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Ana Barrafón: “Soy como Eduardo Aute, fan de la belleza en todos sus significados”

Es bibliotecaria del Palacio Montcada desde que fue transformado en centro cultural y una de las promotoras de FragaTCuenta o marzo Poético

Ana Barrafón.
Ana Barrafón.
A. S.

Dos gigantes custodian el Palacio Montcada de Fraga. No va en broma. La Pilara, con sus más de tres metros de altura, es la encargada de recibir a los visitantes que se acercan a este edificio. A su espalda, todavía más alto que ella, lo Mangüel vigila a quienes acceden a las plantas superiores.

Manteniendo las distancias -sendos colosos, vestidos de valons y faldetes, son seres inertes que sólo cobran vida cuando lo decide el grupo Gegants de Fraga-, la imagen es real. No está sacada de uno de los muchos relatos fantásticos que se conservan en el piso último del inmueble, donde se encuentra el epicentro de la red de bibliotecas de Fraga.

Ana Barrafón (Fraga, 1959) es una de las bibliotecarias del Palacio Montcada desde que este espacio fue transformado en centro cultural en 1986. Además de su trabajo en la biblioteca, es una de las promotoras de festivales como el FragaTCuenta y el Marzo Poético.

“En Fraga, la gente lee bastante, aunque desde la biblioteca nuestra percepción puede ser parcial, porque los caminos de la lectura en la actualidad, con internet, las redes sociales y las tiendas online, son más diversos que antes, tanto en oferta como en demanda”, comienza Ana, quien añade que “seguimos teniendo público muy consolidado de novelas en papel -policiacas e históricas-, sin olvidar las lecturas escolares, un fijo de solicitudes durante el curso”.

Asimismo, indica que “también tenemos lectores digitales de nuestras propias plataformas gratuitas, que van creciendo poco a poco en uso y que intentamos captar para evitar la piratería, que no beneficia al mundo de la creación y la lectura”.

A lo largo de todos estos años, trabajar en la biblioteca ha permitido a Ana “conocer mundo y abrir la mente a través de los libros y de la relación directa con escritores, narradores y artistas, y usuarios muy variados de la biblioteca”. “Todos ellos me han enriquecido sin moverme físicamente de mi pueblo. Y, por supuesto, la satisfacción de prestar un servicio necesario para la comunidad, porque como decía Emily Dickinson “somos los pájaros que se quedan” y “hemos de aportar nuestro granito de arena en su mejora”, dice la bibliotecaria.

Y todos estos años los ha pasado en el Palacio Montcada, un entorno “agradable e inspirador”. “Soy como Eduardo Aute, fan de la belleza en todos sus significados. El espacio interno es una maravilla y la denominación de “palacio” al caserón, y su situación en el corazón de la ciudad, es de gran simbolismo para un servicio abierto y democrático como es la Biblioteca Pública”.

Respecto a los festivales que se han desarrollado durante los meses pasados, Ana hace una valoración “positiva, en especial del FragaTCuenta, porque es un programa más amplio -también con un presupuesto mayor-, que llega a un público más diverso y que ha sido muy bien valorado, sobre todo por los centros educativos”.

Sobre su afluencia, ha sido “casi sorprendente”. “Las actividades y los programas necesitan de mucho tiempo y ser estables en calidad para asentarse, y creo que con el FragaTCuenta estamos ya en ese punto”, comenta.

“En cuanto al Marzo Poético, también hemos notado que el público se va ampliando. Ya no solo acuden los “culturetas” de siempre -a los que estamos agradecidos y entre los que me encuentro (jajaja)”, celebra la bibliotecaria, anotando que ahora asisten a las sesiones “otros ciudadanos curiosos que ya se han dado cuenta de que la poesía no es aquellos versos crípticos, con palabras altisonantes y rima de antes”. A su parecer, la poesía actual “es mucho más amplia y necesaria, y permite expresar ideas y sentimientos de la forma más bella y concisa posible, lo que nos llena de satisfacción”. A pesar de esta buena afluencia, la técnico del área de bibliotecas del Ayuntamiento de Fraga piensa que “aún hay prejuicios generales de todas las edades, como he comentado antes con el tema poético, o con los cuentos, que aún creen que están pensados para niños”.

Respecto a este recelo, “tratamos de solventarlo llevándolas (las actividades) a los institutos. Es lo que llamamos trabajar con público cautivo… ¡Y funciona! En el caso particular del FragaTCuenta, a veces los adolescentes entran con una actitud displicente y acaban entusiasmados gracias, en parte, al buen hacer de los profesionales que manejan la palabra como nadie”. “También está el tema de la gratuidad de los actos que programamos, que posiblemente juega en nuestra contra en esta sociedad que no valora lo que no cuesta dinero y, aunque es una cuestión difícil, quizá deba replantearse y aplicar unos costos simbólicos”, comenta la bibliotecaria.

Ana avanza que las próximas actividades serán las ediciones de la Guía de Lectura Infantil Cartoné y una Agenda de Lectura, “porque a los lectores aún les gusta tomar apuntes en papel de lo que leen y mantener su historial lector”. “Ah… ¡Y seguimos en activo con todos los grupos de lectura!”, se despide.