Bajo Cinca

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Los fruticultores esperan una “óptima” producción a expensas de la sequía

La floración llegó más tarde y con el calor se está equiparando a otras temporada; la preocupación ahora es que haya agua para riego hasta septiembre 

RV_[[[DDA CORRESPONSALES]]]Estado de los frutales en Fraga, a pocas semanas del inicio de la campaña.
Estado de los frutales en Fraga, a pocas semanas del inicio de la campaña.
S. E.

La campaña de la fruta de hueso, cuyo inicio es inminente en algunas zonas del Bajo Cinca con la recolecta de la cereza, afronta una temporada con la vista fijada en el cielo. Si en 2021 y 2022 las devastadoras heladas marcaron la añada, este curso -si nada cambia- lo hará la sequía, que ya ha obligado a cerrar el Canal de Urgel. Desde MercoFraga, su director, Ignacio Gramún, prevé una cosecha “óptima” en términos de producción: “Está en parámetros normales, sin excesos de producción, siempre y cuando no afecten inclemencias meteorológicas”.

Respecto a la falta de agua, Gramún ve difícil que el Canal de Aragón y Cataluña cierre como sí lo ha hecho el conducto que riega los campos ilerdenses. “A expensas de las últimas reuniones, se va a plantear la posibilidad de pasar de 5.200 metros cúbicos por hectárea a unos 4.000. Es decir, bajar como máximo un 20%”, expone, indicando que, “en un principio, no tendríamos que tener problema en el Bajo Cinca para tener el agua suficiente para llevar a cabo una producción en condiciones normales”.

Respecto a ello, el responsable de fruta de Uaga, Óscar Moret, celebra la modernización del riego en la provincia de Huesca. “El Canal de Urgel no está modernizado en un 80 %, y las comunidades de Huesca son comunidades modernizadas, con riego por goteo y con sistemas de aspersión, lo que hace que una gota de agua se aproveche más, y creemos que es algo que hay que poner en valor”, sostiene Moret, añadiendo que, “a pesar de ello, igualmente hay mucha preocupación”.

No obstante, Moret argumenta que “el problema es que la campaña se acaba en septiembre; hay un largo recorrido de riego en frutales hasta ese mes”. En estos momentos, la duda es “si vamos a tener toda la dotación de agua adecuada, y si esa dotación va a llegar hasta el final del verano”. Por otra parte, el responsable del mercado fragatino explica que el calor anticipado de este mes de abril no afectará a la campaña. “Aunque parezca un poco raro y extraño, llevamos retraso. La floración vino más tarde y con este calor se está equiparando a las fechas de otros años, pero de momento el calor, como el fruto está todavía formando el hueso, no tiene mayores consecuencias”, dice Gramún.

Costes de producción

Pero la sequía no es la única preocupación que sobrevuela sobre el sector. Según el miembro de Uaga, la previsión es estar “en unos costes de producción más elevados”. “A la incertidumbre del agua se le suma la incertidumbre de los mercados mundiales. Al final estamos en un momento de subidas de intereses, de incremento de costes de la cesta de la compra… Lo nuestro es una incertidumbre dentro de otra incertidumbre”, dice Moret.

Si en campañas anteriores el coste de producir un kilo de fruta se situaba entre 0,30 y 0,36 euros, este año se elevará, aunque “la cifra no es clara todavía”, sostiene. “El sulfato de potasa valía antes 500 euros cada tonelada. Esta potasa, hoy, estaría en torno a 750 u 800 euros tonelada”, ejemplifica, añadiendo que “este incremento de precios se ha producido casi en todos los insumos relacionados con la fruticultura”.

Y a esto “hay que añadirle los dos incrementos del salario mínimo, y la mano de obra representa el 70 % del precio de la fruta, o el incremento del gasoil”. Por todo ello, Moret, quien todavía no tiene una cifra clara, situaría el coste de producción de cada kilo por encima de los 40 céntimos.

“Es verdad que ha habido determinadas ayudas del Gobierno que han ido paliando este incremento de costes, pero también es verdad que, en algunas de ellas, los frutales se han quedado fuera”, lamenta el responsable de Uaga.