Cinca Medio

Justicia

Un joven, con secuelas por las presuntas agresiones sexuales de un exsacerdote

La Audiencia Provincial enjuicia a un hombre por los hechos cometidos entre 2010 y 2011 a un niño de 8 años en una parroquia de Monzón

Un momento de la comparecencia del acusado, este jueves en la Audiencia Provincial de Huesca.
Un momento de la comparecencia del acusado, este jueves en la Audiencia Provincial de Huesca.
P. B.

Un menor de edad de 8 años que asistía a clase de catequesis en una parroquia de Monzón, entre octubre de 2010 y mayo de 2011, sufre secuelas doce años después de sufrir una violación por parte de un sacerdote que está acusado como presunto autor de un delito de agresión sexual continuada por los hechos cometidos en los servicios de este centro y por el que las acusaciones solicitan una condena de hasta 15 años de prisión. 

Así lo ha relatado la víctima durante el primer día del juicio que ha tenido lugar este jueves en la Audiencia Provincial de Huesca. Según ha relatado en respuesta a las preguntas al Ministerio Fiscal, ha relatado que el entonces párroco de esa iglesia mediocinqueña "le decía a la catequista si yo podía salir a lo que ella accedía y entonces él me llevaba a los baños de la catequesis". 

En su su exposición, ha indicado respecto a su presunto agresor que acto seguido lo llevaba al baño donde tuvieron lugar los hechos entre los que ha descrito que le desnudaba, le realizaba tocamientos en zona genital, le obligaba a realizar felaciones y después lo penetraba analmente hasta hacerlo sangrar provocándole dolor. Unos hechos que se repitieron varias veces entre 2010 y 2011 acompañados de agresiones del exsacerdorte e incluso ha reconocido que este le tapaba la boca con fuerza. "Él me decía que era un juego y no pasaba nada", ha comentado el joven que cuando alcanzó los 12 años se dio cuenta de la gravedad de los hechos al conocer noticias de este tipo.

Los hechos, ha relatado el joven, agravaron el Trastorno de Déficit de Atención (TDA) que ya padecía antes. "Me costaba mucho relacionarme con la gente y concentrarme en el colegio", ha explicado en su declaración. A estos síntomas se le sumó, según relatado, sus primeras crisis epilépticas e incluso llegó a autolesionarse. "Me sentía mal conmigo mismo y con mi cuerpo", ha descrito.

Cuando alcanzó los 15 años decidió contarle lo que le había pasado a sus padres.  "Tenía una carga que no podía aguantar más. Me sentía impotente y mal conmigo mismo", ha comentado el joven.

Por este motivo, la víctima decidió con sus padres ir al psicólogo para posteriormente denunciar los hechos en el año 2019.

Sus padres que han comparecido este jueves han coincidido en afirmar que un año después de que ocurrieran los hechos, había cambiado el carácter de su hijo y sin poder conocer su origen lo llevaron a diferentes especialistas para que lo trataran preocupados por el aislamiento social y el carácter impulsivo que este sufría, tras recibir el aviso de la profesora de su colegio de que lo veía "excesivamente disperso, más retraído y muy cansado". Su madre ha comentado que su "hijo dejó de tener a los amigos de toda la vida y fuimos constantemente a psicólogos" e incluso ha relatado que "llegó a sufrir bullying" en la escuela.

Si bien la víctima sigue en tratamiento por su epilepsia, su padre ha comentado que desde hace dos años no ha sufrido ataques aunque presenta secuelas como las autolesiones o pensamientos recurrentes.  

Acusado y catequista

El acusado por el delito como presunto autor de los delitos de la agresión sexual continuada que le imputan las acusaciones ha negado los hechos que se le imputan y fue retirado por la diócesis de su actividad sacerdotal. "No ejerzo como sacerdote desde hace 7 u 8 años", ha indicado que un año después de los hechos fue destinado a Barbastro. Con posterioridad la diócesis le abrió un expediente y fue cesado en el ejercicio como sacerdote por los hechos que se le imputaban de pederastia aunque el ha indicado que fue el mismo quien solicitó la reducción al estado laical. "No he sacado a nadie de catequesis y menos a ese chaval", ha señalado en respuesta a la Fiscalía al comienzo de la vista de este jueves. Para el exsacerdote, las acusaciones que le imputan por estos hechos son "una calumnia total".

Por su parte, la catequista que llevó al menor en su aula ha negado ante la Fiscalía que en ningún momento el exsacerdote sacó al alumno de las clases de la parroquia. "Nadie se llevaba a ningún alumno del aula", ha recalcado varias veces.

Sobre la víctima ha descrito que "era callado, no preguntaba demasiado y no daba ningún problema" en el primer año en el que se cometieron los hechos, y al curso siguiente "hablaba un poco más".

La vista oral para las pruebas periciales, informes y conclusiones de las partes ha quedado aplazada al 26 de septiembre de este año.