Cinca Medio

CINCA MEDIO - SUCESOS

Un guardia civil salva la vida a una mujer en Monzón, gracias a su perspicacia y rápida actuación

El agente advirtió que la conductora de un vehículo podía tener algún problema de salud

Un guardia civil salva la vida a una mujer en Monzón, gracias a su perspicacia y rápida actuación
Un guardia civil salva la vida a una mujer en Monzón, gracias a su perspicacia y rápida actuación

HUESCA.- Un miembro de la Guardia Civil ha salvado la vida de una mujer en Monzón, gracias a su perspicacia y rápida actuación. Se trata del agente sevillano Jesús Rosales, que lleva diez años en el Cuerpo y ocho destinado en el cuartel de la capital mediocinqueña.

Rosales quita importancia a su acción, aunque ya ha recibido felicitaciones de su entorno profesional y la propia afectada le dijo a un compañero: "Me ha salvado la vida".

Sobre las 9:15 del pasado 16 de mayo, Jesús Rosales se encontraba de servicio en las proximidades de los Juzgados de Monzón donde tenía que realizar una gestión, cuando observó a una mujer que circulaba con su vehículo que parecía que pudiera estar sufriendo algún tipo de enfermedad súbita. "Conducía de manera rara, le costaba mantenerse en la vía y me di media vuelta en la rotonda para cambiar de sentido y decidí seguirla", con el fin de prestarle auxilio en caso de que fuera necesario.

Segundos más tarde, se encontró el vehículo parado en una zona destinada al autobús y la ocupante medio desvanecida, apoyada en la puerta del conductor.

Ante la gravedad de la situación, el agente cogió a la mujer a cuestas y la llevó a pie hasta el Centro de Salud de Monzón que se encontraba en las inmediaciones.

"Solicité atención sanitaria, vino un médico y le preguntó lo que le ocurría, pero ella no podía hablar y le costaba respirar. Le pedí la llave del coche a la mujer, que me la dio como pudo, y allí encontré el carnet de conducir, gracias al cual pudieron acceder a su identidad y con ella, al historial médico", ha explicado el agente.

De esta manera, los facultativos pudieron concluir que estaba sufriendo un shock anafiláctico, le aplicaron el tratamiento necesario para estabilizarla y salvaron así su vida.

Jesús Rosales se marchó del Centro de Salud y continuó con su servicio. Por la tarde, la mujer acudió al cuartel de la Guardia Civil para darle las gracias, pero el agente no estaba. "Si quieres que te lo resuma, me ha salvado la vida", le dijo a un compañero.

"Es nuestra labor, pero siento una gran satisfacción profesional y personal, y me alegra saber que nuestro trabajo sirve para algo y merece la pena", señala el guardia civil.

Como profesional de la Benemérita nunca había vivido una situación parecida, aunque indica que por su preparación siempre está alerta y va observando todo lo que ocurre a su alrededor.

"Algún día me gustaría encontrarme con ella, para preguntarle cómo se encuentra, pero no necesito que me dé las gracias", asegura.