Bajo Cinca

SUPLEMENTO ECONOMÓMICO

El Bajo Cinca, una comarca que bulle

Unos 120 asistentes al acto de Amephu hacen sentir el latido de su tierra

El alcalde, José Ignacio Gramún, se dirige a los 120 asistentes al acto.
El alcalde, José Ignacio Gramún, se dirige a los 120 asistentes al acto.
s. e. 

Fincas inmensas de tierra cultivada con métodos punteros a un lado y otro de la carretera, maquinaria agrícola en movimiento, almacenes de fruta que exportan a todo el mundo; industria de Gallina Blanca con sabor a ‘Yatekomo’ o la planta de Becton Dikinson desde donde se fabrican las jeringuillas para la vacuna de la covid-19. Todo ello actividades inesperadas para quienes asocian la innovación a las áreas metropolitanas. Estamos en el Bajo Cinca, una comarca que bulle y que irradia espíritu emprendedor. 

Toda esa fuerza creativa y productiva se concentró el martes en el Desayuno-coloquio organizado por la Asociación de Mujeres Empresarias de la Provincia de Huesca con la Asociación Empresarial Intersectorial del Bajo Cinca (AEI), en colaboración con ESIC, el Clúster de Logística de Aragón (Alia) y Diario del Alto Aragón, y celebrado en el Hotel Casanova de Fraga. 

Empresarios de diferentes sectores que forman la Intersectorial del Bajo Cinca.
Empresarios de diferentes sectores que forman la Intersectorial del Bajo Cinca.
S. E.

Un total de 120 empresarios y estudiantes de FP asistieron a este coloquio en el que se habló de logística y captación de talento, pero que destiló la esencia de un territorio pujante no solo por su ubicación estratégica, sino porque ha sabido convertirse en un punto estratégico en el mapa para muchos sectores por el empuje de sus habitantes. 

Entre esas grandes naves agrícolas o industriales, existen muchas más empresas sorprendentes como Rigual, de fabricación de vehículos agrícolas con la sostenibilidad ambiental como principio transversal a toda su actividad; Hollywood, fabricante de publicidad textil y vestuario laboral con una gorra especial de soldador patentada entre muchas referencias; o pequeño comercio que da vida a las calles del Bajo Cinca.

Y todos estaban ahí: jubilados que cimentaron empresas de hoy con las que ni soñaron, siguientes generaciones que han expandido e internacionalizado y jóvenes ávidos de aprender para incorporarse y que su territorio siga creciendo. Cuando todo esto confluye en una misma sala, el latido de esa tierra se siente, se contagia y enamora.