zaidín"

El alcalde de la localidad celebra que el censo se mantenga gracias a los jóvenes que regresan y a la inmigración, que supone el 25 % de la población

Marco Ibarz, alcalde de Zaidín, en el Cine Avenida, donde este miércoles tiene lugar el evento.
Marco Ibarz, alcalde de Zaidín, en el Cine Avenida, donde este miércoles tiene lugar el evento.
Arnau Subirá

En la margen izquierda del río Cinca, a los pies de la ermita de San Antón, Zaidín se levanta entre vastos campos de fruta y unas cuantas granjas que permiten divisar cuál es la riqueza del territorio. “Zaidín es un pueblo totalmente agrícola y ganadero. No tenemos ninguna fábrica que esté fuera de este sector”, asegura Marco Ibarz, alcalde de la localidad.

La ganadería es muy importante. Somos grandes en cabaña, tanto en porcino como en vacuno y en pollo, lo que pasa es que la mayor parte de estas explotaciones ganaderas están integradas”, explica Ibarz.

En la agricultura, en cambio, es “diferente”. “Quedan menos agricultores, hoy en día debe haber entre 30 o 40 -prosigue-, pero de momento ellos son propietarios de sus explotaciones. Corren más riesgo, pero son propietarios. La agricultura, apoyada en una ganadería pujante, es el motor de Zaidín”.

En línea con la fruticultura, “tenemos cinco o seis almacenes que son muy fuertes. También han quedado menos, pero los que hay son muy fuertes. A fecha de hoy, mueven alrededor de 30 millones de kilos, y quizás el más pequeño ya mueve cuatro o cinco”.

La población se mantiene

Gracias a estas actividades, el municipio ha visto cómo su población se ha mantenido estable en el último censo, creciendo ligeramente y pasando de las 1.860 personas de 2021, a las 1.872 de 2022. “Se debe principalmente a algún joven que ha vuelto al pueblo y a la gente inmigrante que viene en verano para coger la fruta, a pesar de que llevamos dos años muy malos y se queda a trabajar en invierno”, expone el primer edil zaidinense.

Respecto al primer colectivo, Ibarz manifiesta que “faena encuentran, aunque a veces no de lo que han estudiado. Lo que es más complicado es el tema de la vivienda, porque en Zaidín tampoco tenemos suelo urbanizable”.

Por ello, explica que desde el Consistorio se ha comenzado a trabajar para modificar el Plan Urbanístico. “En principio, ahora haremos la licitación para ver qué empresa lo hace, y calculamos que en un año y medio, más o menos, lo tendremos”, avanza.

El problema que tenemos con el Plan Urbanístico actual, que ya tiene 23 o 24 años, es que para urbanizar unas parcelas se tendrían que poner de acuerdo 13 o 14 vecinos. Esto, hoy en día, es imposible. La idea que llevamos es hacer parcelas más pequeñas para que sean tres o cuatro vecinos los que tengan que alcanzar el acuerdo”, explica Ibarz.

Una localidad con servicios

El alcalde de Zaidín afirma que “hay relevo generacional, pero cuesta”. “Han cambiado mucho las cosas en los últimos 25 o 30 años. Antes había mucha agricultura familiar. Esto, poco a poco, va desapareciendo. Antes tampoco estudiaba todo el mundo, hoy todo el mundo estudia. Más que relevo generacional, nos vamos manteniendo”, detalla. Y esta estabilidad la da “la gente joven”, pero “sobre todo los inmigrantes”: “Debemos ser, tranquilamente, el 25% de la población, gente inmigrante. Tienen otras culturas, pero se van integrando poco a poco, y nos ayudan a mantener servicios: médico, farmacia, escuela, ludoteca, el cine…”.

Uno de los buques insignia de la localidad es, sin duda, su Cine Avenida. Tristemente, junto a la Sala Goya de Mequinenza, son los dos únicos que quedan en el Bajo Cinca. “Cuesta mucho mantenerlo, pero entendemos que desempeña una labor cultural muy importante”, sostiene Ibarz, rememorando que, “cuando entré (a la alcaldía), lo primero que me dijeron fue: lo primero que harás será cerrar el cine. Pero aquí está”.

“Es un pueblo que tiene mucha iniciativa”

“El presente de Zaidín lo veo bien pero con preocupación”, dice Marco Ibarz, aclarando que “lo veo bien, porque es un pueblo que tiene mucha iniciativa. Somos una población, como la mayor parte del Bajo Cinca, muy inquieta, no sabemos parar. Las cabezas siempre piensan: una hectárea más, una granja más… Por esta parte, lo veo bien”.

Sin embargo, está “preocupado porque la agricultura ha cambiado mucho”. “La agricultura familiar, como ha pasado en toda la redolada y en muchos sitios, va desapareciendo. La persona que hoy tiene 55 o 56 años y que está solo con agricultura, lo tendrá complicado para poder llegar a la jubilación. Llegarán, estoy convencido, pero no lo tendrán fácil”, presagia el alcalde.